El Retrovisor De Mi Vida

Sin embargo, a pesar de los intentos de Rachel y David para dividirlos, nos aferramos a nosotros como pareja y compañeros de trabajo. Hablamos, un día donde ya no podía más no quería perder mi primer amor, recordamos todo lo que había sido nuestra relación, los momentos difíciles que habíamos superado juntos, los casos ganados y la amistad que habíamos cultivado. Nos prometimos y nos comprometimos a no permitir que nadie los separara al no perder la confianza.

Con el tiempo, no empezamos a dar cuenta de los verdaderos motivos de Rachel y David de acabar con su relación. Recordando todas las artimañas utilizadas y negaron volver a caer en sus juegos.

Este giro inesperado de los acontecimientos, con Marco unimos fuerzas. Utilizamos nuestra experiencia y conocimientos para exponerlos, sus manipulaciones y maquinaciones frente a los demás miembros del bufete.

La verdad salió a la luz, Rachel y David fueron despedidos del bufete por su conducta poco profesional. Por otro lado, nosotros emergimos más fuertes que nunca, nuestra relación estaba más llena de amor y fortalecida en confianza, después de las pruebas vividas.

Decidimos alejarnos del bullicio de la ciudad y escapar a un acogedor restaurante a las afueras. Con luces titilantes y una atmósfera íntima, era un escenario ideal para ellos como pareja. Habían dejado al pequeño Francisco esa noche con sus tíos como él les decía a Laura y Jorge.

Cuando ya estubieron en la mesa destinada para ellos, intercambiaron sonrisas nerviosas dónde revelaban el amor y cariño que sentía por el otro.

Durante la cena, las conversaciones fluyeron fácilmente, compartieron risas y confidencias como si no hubiera nadie más en el lugar. Se sumergieron en su mundo, hablando de sus sueños.

Entre platos exquisitos y sorbos de vino, los gestos de cariño se hicieron más frecuentes.

Después de la cena, decidieron dar un paseo por los jardines del lugar donde se encontraban, disfrutando del aire fresco y la serenidad de la noche. Bajo la luz de la luna, se detuvieron en un rincón apartado.

En ese momento tan mágico, Marco me confesó sus sentimientos más profundos, expresando lo mucho que la ama y lo que significaba tenerla a su lado. A este punto yo ya estaba llorando de felicidad.

Me realizó esta pregunta:

¿Beige amor, quieres ser mi esposa?

Te amo y quiero vivir mi vida contigo, tu ya eres la madre que mi hijo escogió y ahora te estoy escogiendo yo una vez más.

Respondí, en un susurro suave.

Sí, quiero.

Lo abrace y lo besé sellando su amor que prometía un futuro lleno de aventuras y felicidad juntos. De la nada, aparecieron sus amigos y su hijo, para felicitarlos. Convirtieron esta cena en un recuerdo que atesorarían para siempre.

Compartieron un tiempo juntos, después se despidieron y Francisco nuevamente se fue con sus tíos, ellos decidieron que su noche aún no acababa. Más bien, está noche fue un nuevo inicio de nuevas experiencias.

¿ qué seguirá?

¿ ya no habrá problemas, para esta pareja?

¿podrán ser felices?

¿ que piensan?