Rendra logró ingresar a la facultad de medicina gracias a una beca. En la universidad, era menospreciado por ser pobre y tener un aspecto simple. A menudo, incluso era víctima de acoso.
Pero detrás de todo eso, Rendra era un verdadero genio. Con apenas 22 años, ya había memorizado la anatomía humana y complejos manuales de cirugía. Lo más sorprendente: sabía aplicar con precisión todo lo que había aprendido.
Por su brillantez, alguien le ofreció un trabajo poco común: ser médico en un burdel. Allí, atendía a trabajadoras sexuales, adictos, personas apuñaladas o baleadas, y mucho más.
Pero todo se complica cuando, por accidente, Rendra cruza su camino con un temido jefe mafioso…
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Capítulo 23
Rendra y Arini fueron invitados por Susan a hablar en la mesa del comedor. Susan mencionó directamente la habilidad de Rendra como médico.
"Esta es la segunda vez que logras salvar la vida de alguien. Tu habilidad es cada vez más convincente. Esto podría ser una fuente de ingresos para nosotros", espetó Susan. Mirando a Rendra con esperanza.
Rendra no respondió de inmediato. Primero miró a su madre. Arini pareció negar lentamente con la cabeza. Porque Arini sabía que el negocio que ofrecía Susan era ilegal.
"Lo siento, hermana. Pero Rendra aún no es oficialmente médico. Todavía tiene mucho que aprender. Es mejor esperar a que se gradúe". Arini intentó negarse amablemente.
"¿En serio? ¿Pero no están ustedes en dificultades económicas? ¿Cómo se cubrirán los gastos de matrícula de Rendra? Estoy segura de que depender del dinero de la beca no será suficiente", replicó Susan mientras cruzaba los brazos sobre el pecho.
"Es cierto que estamos en dificultades económicas. Pero solo quiero que Rendra se concentre en sus estudios", explicó Arini.
Rendra había estado callado todo el tiempo. Intentaba pensar en la oferta de Susan y considerar los riesgos.
Después de pensarlo, su madre tenía razón. Rendra no quería correr demasiados riesgos. Temía terminar siendo expulsado de la universidad por práctica ilegal.
"Está bien. La señora Arini se niega. Pero, ¿y tú, Ren? ¿Estás de acuerdo con la opinión de tu madre?", preguntó Susan.
"Sí. Estoy de acuerdo con mamá. Lo siento, hermana Susan...", respondió Rendra. Haciendo que su madre se sintiera aliviada al instante.
Susan resopló con rudeza. No pudo decir nada más cuando dos personas ya la habían rechazado.
La conversación terminó ahí. Arini regresó inmediatamente a su habitación. Mientras que Rendra fue al baño a asearse.
Sin que nadie lo supiera, Audy había estado escuchando la conversación de Rendra, Arini y Susan desde el principio. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Audy. Se sentía admirada por Rendra. En ese momento también estaba segura de rechazar la oferta de Vino. Sentía que Audy no podía hacerle daño a un hombre tan bueno como Rendra.
Audy le envió inmediatamente un mensaje a Vino. Le dijo que no podía cooperar.
...***...
Vino se enfureció al leer el mensaje de Audy. De alguna manera sintió que su orgullo había sido pisoteado por una prostituta. Como resultado, el odio de Vino hacia Rendra aumentó aún más.
"¡Maldita sea! ¡Cómo se atreve a negarse a cooperar conmigo!", gruñó Vino. Inmediatamente llamó a Audy.
"¿Hola?", respondió Audy desde el otro lado del teléfono.
"¡Encuéntrame en el hotel X! Te diré la habitación cuando haya hecho el check-in. ¡Ahora estoy en camino!", dijo Vino.
"¡¿Ahora?! Pero yo..."
"¡Te pagaré más de lo habitual!", interrumpió Vino con insistencia.
"Está bien, entonces". Por supuesto, Audy se sintió inmediatamente tentada.
Después de escuchar que Audy aceptaba reunirse, Vino sonrió con picardía. Al llegar al hotel, reservó inmediatamente una habitación. Después de eso, le envió el número de la habitación a Audy. Ahora Vino solo tenía que esperar la llegada de la mujer.
Sin que Audy lo supiera, Vino invitó a Jeki, Ian y Sandi a unirse.
Después de unos minutos de espera, Audy finalmente llegó. Parecía vestida sexy como de costumbre. Luego esbozó una sonrisa traviesa.
"¿Por qué me llamaste tan de repente?", preguntó Audy.
"Porque tengo curiosidad, por qué no quieres ayudarme", respondió Vino. Deliberadamente les dijo a sus amigos que se escondieran en el balcón.
"No es que no quiera. Creo que Rendra no es alguien que merezca ser lastimado. Es una buena persona, Vin...", respondió Audy.
Vino apartó la mirada por un momento mientras hacía una mueca de asco. Para él, Rendra no era una buena persona, sino un parásito que debía ser eliminado.
"¡Quítate toda la ropa!", ordenó Vino.
Audy asintió. Inmediatamente obedeció el deseo de Vino y se quitó toda la ropa.
"¡Ahora acuéstate en la cama!", ordenó Vino de nuevo.
"¿Qué quieres hacer? ¿Probar una nueva postura?", preguntó Audy, sintiéndose extraña.
"¡Rápido! ¡Hazlo!", instó Vino.
Una vez más, Audy estuvo dispuesta. Cuando se acostó en la cama, Vino le ató ambas manos con una cuerda al cabecero.
"¿Por qué me tienes que atar las manos?", protestó Audy.
En lugar de responder, Vino se echó a reír. Se rio con satisfacción hasta mostrar su dentadura. Haciendo que Audy sintiera miedo.
