Volverá... y los que la hicieron sufrir lloraran
Estoy corrigiendo los errores de los capítulos de a poco. Si encuentran algún fallo, me avisan, por favor. Gracias por la paciencia.
Te invito a pasar por mi perfil y leer mis otros escritos. Esos ya están terminados.
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9 - ACOMODÁNDOSE EN EL NUEVO HOGAR
9 – ACOMODÁNDOSE EN EL MUEVO HOGAR
Eduardo salió del departamento y Katrina fue directamente a lavarse los dientes y a acostarse. Como estaba acostumbrada a yacer en el suelo, la cama le pareció hecha de nubes. Sonrió satisfecha y se durmió de inmediato.
A la mañana siguiente se despertó temprano por costumbre. Desayunó, limpió lo poco que había ensuciado y salió del departamento hacia el centro comercial. Necesitaba comprar algunas cosas de uso personal y el chip para el celular. Dado que ya no volvería a realizar ventas callejeras, utilizaría el dinero que tenía reservado para reponer el material. Pero volvió a casa disgustada porque, al estar en una zona céntrica, todo aquí era más caro y se quedó casi sin plata. Dejó sus zapatillas en el zapatero y acomodó las cosas que había comprado en sus respectivos lugares.
Fue a buscar el celular para colocarle la SIM. Lo había dejado cargando sobre la mesa ratona del living. Lo desconectó, le colocó la tarjeta y lo encendió. La pantalla de inicio le informó la marca y el modelo del aparato. Abrió los ojos desmesuradamente, sorprendida por lo que vio: Era una marca muy buena y el modelo era el anteúltimo que la compañía había sacado. De pronto se sintió preocupada por el valor económico del dispositivo. Si lo llegaba a romper o perder no podría pagarlo ni trabajando gratis todo el año. Dudó si sería prudente utilizarlo, pero llegó a la conclusión de que, por ahora, no tenía más remedio. Continuó con la configuración haciéndolo operativo.
Fue a su habitación a buscar la tarjeta en la que estaba anotado el número de Eduardo. Lo ingresó, riéndose de que su primer contacto agendado sería él. Luego abrió la aplicación de mensajería y le envió un mensaje.
📱 Señor Gómez. Soy Katrina. Este es mi número.
📱OK.
- ¡Qué elocuente! - Dijo la chica hablándole al aire.
📱 Perdone la molestia, pero ¿me podría dar la clave del wifi?
📱Está en la parte trasera del módem.
📱¡Gracias! No lo molesto más.
📱No me molestas.
Katrina se quedó mirando la pantalla un momento. Le pareció rara la respuesta del hombre. Probablemente, estaba muy ocupado, pero dijo que no lo molestaba. Seguramente fue una respuesta de cortesía.
El sábado no era un día laborable en la empresa, pero como presidente, Eduardo siempre tenía algo que hacer. Sentado en su oficina junto a su ayudante, Guillermo, revisaba los documentos que utilizaría el lunes en la reunión de inversores que tenía programada.
Su aspecto era impecable. No importaba si no había nadie más que ellos y los de seguridad en la empresa. De ningún modo se presentaría vestido de manera informal en el trabajo. Era tan aplicado que hasta ponía su teléfono en silencio y jamás lo atendía o respondía mensajes si estaba ocupado. Por eso, su asistente se sorprendió mucho cuando una notificación visual iluminó la pantalla y Eduardo tomó el móvil. Su desconcierto fue aún mayor cuando vio que, sonriendo, respondió el mensaje. Moría de curiosidad por saber quién era la afortunada (ni por un momento dudó que era una mujer) de que el jefe le respondiera de inmediato y con una risita en el rostro.
Siguieron trabajando otro rato en silencio. Cuando terminaron, Eduardo le dijo a Guillermo:
- Para el lunes a primera hora quiero que me tengas en el escritorio la lista de cargos vacantes en la empresa".
- Como usted diga, señor".
- Otra cosa: el lunes viene la señorita Katrina a mi oficina. No quiero que sufra ningún tipo de inconvenientes para entrar. Avisa en recepción, por favor".
- De acuerdo, señor. Lo haré como usted dice. También le diré a su secretaria para que esté prevenida".
- Perfecto. Que la haga pasar a mi oficina apenas llegue".
- Así se hará, señor" - Al ayudante no le gustaba esa chica, pero bajó la cabeza obedientemente.
- Nos vemos el lunes. Descansa el fin de semana".
- Igualmente, señor".
Eduardo bajó por el ascensor directo. Guillermo lo hizo unos minutos después porque se quedó un momento para avisar a seguridad que ya se iban. Luego, cada uno se fue a su casa.
Katrina pasó el fin de semana como en un sueño: un techo sobre su cabeza, comida en la heladera, una cama suave y mantas calentitas, Internet, cable… Cosas con las que solo había podido soñar hasta ahora.
- No te acostumbres. Esto no va a durar.
La chica repetía esta frase como un mantra varias veces al día. Sabía que debía sacar tajada de esta oportunidad y extraer de ella todo lo que pudiera. Por eso, aprovechó el navegador del celular y se puso a hacer varias investigaciones.
Lo primero que buscó fue un instituto en el que pudiera terminar el secundario con modalidad en línea. Buscó su maltratada libreta y anotó en ella los nombres, las tarifas, las opiniones de los usuarios, en fin: todo lo que le pareció importante para tomar una decisión.
Todavía no sabía qué trabajo haría, ni los horarios, ni la remuneración que tendría. Por eso, pospuso la decisión hasta tener esos datos. Lo bueno es que techo y comida tendría el primer mes, así que no necesitaría preocuparse por eso.
Lo segundo que indagó fueron videos sobre informática. Le fascinaban las computadoras y, siempre que podía, investigaba sobre el tema. Así aprendió a realizar pequeños programas y a manejar varios sistemas operativos. Pero todo eso lo hacía con la PC de la biblioteca, lo que presentaba varios problemas: en primer lugar, no siempre estaban desocupadas. En segundo lugar, eran aparatos obsoletos y lentos. Pese a estos problemas, había avanzado bastante.
Se propuso buscar alguna notebook de segunda mano para así aprender más rápido. Lo anotó en su lista de pendientes en la libreta, gimiendo porque todo debía ser relegado hasta conocer sus condiciones laborales. Lanzó un suspiro profundo. No debía quejarse, pues hasta ayer estaba en la calle, así que se enfocó en ser positiva.
Sin darse cuenta, ya eran las dos de la mañana. Bostezó y fue al baño a lavarse los dientes.
Se miró al espejo y vio que estaba limpia. Su cabello estaba brillante por primera vez desde que tenía memoria. Sonrió con satisfacción y se fue a la cama.