Un engaño cambió su vida. Ahora sólo busca vengarse de quienes le hicieron daño. Podrá dejar atrás el dolor y comenzar de nuevo?
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Capítulo 10
Emily y Michael llevan casados dos meses. La habitación de ella se ha convertido en la habitación matrimonial. Ha tenido que cambiar la cama por una más grande y darle un toque más maduro.
Su vida no es para nada como imaginó. Su esposo pasa la mayor parte del día fuera. Se ha comprado un automóvil deportivo bastante caro y al salir de la oficina siempre tiene otras cosas que atender y ella termina cenando y durmiendo sola.
La intimidad tampoco es lo que pensaba. Cada vez que su esposo le hace el amor es de manera brusca, no tiene la más mínima consideración con ella.
Asistir a la Universidad la mantiene ocupada la mayor parte del día. Es lo único que le ayuda a evadir su triste realidad.
Clara en un principio intentó hacerla entrar en razón dándole uno y mil ejemplos del por qué piensa que Michael no la ama. Al ver que ella ignoraba sus consejos dejó de intentarlo.
Greg, por el contrario, siempre tiene algún motivo por el cual quejarse de su esposo y está mañana no es la excepción. Ha venido a la mansión exclusivamente para hablar con ella lejos del control que ejerce su esposo.
- Emily, de verdad tienes que poner un alto. Michael está dilapidando tu fortuna. Esta semana compró un apartamento, muy costoso. ¿Lo sabías?
Emily intenta disimular la sorpresa, no sabía sobre la compra de ese apartamento. Habitualmente, no sabe nada de lo que hace su marido.
- Sí, lo sabía. Ambos lo escogimos y decidimos comprarlo.
- Estás mintiendo. Te conozco. Abre los ojos, ese hombre te está usando.
- Me molesta que nadie vea lo que yo veo en él. Hay cosas que no sabes y estoy segura de que tampoco comprenderías.
- ¿Qué cosas? El hecho de que haya respetado tu decisión de no tener relaciones sexuales hasta el matrimonio no quiere decir que te ame. Seguramente, tiene una amante con la que ha cubierto sus necesidades.
- El león cree que todos son de su condición. Además, no estoy hablando de eso.
- Yo sí y jamás haría algo por el estilo. Si conociera a una mujer como tú y tuviera la fortuna de ser correspondido por ella, nunca la engañaría. Esa mujer tendría mi lealtad y mi amor incondicional- consiente de lo que acaba de decir y sobre todo de la manera en como lo ha dicho, intenta darle otro sentido a su declaración- Como no conocí a nadie así, prefiero permanecer soltero y ser honesto con las mujeres con las que me relaciono.
- ¿Terminaste?
- Sí, hablar contigo es igual que hacerlo con la pared.
- Entonces no malgastes tu tiempo y tu saliva. Ya conoces la salida.
Esa noche, Michael llega tarde como de costumbre. Se mete en la cama y comienza a acariciar a su esposa. Emily se tensa de inmediato.
- Vamos, preciosa. Con ese cuerpo y no sabes como utilizarlo. Tienes que aprender a complacer a tu marido.
- Si fueras más gentil, quizá sería diferente.
Ignora su petición y nuevamente se concentra en su propia satisfacción dejando de lado la de ella.
Emily se cubre con la sábana. Michael comienza a roncar enseguida. Una noche más en vela para la recién casada.
Durante el desayuno, ella toca el tema del nuevo apartamento.
- No dijiste que comprarías un apartamento.
- Dudo que deba decirte todo lo que hago o lo que compro.
- ¿Iremos a vivir ahí?
- No, lo quiero para poder pasar la noche en él cuando se me haga tarde en la oficina.
- No estamos tan lejos de la productora como para que no llegues a dormir.
- Deberías de trabajar un día entero, así te darías cuenta de lo agotador que resulta. Pero si quieres me sigo arriesgando conduciendo de madrugada a casa.
- No, no deseo que te arriesgues.
- Entonces deja de hacer preguntas y como buena esposa acata mis decisiones.
Después de desayunar, suben a sus respectivos autos y toman rumbos diferentes.
- ¿Hasta cuando vas a vivir así?- cuestiona Abby durante el almuerzo.
- ¿De qué hablas?
- De que no eres feliz. Admite que te equivocaste, divórciate, recupera lo que es tuyo y comienza de nuevo.
- Soy feliz, amo a mi esposo y tengo la vida que siempre soñé.
- Eso no es verdad y todos nos damos cuenta. Recapacita antes de que sea demasiado tarde. Si por azares del destino llegas a quedar embarazada estarás atada a él para siempre.
- Embarazarme sería una bendición. Sabes bien que siempre he soñado con convertirme en madre.
- Lo sé, pero Michael no es el hombre indicado para ti.
- Eso lo decido, yo. Nadie más.
- Ya no sé qué decirte para abrirte los ojos. Me duele que te conformes con un hombre que no te ama y mucho menos te valora.
- Abby, si de verdad valoras nuestra amistad y quiere que perdure, deja de hablar mal de mi esposo.
- Ok, entiendo. Aunque no estoy de acuerdo con tu relación, no quiero echar por la borda nuestra amistad. No volveré a decirte nada sobre él. Estaré ahí para ti cuando te des cuenta de tu error.
- Gracias.
Desde que Michael compró el apartamento, rara vez duerme en la mansión. Emily pasa las noches preguntándose qué mantiene a su esposo tan ocupado.
Además, sus gastos se han disparado, Greg insiste en que le ponga un alto. Le entrega los estados de cuenta y cada noche cena en un restaurante diferente, compra ropa de diseñador con demasiada frecuencia, ha comprado otra motocicleta.
Para colmo la calidad de sus producciones ha bajado y los clientes comienzan a quejarse. Por primera vez en décadas hay pérdidas económicas en un negocio que sus abuelos y sus padres llevaban a la perfección.
Aunado a todo esto comienza a recibir mensajes de un número desconocido en donde ponen en duda la fidelidad de su esposo.
📩 ¿De verdad piensas que tu marido pasa las noches solo en ese lujoso apartamento que compró con tu dinero?
Antes podía contarle a Clara sus problemas, qué para nada se comparaban con los que tiene ahora, pero podía hablar con ella. Ahora ni con su nana, ni con su amiga.
Decirles lo que sucede solo acrecentaría la desconfianza que sienten hacia Michael.
Comienza a preguntarse si no debería desconfiar también ella. Ya son demasiadas señales y quizá todos tenían razón cuando le advertían que no le convenía relacionarse con él.
Se va a dormir sola una vez más. Hoy ni siquiera recibió un mensaje de su esposo para avisar que no llegaría.
Pasa la noche analizando su relación. En realidad él nunca fue romántico y mucho menos detallista. Pocas veces se comportó de forma cariñosa.
Desde que se casaron ha intentado retomar el tema de la boda religiosa sin éxito. Siempre hay una excusa para no fijar una fecha.
Recuerda la relación que llevaban sus padres, ambos eran cariñosos uno con el otro. Se demostraban su amor de mil maneras. Su padre era todo un caballero con su madre, siempre protegiéndola y haciéndola sentir la mujer más bella del planeta.
Ella no tiene nada de eso; ni amor, ni protección y mucho menos admiración. Las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas. Llora hasta que llega el amanecer.
No lloraba tanto desde la muerte de sus padres. Como le gustaría que estuvieran vivos para aconsejarla, pero sobre todo para darle su apoyo.
Ha comenzado a cuestionarse y los mensajes anónimos solo aumentan sus dudas. Ha llamado a ese número sin recibir respuesta, siempre la envía a buzón.
Si pudiera contarle a alguien podría llegar más pronto al meollo del asunto, pero no puede y no debe. Necesita hablar con Michael y pedirle que sea honesto con ella.
Es semana de exámenes y necesita concentrarse. Sus calificaciones han bajado considerablemente desde que se casó y los profesores le han externado su preocupación.
Siempre ha sido la mejor de la clase y ahora le cuesta muchísimo aprobar las materias. Pasa la semana entera en la biblioteca al terminar las clases, en casa no consigue mantener la concentración.
Abby al saber su situación decide quedarse con ella y ayudarla a estudiar. Sigue muy preocupada por su amiga, algo le dice que no tarda en sufrir una gran decepción y ella estará ahí para ayudarla a superarlo.