La historia más cliché del año", así la describiría Carla... pero, ¿qué pasa cuando los villanos cuentan su versión?
pero ¿qué pasa cuando se ve desde los ojos de Kiara? Una joven obligada a comprometerse con el príncipe a los 15 años por decisión de su padre, quien en secreto ama al hombre con el que está destinada a casarse. Todo cambia cuando Marionela entra en escena. Su aparente dulzura esconde un lado oscuro que Kiara conoce de primera mano, pues es ella quien comienza a manipular al príncipe y convertir la vida de Kiara en un caos.
La gota que colma el vaso llega cuando Marionela, en un acto calculado, se envenena para culpar a Kiara. La supuesta villana es acusada injustamente, encarcelada y casi ejecutada, pero logra reducir su sentencia. Allí, en el calabozo, un golpe la despierta a su vida pasada y con ello, un propósito claro: cambiar su destino .
este historia está completa
NovelToon tiene autorización de andrea para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 12_ Liu
Un pacto bajo las estrellas
Esa noche, después del banquete, Ian y yo nos encontramos en uno de los balcones del palacio. La vista desde allí era impresionante: el vasto imperio iluminado por millas de luces, con las montañas en la distancia y el cielo despejado salpicado de estrellas.
— ¿Qué piensas? —preguntó Ian, apoyándose en la barandilla mientras me observaba.
—Que este es solo el comienzo —respondí, girándome hacia él—. Ahora que soy tu emperatriz, quiero más que un título, Ian. Quiero poder real, decisiones reales.
Ian sorprendentemente, pero su mirada era seria.
—Eso es lo que esperaba escuchar de ti. Pero el poder no se entrega, Kiara, se toma. Y si quieres gobernar a mi lado, tendrás que demostrar que estás a la altura.
—No te preocupes, Ian. Lo haré —dije, acercándome un paso hacia él—. Pero quiero algo a cambio.
—¿Y qué sería? —preguntó, arqueando una ceja.
—Cuando mi exilio termine, quiero regresar a Liu. Quiero enfrentarme a Marionela y al príncipe Alber como lo que soy ahora: la emperatriz de Xek. Quiero que sepan que estoy por encima de ellos, que no tienen poder sobre mí.
Ian se quedó en silencio por un momento, pero luego avanzó lentamente.
—De acuerdo. Te apoyaré en lo que decidas hacer cuando llegue el momento. Pero recuerda, Kiara, cada acción tiene consecuencias. Asegúrate de estar preparado para enfrentarlas.
Lo miré a los ojos, segura de mi decisión.
—Lo estoy.
Preparativos y estrategias
Durante los siguientes meses, me dediqué a fortalecer mi posición como emperatriz. Ian cumplió su palabra y comenzó a involucrarme en asuntos importantes del imperio: estrategias, alianzas políticas, reformas económicas. Aprendí rápido, absorbiendo todo lo que podía, mientras Ian me guiaba y, a veces, me ponía a prueba.
Sin embargo, en el fondo de mi mente, siempre estaba pensando en Liu. Sabía que el tiempo se acercaba, y quería estar preparado para mi regreso. Había oído rumores de que Marionela y el príncipe Alber estaban planeando su boda, algo que me provocó una mezcla de ira y satisfacción. Sería aún más dulce interrumpir su felicidad.
Una noche, mientras estudiaba mapas en mi despacho, Ian entró sin anunciarse.
—Tenemos una oportunidad para fortalecer nuestra influencia en Liu —dijo, dejando un pergamino sobre mi mesa.
Lo leí rápidamente. Era una carta del reino de Liu, solicitando la mediación del emperador de Xek en una disputa con uno de sus vecinos.
—Esto nos da una excusa perfecta para enviar una delegación —dijo Ian, cruzándose de brazos—. Y creo que sería apropiado que la emperatriz lidere esa delegación.
Lo miré, entendiendo inmediatamente lo que estaba haciendo. Ian sabía lo que significaba para mí regresar a Liu, y me estaba dando la oportunidad de hacerlo antes de lo previsto.
— ¿Es esto tu manera de ponerme a prueba? —pregunté con una sonrisa.
—Tal vez —respondió—. Pero también es una oportunidad para que demuestres a todos, incluida Marionela, quién eres ahora.
Levanté el pergamino y lo sostuve en alto.
—Acepto. Será un viaje interesante.
Ian sonriendo, pero en sus ojos había algo más: orgullo y, quizás, un atisbo de admiración.
—Entonces prepárate, Kiara. Porque este será tu primer gran movimiento como emperatriz. Y asegúrate de que sea memorable.
Y lo sería. Porque cuando regresara a Liu, no sería como una exiliada ni como una simple noble. Regresaría como la mujer que había renacido del fuego, más fuerte, más ambiciosa y más peligrosa que nunca.