La dinastía Dickens ha estado viviendo con una maldición de procrear un solo heredero, pero no de cualquier persona. El final del hilo rojo de cada heredero de esta familia está conectada a alguien especial, que es destinada por los cielos, no importan los años que pasen, las situaciones en las que están, estás parejas se encontraran sin importar como. ¿Christopher será la clave para acabar con esta maldición que han tenido por casi 200 años? O ¿Sera el final de esta familia y su descendencia?
El hilo rojo conecta a todos aquellos que están destinados a estar juntos sin importar las circunstancias.
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El perfume
Para tener un breve respiro de todo este caos en la empresa, regresé a mi último pasatiempo: la perfumería.
“Estas esencias son las más utilizables para crear un perfume”, explicó el perfumista con profesionalidad.
“Ya veo, pero aún le falta algo”, respondí con tono reflexivo, examinando las muestras con detenimiento.
“Agregaré otras esencias y mañana le traigo las pruebas”, propuso, entendiendo mi exigencia.
Al día siguiente, regresó con más de 150 muestras en mano.
“Mi aprendiz me ayudó a combinar todas las esencias posibles y estos fueron los resultados”, anunció con orgullo.
Probé casi 110 muestras, sintiéndome frustrado por la abrumadora variedad de olores.
“¿Cuánto tiempo llevamos haciendo esto, Josh?” pregunté, buscando una perspectiva.
“Para ser exactos, 6 meses”, respondió Josh, consciente del tiempo y esfuerzo invertidos.
“Tira todo”, ordené bruscamente, sintiendo la impaciencia crecer.
“Sí, presidente”, respondió Josh, obedeciendo mi decisión sin contradecirme.
“Espera...”, murmuré, un presentimiento me llevó a probar una muestra más, el número 111.
“Es esta”, exclamé emocionado, reconociendo el aroma perfecto que había estado buscando.
“Quiero que me hagas un alabastrón de este perfume”, instruí al perfumista, decidido.
“Josh, averigua si alguna empresa tiene en su poder esta fórmula. Si es así, cómprales los derechos para que no la saquen más al mercado”, ordené con firmeza.
“Presidente, eso es demasiado. Afectará las ventas anuales de esa empresa”, objetó Josh, preocupado por las implicaciones económicas.
“¿Es tu empresa?”, pregunté directamente.
“NO”, respondió Josh rápidamente.
“Preocúpate por la empresa en la que trabajas, no en otra. ¿O acaso quieres perder tu empleo?”, repliqué, destacando la importancia de seguir mis instrucciones sin vacilar.
“¡Demonios! Estuve seis meses buscando un maldito perfume. ¿Qué diablos me hizo esa chica loca?”, murmuré frustrado, recordando la inspiración inicial que me llevó a esta búsqueda obsesiva.
La sala quedó en silencio mientras absorbía la intensidad del momento, consciente de que mi determinación por encontrar el perfume perfecto era tanto una muestra de mi persistencia por ¿volver a ver a esa loca?
Pasaron 2 años y medio de la nada. Durante este tiempo, mi agenda como presidente de Dream Fly y Dream Bank era abrumadora. Pero hacía tiempo para ver a mi familia y amigos, aunque ellos también estén ocupados y ya no nos reunamos como antes.
"Abuela, ¿qué sucedió? ¿Por qué traes esa cara?" pregunté al verla entrar con expresión preocupada.
"Madre, no fuiste a visitar a tu amiga", respondió mi madre, visiblemente inquieta.
"Vengo de ahí, pero el país está patas arriba", contestó la abuela con un tono cargado de angustia.
"¿Por qué?" preguntó mi padre, captando la tensión en el ambiente.
"¿No han visto las noticias?", preguntó la abuela, sorprendida por la falta de conocimiento.
"Al parecer hay un asesino en serie que ha estado atacando a las jóvenes", informó mi padre con seriedad.
"Ese maldito asesino del meñique está destrozando la vida de jóvenes, despedazando familias. Merece la muerte", exclamó mi abuela, mostrando su indignación y frustración.
"Abuela, no te alteres. Debes cuidar tu presión", intervine, preocupado por su salud.
"¿Cómo no me voy a alterar si por ahí afuera anda un loco, un psicópata suelto?", replicó la abuela, incapaz de contener su enojo frente a la situación alarmante que afectaba a la comunidad.
"Tengo una conferencia en la universidad, nos vemos en la hora de la comida", mencioné mientras me preparaba para salir.
Al llegar al lugar, saludé a los estudiantes con cordialidad. "Hola estudiantes", les dije, recordando la invitación que la universidad me había extendido para ofrecer consejos a los alumnos.
"Hola presidente Dickens", respondieron en unísono.
"Su manera de dirigirse hacia a mí me hace sentir un poco incómodo. Yo también fui alumno de esta universidad, así que podríamos decir que soy... su hermano mayor", les dije con una sonrisa, intentando establecer una conexión cercana.
"Solo llámenme Chris", añadí de manera informal, buscando crear un ambiente más relajado y accesible para los estudiantes.
"Observo a muchos y dudo que haya faltado uno, así que nos saltaremos el pase de lista", comenté mientras evaluaba rápidamente la presencia de los estudiantes.
"‘Los líderes pasan el 5% del tiempo en el problema y el 95% en la solución’, una frase de Robin Williams", cité, compartiendo una enseñanza que consideraba valiosa.
"Es importante explorar el paisaje del conocimiento. Lean, sea lo que sea, lean. Hablar con personas de distintos ámbitos nos ayuda muchísimo. Aprendan tanto como les sea posible", aconsejé, enfatizando la importancia del aprendizaje continuo y la diversidad de experiencias.
Las dos horas pasaron demasiado rápido y al finalizar comenzaron las preguntas.
"Presidente Dickens, ¿usted tiene novia?", preguntó una chica, rompiendo el ambiente académico con una pregunta personal.
"Estudiantes, debo recordarles que solo deberíamos hacer preguntas que estén relacionadas con el curso", respondí con diplomacia, desviando la atención hacia el propósito de la sesión.
"Gracias a todos", concluí con gratitud, mientras me preparaba para retirarme y dejar espacio para las reflexiones y el debate entre los estudiantes.
"Y recuerden, 'El conocimiento es poder, cuando sabes sacarle provecho', dijo con convicción, enfatizando la importancia del aprendizaje.
''Presidente Chris, he solicitado prácticas en su empresa, espero que sea aprobada'', dijo una chica con entusiasmo palpable.
''Tu trabajo duro dará resultados'', respondí, alentándola con una sonrisa de apoyo.
''Señor presidente, debemos irnos'', intervino Josh.
''Chris'', una voz femenina me llamó desde atrás.
''Sasha, ¿cuándo volviste?'', pregunté, sintiendo una mezcla de sorpresa y alegría al verla.
''Hace unos días, ja, ja, ja, lamento no avisarte'', rió, mostrando su característico sentido del humor.
''Puedes irte, te alcanzaré después'', le indiqué a Josh, deseando un momento a solas con Sasha.
''Y dime, ¿cómo has estado? ¿Cómo han estado los chicos?'', pregunto.
''Todos estamos bien'', respondí con calma.
''Jackson, ¿ha estado bien?'', preguntó con una nota de duda en su voz.
''¿Aún te interesa?'', inquirí, curioso por sus sentimientos.
''Ehmm, estoy comprometida. Dentro de dos meses me caso'', dijo, revelando un nuevo capítulo en su vida.
La noticia me tomó por sorpresa, pero me esforcé por mantener una expresión neutral. Estaba contento por ella, aunque una pequeña parte de mí sintiera nostálgica por Jackson