Ella, era la hija de un general, una guerrera talentosa, pero su prima le tendió una trampa para asesinarla y así tomar su lugar como una princesa heredera, ahora, a reencarnado en la princesa que fue puesta en su lugar y su prima acabo aun como una concubina más, pero aun siendo la princesa, las concubinas abusaron de ella, ahora que está en ese cuerpo, esta lista para su venganza.
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el principio para una nueva vida
Durante el viaje en carruaje, se quedó dormida, soñando, aquellos días cuando era Izumi Kyoko, la orgullosa hija del general, la más fuerte entre sus hermanos, dispuesta a pelear hombro a hombro con su padre durante la guerra, estaba preparada para ser una guerrera, pues desde niña su padre le enseño todo lo que sabe, claro, su madre falleció cuando ella apenas cinco años, así que su padre, la crió como si fuese un niño más de la familia, jamás la discriminó por ser mujer, por el contrario, tuvo mejores atenciones con ella, pero era rudo cuando la situación lo ameritaba, sin embargo, su destino fue muy distinto al que siempre quiso, lejos de ser mandada a la guerra con el valeroso ejército de su padre, el emperador, supo de su valentía y creyó que era la mujer perfecta para su mimado hijo, el tercer príncipe.
Por más que ella se negó, la orden ya había sido entregada por escrito y desobedecer, solo le daría problemas a su familia, pero se sentía un tanto afortunada, porque no iría sola, su prima Yuna iría también al mismo lugar, entrando al harem del príncipe como concubina, aun cuando ella y su prima no eran tan cercanas, nunca hubo rivalidades entre ellas, ya que sus metas eran diferentes, así que antes de partir, Kyoko, le dijo a Yuna que por su parte, si ella gusta del príncipe, la dejará ser feliz con él, siempre y cuando este le corresponda, Yuna no estaba muy feliz, pero aceptó, sin saber que ella ansiaba ser la esposa legal y no solo una simple concubina, estaba enojada, porque el emperador había elegido a una marimacho como Kyoko para ser princesa y a ella solo le daban sobras.
Llego el día de partir, ambas iban en carruajes separados hasta que de pronto se detuvieron, era un grupo de bandidos atacando y queriendo llevarse todo de las dotes de ambas, claro, no iba a permitir algo así, bajo de su carruaje a luchar contra aquellos hombres, ayudada de los pocos guardias que iban con ellas; escucho el grito de Yuna así que corrió a su carruaje, pero al momento de entrar y quitarle a un hombre de encima, Yuna tomó una daga y se la insertó directo al pecho.
- yo soy la única que merece ser la tercera princesa, una basura como tú, solo esta hecha para morir.
Como perdía mucha sangre y fuerza, Yuna la empujó fuera del carruaje y cayó al piso, intento ponerse de pié, pero a sus espaldas, el hombre que le había quitado de encima a Yuna, dio otro golpe y le encajó la espada por la espalda, sin poder soportar más, todo se desvaneció a su alrededor.
Abrió los ojos y estaba recostada en el hombro de Lili, se tallo los ojos y se reincorporo para sentarse mejor, pidiendo una disculpa por haberse dormido, aun así sonrió, porque pese a la traición de Yuna, sus planes no salieron como deseaba y para su mala fortuna, ahora estaba por debajo de otra concubina.
- princesa ¿acaso le sucedió algo bueno? Es raro verla sonreír de la nada
- no Lili, solo recordé algo, no me hagas caso.
El cochero, anunció que ya había llegado. Bajan del carruaje y son recibidas por una mujer mayor, se presenta como la señora Kaede era la fiel sirvienta de su anterior vida, así que sin más, le rinde una reverencia.
- gracias por permitirme estar aquí.
- a-alteza, no es necesario, solo soy una humilde sirvienta.
- no se preocupe, es mi manera de mostrar respeto hacia una persona mayor, sin importar el estatus.
La señora kaede, se sorprendió por esa palabras, ya que por los rumores había escuchado que la tercera princesa era una chica caprichosa y por ello, no era tratada bien en la mansión del príncipe, pero tal lo que son, son solo rumores.
- acompáñame, la llevaré a la habitación de invitados, el general no se encuentra hoy, pero me pidió que la atendiera como se debe, también le dejo un mensaje, dijo que su entrenamiento empieza desde temprano, por ello, yo me encargaré de levantarla para salir a calentar junto con los novatos.
- de acuerdo, lo tendré presente, muchas gracias señora Kaede.
- lo que necesite no dude en pedirlo, también le enseñaré la cocina a su mucama para que la ayude con la comida cuando lo necesite.
Al llegar a la habitación de invitados, fue la Kaede quien abrió las puertas, dejando ver lo amplia y bien equipada que estaba, sin más se retira para dejarla descansar.