Ahora ¿Quien Es Él Perro?

La impaciente Deilyne quería llegar al punto culminante de su reunión, hasta que el Emperador le dijo.

- Emperador: Me ha gustado mucho el regalo que me ha dado, el anterior también, me gustaría recompensarla pida cualquier cosa, siempre que esté en mi alcance se la daré.

- Deilyne: [bien al fin podre hablar del tema]. Se lo agradezco Majestad, en realidad hay algo que solo usted puede darme. Cómo usted sabrá mi familia se ha dedicado desde sus inicios al comercio, siempre ha sido así, ahora yo soy quién debe seguir con esos negocios, en base a ésto me propuse no tan sólo mantener sino expandir los negocios familiares. Aquí en el imperio no hay mucho más que pueda hacer, así que pose mi mirada en los mercados exteriores, investigue y hay muchas posibilidades para los productos que producimos, pero nada de esto será posible sin su permiso, así que si me permite majestad.

Deilyne sacó una carpeta con el sello del marquesado, una pantera con ojos rojos. El Emperador que había estado escuchando atentamente pensó.

- Emperador: [Que niña tan astuta, siento que fuí comprado por sus regalos y ahora no podría decir que no a cualquier cosa que me pida]

- Deilyne: Esto majestad, es un informe detallado con los productos que deseamos exportar, sus precios y por supuesto aquí también está el monto de los impuestos que deberíamos pagar.

- Emperador : Jajaja ya veo Marquesa, cómo le dije, a usted no se le escapa ningún detalle, pero tengo una duda.

- Deilyne : Sí majestad adelante, pregunté lo que desee.

- Emperador: Bien cómo estás tan segura de la cantidad de productos que exportaras y por ende los impuestos.?

- Emperador: Oh majestad como anteriormente le he mencionado, e investigando los mercados exteriores, lo que investigue fue culés eran los productos más demandados, los que más escaseaban y cuáles eran las cosas que tenían valores exagerados para el tipo de producto que eran, en base a ésto hemos conseguido un estimativo de las cantidades, todas los productos que ve en esa lista ya se encuentran con su valor final para la venta. Hay muchos nobles de este imperio que exportan productos exclusivos a exorbitantes precios, el objetivo de la casa Marshall es poder alcanzar un mercado más amplió con precios más accesibles.

- Emperador: Me impresionas niña, has trabajado duro y sin duda mereces esa recompensa y yá que ésto también es beneficioso para el imperio tú solicitud será aprobada.

- Deilyne: Se lo agradezco Majestad.

- Emperador:Es muy pronto para agradecer, esto será revisado detalladamente por esa persona. Y quién sabe cuánto tarde.

- Deilyne : Eh? Esa persona, disculpé majestad pero a quien se refiere.?

- Emperador : Dicen que si hablas del diablo se te puede aparecer, parece ser real.

Deilyne no entendía nada , de repente el Emperador empezó a decir esas incoherencias, pero pronto todo cobro sentido.

Deilyne escuchó la voz de un hombre que venía de detrás de ella.

- Arturo: Eso es muy cruel majestad, si dice esas cosas de su propio hijo que pensará nuestra invitada?

Si se llamaba a si mismo hijo no podría ser nadie más que él principe heredero Arturo Constantine.

El príncipe se paro frente a Deilyne, su cabello rubio brillaba reflejado por la luz del sol, sus ojos eran bonitos, parecían un par de amatistas brillantes.

Deilyne sorprendida por la repentina aparición intentó levantarse para saludarlo, pero este no se lo permitió.

- Arturo: No necesita hacerlo Marquesa, fui yo quien irrumpió en su charla con su majestad así que me corresponde presentarme. Buenas tardes, Marquesa Marshall, mi nombre es Arturo Constantine.

El principe se presentó de está forma mientras besaba el dorso de la mano de Deilyne.

- Deilyne: No el gusto es mío, Marquesa Deilyne Marshall a su servicio.

Deilyne se sintió un tanto extraña, habían besado su mano dos hombres diferente en un mismo día no era un sentimiento al que estuviera acostumbrada.

- Emperador: Mmm bien creo que sería mejor dejarlos a ambos que son casi de la misma edad para que charlen tranquilamente.

Deilyne que entendió que él Emperador se estába retirando, reaccionó enseguida.

- Deilyne : Ah su majestad, disculpe, pero en qué momento haremos el juramento?

- Emperador : Oh Marquesa, tal vez se me había pasado el decirle, pero estoy organizando una gran fiesta donde usted realizará su juramento y podrá debutar en sociedad ya que tengo entendido que no hizo ésto.

Que demonios acaba de escuchar Deilyne, esto no estaba para nada planeado, su intención nunca fue debutar en sociedad mucho menos presentar su juramento frente a tantas personas, pero decir lo que pensaba en ese momento y rechazar eso sería un insulto directo al Emperador quien había organizado esa fiesta sin su consentimiento, pero después de todo era él Emperador.

- Deilyne :oh es un honor majestad.

Las palabras gélidas de Deilyne mostraban su incomodidad con eso así que el Emperador se escabullo rápido del lugar dejando sóla a Deilyne con él Principe Arturo.

Que ambiente más incómodo era el que se vivía en esos instantes hasta que el principe habló

- Arturo: Disculpe a su Majestad, suele hacer algunas cosas impulsivamente, usted le agrada, desde que recibió esa espada estuvo muy ansioso por el día en que la conocería. Y volvió a sorprenderlo con otro regalo de su agrado. Lo que hace es una muestra de su aprecio hacía usted, aunque lo esté haciendo arbitrariamente...

Deilyne comenzó a cuestionarse si haberle dado esos regalos estuvo bien.

- Deilyne: No majestad usted no tiene por qué disculparse por nada, cualquier cosa que el Emperador quiera hacer por mí siempre será un honor.

Claramente ésto no era así, pero era más fácil mantener las apariencias.

- Arturo: Los jardines del palacio imperial de Constantine tienen renombre incluso en naciones extranjeras por su belleza, ¿le gustaría dar una recorrida?

Él principe tendió su mano hacia Deilyne quien aceptó.

Mientras el Emperador regresaba a su oficina pensando en que había realizado una buena jugada dejando solos a su hijo y la Marquesa, se encontró con alguien inesperado ese día.

- Emperador : Que interesante...¿que hace aquí Duque Laportt?

- Gabriel: Saludos a su majestad.

- Emperador: No ha respondido aún.

- Gabriel : Majestad he venido a traer el informe de seguridad de la frontera norte.

- Emperador: Está bien revisemos esto y puedes irte cuando acabemos.

El Emperador no recibió respuestas, cuando volvió a insistir.

- Emperador : Duque me está prestando atención?

Como no recibió respuesta nuevamente el Emperador volteo a ver a el Duque y miro hacia donde esté observaba, lo que estaba viendo era al príncipe Arturo y a la Marquesa que paseaban por el jardín.