El Peso De Tu Mirada.

En la casa de la familia Donovan, los padres de Dennis hablan muy entretenidos con Justina y Sofía, las conversaciones más comunes y aburridas, esperando con ansias la llegada de la joven Argentina al lugar.

Dennis y Frederik, bebe copas de vino espumante como si fuera agua. Joe que se encuentra en la fiesta, como acompañante de su madre.

Fiorela la madre de Dennis, una mujer elegante y su figura promedió para una mujer de casi 50 años, en cambio, su esposo Enrique un hombre elegante, pero con la mirada penetrante y firme al hablar, como si se tratase de un general, Sofía mantiene la postura cuando ve que Penélope se está acercando.

Penélope se agarra del brazo de Evan para caminar a su lado, luego caminar con los zapatos, el viento que proviene de la playa, hace que la aventura de su vestido se abra, dándole un hermoso coqueteo con la piernas desnuda.

Dennis que se encuentra en la barra junto a su hermano y Joe, observa a Penélope perplejo, pero aprieta los dientes al verla que llegó con Evan, sus puños se marcan dentro del bolsillo de su pantalon, Joe nota su comportamiento y sonríe.

—Oye, Dennis ¿Y tu compañera? — pregunto con tono graciosa.

—No traje. — respondio, terminan su bebida de un solo trago. — Ahora vuelvo. Quiero verla. — pensó.

—¿Cuanto tiempo crees que durará? — Frederik observa a Joe confundido. — Le doy media hora. —

Joe se aleja, mezclándose entre la gente. Evan se acerca a su madre al encontrarla y ella sonríe nerviosa, sintiendo que tiene la mirada de Dennis sobre ella. Respira nerviosa, apretando un poco el brazo de Evan, pero al sentir ese apretón decide cambiar de lado y cubre con su cuerpo, para que no se sienta tan nerviosa.

—Hola tú deves ser Penélope. Un gusto soy Clarisa, madre de Evan. — ella la salida con dos besos.

—Un placer, señora. — respondió apenada.

—Dejate de formalidades, dime Clarisa. — ella toca la mano de Penélope. — Conocía a tu padre, un gran hombre muy amable y cariñoso... lamento mucho lo que le pasó. —

—Ah, Muchas gracias. — la mirada triste de la joven, se apaga. — Si me disculpan, pero necesito ir al baño. —

Caminando entre la gente Penélope llega hasta el baño en donde, entró al baño y cerro con seguro una gran tristeza lleno el corazón de Penélope, siente que le falta el aire, le cuesta respirar, su corazón se agita, piensa se mira en el espejo y todo le da vueltas. Abre la canilla del agua fría y deja que caiga, su respiración cuando quiere hablar.

Alguien del otro lado golpe la puerta sin hablar, solo la golpea Penélope siente que muy pronto va a explotar, quiere llorar pero al mismo tiempo quiere gritar, no se anima a alertar a todos, pero saber que ahora tiene a una persona que conocía a su parte, la hace pensar.

—¿Croissant? ¿Estas ahí? — la voz de Dennis, la hace volver en si.

—No por favor, no ahora. — respira profundo, calmando su respiración.

—Croissant, sal quiero hablar contigo. — habló de nuevo golpeando la puerta.

En el sector de la barra Frederik habla con su padre, quien observa a Joe con despreció, que habla con su madre.

Frederik que solo mantiene su vida en privado se había dado cuenta hace muchos años el tipo de padre que tiene y del porque siempre le molestaron las personas diferente. Su padre es un Homofóbico, al 100%

—Observa a niña, vestida como un hombre que asco. — sostiene con su madre derecha su copa.

—Tranquilo papá, es solo una niña. — Enrique, mira su copa.

—Si los dejas abrir sus alas sin aber las cortado antes, el ave se puede escapar. — dejó la Copa sobre una bandeja. — Yo jamás permitiría que uno de mis hijos, tengan... —

—¿Alas? — lo interrumpe. — Ya lo sabemos, creeme que ya lo sabemos. —

Frederik se aleja de su padre y llega con Evan que habla con su madre y Joe, preocupados porque Penélope no a vuelto con ellos.

Joe se ofrece para ir a buscar la al baño, pero Evan la detiene diciéndole que ya no es necesario, cuando la ve llegar a ellos, con una sonrisa falsa que la mayoría creyó.

—¿Penélope? — pregunto Sofía. — disculpen, la necesito por algunos minutos. —

Sofía la aleja para llevarla al frente en donde están Fiorella y Enrique bebiendo de sus copas, junto a Justina y Alfonzo, el corazón de Penélope se acelera al orecebciar una catástrofe, Rogelio que observa la escena desde una punto de vista lejano, se mantiene firme y camina lentamente hacia ellos.

—Fiorella, Enrique quiero presentarles a mi sobrina Penélope Flores, hija de mi hermana Flavia. — habló con una gran sorisa mostrando los dientes.

—Un placer, conocerlos. — habló mirando a Fiorela.

—Es Flavia, pero gorda. — acotó Fiorela. — Aunque teniendo en cuenta, que también se parece a su padre. —

—¿Disculpe? —

—Silencio Penélope. — ordenó Justina.

—Era de esperarse, maleducada, insolente e inrespetuosa. Caracteristicas de un Flores. — eso hace enojar a Penélope.

—No creo que sea conveniente que hablas así de una persona, si no la has conocido antes. — respondió Dennis, parandose al lado de Penélope.

—Hijo mío, cada vez más hermoso. — Fiorela, beso la mejilla de su hijo. — Solo decía. —

Penélope se quedó callada luego de aquella incómoda conversacion con Fiorela, aquella mujer que dijo conocer a su padre, aguantando las lágrimas toma una copa de la bandeja de un mesera y la bebé denun sorbo.

Dennis que ve la escena en vivo, se mantiene a su lado, observando las de reojo para que no ternura ebria y sea juzgada aún más. Evan, que esta del otro lado hablando con su madre y Joe, observa la cercanía de Dennis con Penélope y no duda en acercase, a ellos para alejarla anticipando un gran dolor en ella.

—Disculpen, quisiera llevarme a mi compañera. — Dennis lo mira enojado, molesto.

—Un placer conocerlas. — agregó Penélope con la cabeza agachada. — Gracias Evan. —

—Las hienas, no se cansaron. — ella ríe.

—¿Tu conociste a mi madre? — esa pregunta los hace detener.

—¿Porque preguntas? — pregunto aún sosteniendo su mano.

—Responde por favor, ¿Llegaste a conocer a mi madre? —

Antes de que pudiera responder, son interrumpidos por Fiorela, quien pidió hablar con Penélope a solas, con miedo y nerviosa camina detrás de ella.

Cerca del DJ, se quedaron paradas mirando a los invitados y Fiorela, mira a Penélope de arriba a bajo, como se estuviera sucia o mal vestida.

—¿De que quiere hablar conmigo señora? — pregunto.

—Eres muy inteligente para no darte cuenta que mi hijo esta detrás de ti. — bebé de su copa. — Tu madre también tenía esa carita de inocente, todo el mundo le creia, pero yo no... —

—No soy mi madre, y si tiene algún problema debería hablar con ella. — acla poniéndose derecha.

—No me interesa lo que hagas, a donde vayas o con quien estés, quiero que te alejes de mi hijo, eres igual de zorra que tu madre. — Penélope se quedó callada.

—No me amenace, vieja frustrada. — hablo tranquila. — Te lo vuelvo a repetir, si tenes algún problema, lo arreglas con ella. —

—Altanera como Hernan. — la mirada de Penélope se relaja, y sonría maliciosa.

—En cuanto a tu hijo, deberías hablar con él no conmigo. Porque al parecer, le gusta consumir colágeno. — alza una ceja y se aleja de Fiorela.