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Cartas Para Una Princesa

Cartas Para Una Princesa

Status: Terminada
Genre:Romance / Época / Embarazo no planeado / Familia mágica / Mundo mágico / Completas
Popularitas:31.4k
Nilai: 5
nombre de autor: LunaDeMandala

Las aventuras de la princesa Bella Volt del Imperio de Oro de un gran mundo mágico.

El mundo mágico también incluye las novelas

1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto

** Todas novelas independientes **

NovelToon tiene autorización de LunaDeMandala para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Beso

El carruaje que me llevó a la residencia del barón Parsons no tenía nada de ostentoso. su hogar, aunque elegante, estaba impregnado de un calor distinto al de los palacios imperiales.. menos mármol y oro, más madera pulida y flores frescas en jarrones de porcelana sencilla.. Se notaba que aquella casa estaba hecha para habitarse, no para exhibirse.

Ernesto me recibió en la entrada.. no había escoltas ni mayordomos anunciando mi llegada con ceremonias.. solo él, esperándome con un gesto tímido pero sincero. Me condujo hacia un comedor iluminado por la luz del mediodía que entraba a raudales por grandes ventanales. la mesa estaba servida con esmero, sin ostentación, pero con un cuidado que revelaba cuánto había pensado en aquel momento..

El almuerzo transcurrió entre comentarios ligero.. la recuperación de Elysia, el parecido de los bebés con el conde, y hasta alguna anécdota graciosa sobre la torpeza de los médicos en la mansión Greenville. Ernesto reía más de lo que jamás lo había escuchado reír en público; era una risa libre, sin la rigidez que los títulos imponen.

Después de los platos principales, apareció sobre la mesa una pequeña botella de licor dulce, de un tono ámbar brillante. Ernesto la sostuvo entre sus manos y, con cierta complicidad, me dijo..

—Mi padre solía decir que este licor no era para embriagarse, sino para aprender a hablar de verdad. ¿Le gustaría probarlo?

Acepté con curiosidad. El sabor era suave, con notas de miel y especias.. Calentaba lentamente la garganta, y pronto sentí cómo la conversación se volvía aún más natural, más íntima.

Él apoyó los codos en la mesa, inclinándose un poco hacia mí.

—A veces pienso que he mostrado al mundo una versión de mí que no me gusta —confesó, girando la copa entre los dedos—.. El joven arrogante, distraído, incapaz de escuchar a quienes me querían bien.

Lo observé en silencio, sorprendida por la vulnerabilidad en sus palabras. Ernesto Parsons, el hombre del que muchos nobles se burlaban por su carácter, me estaba mostrando un rostro que parecía reservado solo para aquellos en quienes confiaba.

—Quizás eso es lo que más me sorprende de usted, Ernesto —dije suavemente—. Que me permita conocerlo así..

Él levantó la vista y sus ojos se encontraron con los míos. Por un instante, el ambiente se volvió distinto, cargado de algo que no se nombraba pero se sentía en la piel.

sonrió apenas, como si temiera romper ese equilibrio delicado.

—Creo que usted… ha sido la primera persona en mucho tiempo que me escucha de verdad.

las copas se vaciaban y volvían a llenarse sin que ninguno de los dos lo notara demasiado. El licor era engañoso: dulce, ligero al principio, pero poco a poco iba dejando un calor en las mejillas y en la voz.

Ernesto parecía más suelto que nunca, aunque en sus gestos aún se colaba ese nerviosismo encantador que lo caracterizaba.

—Debo confesar algo, princesa… —dijo, girando la copa entre sus dedos, como si necesitara un escudo—. Después de tantas cartas, casi siento que la conozco más en papel que en persona.

Sonreí, inclinándome hacia él.

—Y sin embargo… aquí me tiene, ¿no le intimida más?

Ernesto se sonrojó al instante, llevándose una mano a la nuca.

—Muchísimo más. No me atrevo ni a mirarla demasiado tiempo, porque temo que descubra que soy más torpe de lo que parece en mis cartas.

Reí suavemente, el sonido se mezcló con el leve tintinear de las copas.

—¿Torpe? No lo diría. Nervioso, quizás. Y eso lo hace… más honesto.

Él parpadeó, sorprendido, como si no esperara un cumplido tan directo. Sus labios se curvaron en una sonrisa tímida, y sus ojos, normalmente esquivos, se atrevieron a sostener los míos por un segundo más de lo habitual.

El ambiente se volvió ligero, juguetón. Nos lanzábamos pequeñas provocaciones disfrazadas de comentarios inofensivos. Él me preguntaba qué pensaba de los bailes cortesanos, y yo respondía que quizás eran menos entretenidos que un almuerzo con un barón que se sonrojaba a cada palabra. Él bromeaba con que algún día le escribiría una carta tan mala que dejaría de responderle, y yo le contestaba que entonces la guardaría como recuerdo de su valentía.

Las risas iban y venían, y con cada una, el alcohol suavizaba los bordes del nerviosismo. No era embriaguez completa, sino ese estado intermedio en que las palabras se vuelven más sinceras y las miradas más largas.

Ernesto, en un momento de atrevimiento inusual, levantó su copa en dirección a mí.

—Brindemos… por las cartas que nos hicieron amigos. Y por este almuerzo… que tal vez nos haga algo más.

el calor en mis mejillas ya no sabía distinguir si venía del licor o de sus palabras.

el licor había borrado poco a poco la formalidad de los primeros momentos. Ya no nos hablábamos como princesa y barón, sino como dos personas que habían compartido meses de confidencias y que ahora, por fin, podían mirarse sin el velo de la distancia..

Ernesto reía más suelto, aunque todavía se notaba la timidez en el rubor de sus mejillas. Yo, por mi parte, sentía que mi voz sonaba más baja, más íntima, como si no quisiera que nadie más pudiera escucharla.

en un momento de silencio, nuestras copas quedaron a un lado y la conversación se interrumpió. Solo quedaba la cercanía. Nuestras manos, que habían estado jugando con los bordes de la mesa, se rozaron sin querer. Ernesto se tensó, pero no retiró la suya. Yo tampoco.

—Bella… —susurró mi nombre con una mezcla de duda y deseo, como si no estuviera seguro de tener derecho a pronunciarlo así.

Lo miré, sosteniendo sus ojos con los míos. Por primera vez no lo vi como el barón inseguro ni como el hombre nervioso que tartamudeaba, incluso en sus cartas, sino como alguien que me hacía sentir vista, esperada, apreciada.

La distancia entre nosotros se fue cerrando casi sin darnos cuenta. Su respiración rozaba la mía, y el mundo pareció quedarse quieto, como si todo lo demás desapareciera.

Cuando sus labios se posaron sobre los míos, fue un beso torpe al inicio, cargado de inseguridad. Pero en esa torpeza había una dulzura que me hizo sonreír contra su boca, antes de responderle con suavidad.

El beso fue breve, apenas un roce prolongado, pero suficiente para encender un calor distinto al del licor en mi pecho. Al separarnos, Ernesto estaba completamente sonrojado, los labios entreabiertos como si quisiera disculparse y no pudiera.

Yo bajé la mirada un instante, sonriendo con timidez.

—Supongo… que nuestras cartas ya no bastan.

Él rió nerviosamente, pero sus ojos brillaban de una forma nueva, como si acabara de encontrar algo que nunca se había atrevido a soñar.

1
Z@!®∆
buena historia me gusto mucho
Hayra Lucena
Ne encantó 👏
Nena
Me encantó, es hermoso ver que todas las luchas, los desacuerdos te permiten disfrutar de los logros alcanzados y te hacen sentir que valió la pena
verito_luz
muy buena
Monica Lopez C. 🇻🇪 🌹🇦🇷
maravillosa historia,,, todas son una adicción ,, felicidades autora 💝🎁🤗
Sam Garcia Rodriguez
...
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Excelente súper recomendada para las nuevas lectoras
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hermoso final.
Laura Ojeda
linda familia Ernesto jajaja creo que a Leandro le faltan los polvos para dormir el ex emperador Ethan
Hanna
ahora és cuidar uno del otro y dos niños que vendrán 🥰🥰
Hanna
Hans siendo Hans...🙄🙄🤣🤣
Hanna
de todos ahí la felicidad completa es de Elysia en saber que ha conseguido cambiar el destino de Ernesto.. que ya no vá a morir sino a tener una vida de alegrias
morenita
Ya bella tenía todo fríamente calculado para que la distancia no sea un impedimento 💪
morenita
Ellos son tan bellos, tan auténticos 🥰, esta parejita me encantan se complementan al 💯
morenita
Wow 🥰que bello, como debe ser 💪
morenita
Eres un hombre muy afortunado Ernesto, por ahí dice un dicho" que no hay mal que por bien no venga", y ahí tienes tu recompensa, la princesa Bella entregandote todo de si, sientete muy feliz y merecedor de esos momentos tan únicos, ahora si conociste un verdadero amor 🥰
morenita
Hermoso y muy bonito este capítulo, encantada de que esos dos se hayan entregado con un amor puro, con un amor verdadero,que se haya fortalecido ese vínculo que ya tenían por medio de las cartas y que su reencuentro haya sido así de maravilloso 🥰
Rose Mary ⚘️
por fin descanso el pobre hombre
Rusi Jmz
Ahora a celebrar después de un mes de tortura para Ernesto 🤭🤣🤣🤣
Sara Manzanilla
Yo creo que la hermana debió acompañar a Ernesto al altar.
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