Qué es la belleza?, pienso que es un término que se inventó el ser humano, solo para menospreciar a los que no encajan en un patrón determinado, yo siempre he creído que existe mucho más en las personas que solo un rostro bonito, pero ciertamente en esta sociedad en la que vivimos los estereotipos de belleza ya están anclados y es algo muy díficil de cambiar,... pero no imposible...
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Capitulo XIII Donde estés tú, es mi lugar
— Qué haces despierta a esta hora?. — pregunto Ignacio con voz seductora.
— Vine por agua. — respondió Isabella tímidamente.
— Mm pensé que me estabas buscando. — respondió Ignacio.
— Por qué habría de estar buscándote. — respondió Isabella.
— No lo sé, tú dime. — la voz de Ignacio se estaba poniendo cada vez más ronca.
— Puedo ir por mi agua?. — pregunto Isabella nerviosa.
— Claro que sí bella! — dijo Ignacio con una sonrisa seductora.
Una vez que Ignacio soltó a Isabella esta se fue por el agua, sentía más calor de lo normal y su corazón estaba acelerado.
Después de tomar el agua se despidió de Ignacio y volvió a su habitación, ella sentía un hormigueo en su estómago, no entendía que le estaba pasando.
Al día siguiente Isabella e Ignacio se encontraban desayunando en la oficina, ese día tendrían mucho trabajo, así que les tocó trabajar desde muy temprano.
— Aquí tienes las órdenes para el nuevo pedido. — le entrego una carpeta llena de documentos a Ignacio.
— Donde están las facturas de los nuevos proveedores?. — pregunto Ignacio con la cabeza enterrada en una pila de documentos.
— Aquí las tienes, me tomé la libertad de revisarlas y encontré algunas inconsistencias. — comento Isabella.
— Qué clase de inconsistencias has encontrado?. — pregunto Ignacio intrigado.
— Coteje el balance entregado por el contador con cada una de las facturas y hay una fuga de capital casi imperceptible...— Isabella hizo una pausa para después de unos segundos continuar con su explicación.
— Fíjate aquí. — Isabella señaló unos números que pertenecían al mismo pedido, pero con algunos centavos de diferencia.
— Ya veo lo que me quieres decir.
Ignacio entendió que aunque la fuga fuera mínima, estas diferencias a largo plazo terminarían viéndose reflejadas en pérdidas incalculables para la empresa, él mandó a realizar una auditoría de los libros contables para comprobar que está pequeña fuga de capital se estaba presentando desde hace años y las consecuencias que estás estaban trayendo para la empresa.
— Yo puedo realizar la auditoría. — comento Isabella segura de sí misma.
— Tú no tienes experiencia en estas cosas, lo mejor es que lo haga un profesional. — respondió Ignacio mirando los documentos que tenía frente a él.
Isabella se sintió mal, pues ella sabía que tenía la capacidad de realizar este trabajo, ella había diseñado un algoritmo que detectar la fuga de capital y los días en las que estás ocurrieron, pero Ignacio simplemente no le daría la oportunidad de ponerlo a prueba, la chica decidió no insistir y solo se limitó a organizar la agenda de Ignacio, su humor había cambiado considerablemente.
— Es hora de almorzar, vayamos a un restaurante. — comento Ignacio.
— Prefiero comer algo de la cafetería de la empresa, ve tú y almuerza en el restaurante. — respondió Isabella indiferente.
— Te pasa algo?. — pregunto Ignacio confundido.
— No, nada, solo quiero estar sola. — respondió Isabella recogiendo sus cosas para irse a almorzar.
— Entonces te acompaño a la cafetería. — comento Ignacio viendo la reacción de Isabella.
— El gran Ignacio Hernández en la cafetería, creo que en tu vida has comido algo ahí. — contesto Isabella con sarcasmo.
— Está bien Isabella ve a tu cafetería y almuerza sola, yo no voy a seguir con esta discusión sin sentido. — Ignacio había perdido la paciencia, él no entendía a la mujer y antes de terminar diciendo cosas que no quería decir, prefiero irse.
Isabella bajo a la cafetería, y a lo lejos vio a Margaret la secretaria de Ignacio, sonrió y camino hasta ella bajo la mirada curiosa de los que estaban presentes.
— Hola Margaret!. — dijo Isabella sonriendo.
— Señorita Isabella!. — respondió Margaret asombrada de que la chica estuviera con ella.
— Solo llámame Isabella, me puedo sentar aquí contigo?. — pregunto Isabella amablemente.
— Por supuesto que sí señorita, este lugar es precisamente suyo también. — respondió Margaret.
— Eso no es cierto y ya te dije que no me llames señorita, solo dime Isabella. — volvió a decir Isabella.
Isabella se sentó junto a Margaret y uno de los meseros que se encargaba de atender a los altos directivos se acercó a ella preguntándole si deseaba algo en particular, a lo que Isabella le contesto que le sirviera lo mismo que estaba comiendo Margaret, las dos mujeres entablaron una conversación como si fueran amigas de toda la vida, después de unos diez minutos llego el almuerzo.
Las dos mujeres se disponían a empezar a comer cuando escucharon la voz de Ignacio detrás de ella, Isabella alzó la mirada y vio la hermosa sonrisa de Ignacio.
— Buen provecho!, disculpen que las interrumpa, me puedo sentar con ustedes?. — Margaret quedó boquiabierta, pues nunca imaginó que su jefe se sentará a comer con ella.
— Claro que sí jefe, por favor siéntese. — dijo Margaret levantándose.
— Ay Margaret, siéntate!, disculpe señor Hernández, pero creo que este no es lugar para usted. — dijo Isabella despreocupada.
— Donde estés tú, es el lugar perfecto para mí — respondió Ignacio con un tono seductor y un tono lo bastante alto como para qué se escuchará en todo el lugar.
Margaret quedó boquiabierta y las personas que lo habían escuchado no podían creer que su jefe le hablara así a alguien, él siempre se había caracterizado por ser una persona déspota y sin sentimientos, pero ahora estaba ahí prácticamente declarándose a una mujer.
Isabella se quedó sin palabras, pues ella no sabía si Ignacio estaba hablando en serio o simplemente estaba siguiendo el juego de su supuesta relación.
— Está bien te puedes sentar. —
Ignacio sonrió ante el cambio de actitud de Isabella, él se sentó a su lado y el mesero le trajo el almuerzo, los tres empezaron a comer, Margaret se sentía mal tercio, ya que Isabella e Ignacio estaban conversando muy animadamente, lo que ella no sabía era que para Isabella esto solo era una actuación, ya que ante todos ellos eran una pareja.
El día transcurrió sin más inconvenientes, al salir de la empresa Ignacio invito a Isabella a un centro comercial, ella estaba algo cansada, pero como negarse si él la había ayudado tanto en el pasado.
— Qué hacemos aquí?. — pregunto Isabella fastidiada.
— Ya lo sabrás.
Ignacio quería darle una sorpresa a Isabella, él quería dejar en claro que Isabella estaba comprometida, así que fue por un anillo de compromiso para ella.