Boy Alexander, el Heredero Rechazado

Resulta que esta mañana, la mansión de la abuela Margaretha recibió la visita de Maxime y Rachel. Maxime llevó a Rachel a visitar la mansión de su abuela a propósito porque su esposa, embarazada de un mes, tenía antojo de la comida de la abuela.

—¿Qué tal el soto de pollo de la abuela? ¿Está rico? —preguntó la abuela Margaretha a Rachel.

Rachel no respondió de inmediato, porque tenía la boca llena de arroz. Después de tragar la comida que tenía en la boca, Rachel respondió a la pregunta de la abuela Margaretha. —Está delicioso, abuela. Desde anoche tengo antojo del soto de pollo de la abuela.

La abuela Margaretha se rio entre dientes; estaba muy contenta de escuchar el cumplido de la esposa de su nieto.

La abuela Margaretha sentía que no había fracasado en absoluto en encontrarle pareja a Maxime; Rachel realmente había sido una esposa muy buena para Maxime todo este tiempo.

Por eso, la abuela Margaretha tomó la iniciativa de concertar un matrimonio entre Boy y Claudya. Estaba muy convencida de que Claudya era muy adecuada para estar con Boy. Además, en el pasado, fue la propia Claudya quien le pidió a su padre que la emparejara con Boy. Claudya se había enamorado a primera vista de Boy cuando él visitó la empresa de su padre. Pero, lamentablemente, ese hombre era muy indiferente.

—Come mucho, cariño —dijo Maxime mientras acariciaba el cabello de Rachel, que comía con avidez la comida de la abuela.

De repente, Maxime recordó a Boy porque vio el coche de Boy en el patio delantero de la mansión. —¿Boy durmió aquí, abuela?

La abuela Margaretha respondió rápidamente a la pregunta de Maxime: —Quizás. Boy suele dormir aquí. Alexa también. Quizás anoche Boy llegó muy tarde, así que la abuela no supo que Boy regresó a la mansión.

Después de escuchar la respuesta de la abuela Margaretha que mencionaba a Alexa, Maxime recordó al padre de Alexa, quien le había enviado un mensaje la noche anterior. Maxime leyó el mensaje esa mañana, porque la noche anterior ya estaba profundamente dormido. El padre de Alexa preguntó anoche si Maxime sabía adónde había ido Alexa esa noche, por si acaso Alexa estaba con Rachel.

—¿Alexa también volvió aquí anoche? Aunque el tío Edwin dijo que anoche había una cena con la familia Alexander. Pero Alexa no asistió —preguntó Maxime a la abuela Margaretha.

Pero su conversación se interrumpió cuando escucharon sin querer el grito de Alexa.

—¡Aaahhh!

Esto hizo que Maxime, Rachel y la abuela Margaretha se levantaran inmediatamente de sus asientos.

—¿Esa es la voz de Alexa, verdad? —dijo Rachel frunciendo el ceño.

—Hm, déjala. Ella suele hacer escenas —Maxime decidió seguir comiendo.

—Mejor vamos a ver. Tengo miedo de que le haya pasado algo a Alexa —le pidió Rachel a Maxime. Para Rachel, Alexa era su amiga y su familia, por lo que estaba muy preocupada por Alexa.

—¡Sí, tienes que ir a ver arriba, Max! Qué raro que Boy aún no se haya despertado. Normalmente siempre se despierta antes de que cante el gallo —dijo la abuela Margaretha con tono de sorpresa. Porque conocía muy bien la costumbre de Boy de ser siempre puntual.

Maxime y Rachel siguieron inmediatamente la orden de la abuela de ir a la habitación de Alexa. Pero resultó que Alexa no estaba en su habitación.

—¿Eh? ¿Adónde fue Alexa? Si acabo de escuchar su grito —dijo Rachel mientras miraba por todos los rincones de la habitación de Alexa.

Maxime solo guardó silencio. En el segundo piso había tres habitaciones. Es decir, la antigua habitación de Maxime, que hasta ahora nadie podía ocupar. Porque a veces, cuando Maxime tenía tiempo libre, solía quedarse allí con Rachel.

Mientras que enfrente había dos habitaciones contiguas. Es decir, la habitación que Boy solía ocupar, y la de al lado, que Alexa usaba con frecuencia. Maxime ya había buscado a Alexa por el segundo piso, pero no encontró a la chica.

Por alguna razón, Maxime sintió sospechas. ¿Sería posible que Alexa estuviera en la habitación de Boy?

—¿Será posible que Alexa esté en la habitación de Boy? —murmuró Maxime en voz baja.

Rachel, en cambio, se rio entre dientes. —No creo que sea posible. Boy es muy inocente y tieso como un palo. ¿Cómo iba a propasarse con Alexa?

—Precisamente por eso, quién sabe si es Alexa la que se está propasando con Boy.

La risa de Rachel estalló aún más fuerte. —Imposible, cariño. ¿Desde cuándo una chica acosa a un chico?

—Como si no supieras cómo es Alexa, cariño. Es una chica salvaje. —Después de decir eso, Maxime salió apresuradamente de la habitación de Alexa, con Rachel siguiéndole desde atrás. Maxime llamó inmediatamente a la puerta de la habitación de Boy.

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