Al haber sufrido violencia durante toda su vida, Lola decidió terminar con su agresor, después de perder al bebé que venía en camino, gracias a una golpiza puesta por su esposo. Al intentar huir de la familia de su fallecido esposo, se encontró con una mujer extraña y le habló sobre un mundo diferente, donde ella podría vivir feliz y en paz. Lola decidió ir a ese mundo creyendo en la palabra de la extraña, sin embargo no debes creer todo lo que te dicen, nunca debemos confiar en simples extraños.
Un nuevo mundo, ¿Una nueva vida?
Quizás la persona que una vez existió en el mundo moderno, también dejó de existir en el mundo al que llegó. Lola ya no es la misma, ahora su personalidad dominante ha despertado.
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Viviremos juntos
Haciendo caso a lo que Sophia dijo, las mujeres continuaron desayunando, aunque se apresuraban y de esto se dio cuenta la joven.
—Tranquilas, tómense su tiempo. Yo solo voy a preparar algo rápido, no quiero incomodarlas, con lo que están haciendo me siento mal por ustedes— su expresión demostraba culpa
—Disculpe señorita, ¿usted cree que podamos probar de su comida?— una de las jóvenes presentes, una sirvienta, preguntó
—Sería un honor— por fin pudieron sacarle una sonrisa.
Las mujeres presentes, hicieron lo que Sophia les había pedido y su forma de desayunar volvió a ser normal. La miraban con sorpresa y fascinación, pues jamás vieron a una joven noble, hacerse cargo de sus propias comidas, no era nada común, incluso cuando no podían darse el lujo de tener sirvientes o alguien que les sirviera, preferían dejarse morir porque no sabían hacer nada, así eran la mayoría de las nobles en ese lugar.
—¡Listo! Ya quedó— por fin su desayuno estaba listo y claro que preparó lo suficiente para compartir con sus admiradoras. —Prueben, por favor— pidió con una sonrisa en sus labios
Aquella cocina pronto se convirtió en un campo de batalla, por saber quién sería la primera en probar aquellas delicias preparadas por Sophia, lo que la hizo reír a carcajadas, por primera vez desde hacia muchos años, pues su sonrisa de felicidad se había borrado después de haberse casado con su difunto esposo, en la tierra.
Enseguida se dio cuenta que la quedaron observando y eso le dio mucha vergüenza, que prefirió agachar la cabeza. —Me disculpo, disfruten de la comida— dijo esto para después retirarse
—Es usted más hermosa cuando sonríe señorita— una de las mujeres más longevas, la detuvo para decirle aquello.
Sophia sintió un dolor en su corazón, tenía muchísimo tiempo que nadie le decía algo bonito, sin importar quien fuese, había olvidado lo bien que se puede sentir escuchar un halago, por lo que solo mostró una sonrisa de agradecimiento, mientras daba un suspiro.
—Concuerdo con mi nana, ella jamás se equivoca y tiene toda la razón cuando dice que usted es más hermosa al sonreír— el marqués había llegado
Lo dicho por el hombre causó una reacción diferente en el interior de Sophia. Ella no intentaba que alguien del genero contrario comenzará a hablarle bonito, en sus planes no estaba relacionarse con nadie de una manera romántica, pero sus emociones y sentimientos estaban envueltos en una calidez que no había sentido durante tanto tiempo, que solo pudo disfrutar el momento.
—Mi niño, por fin llegas. Todo el desayuno ya debe de estar frío, permíteme y te preparo algo más— la mujer que halagó a Sophia, era quien le hablaba al marqués
—Nana, si me lo permites, quisiera saborear la comida que preparó está bella joven— sonreía igual que un hombre enamorado.
—Entonces me retiro— ella se despedía
—¿Me abandona?— se mostraba dolido. —¿Por qué no me acompaña a desayunar y hablamos de lo que sucedió anoche?— sin pensarlo, la tomó de la mano, para detenerla.
—Está bien, lo espero en el comedor— con disimulo, se soltó del agarre y salió de ahí. Sus nervios se estaban alterando.
Enseguida le sirvieron la comida al marqués y pronto, los dos ya estaban frente a frente, desayunando.
—Dígame marqués, ¿qué ocurrió exactamente anoche?. Estoy de acuerdo en que me ataquen a mi, pero que ataquen a gente inocente, no lo voy a permitir— su furia era evidente. —Fueron los Gaillard, ¿cierto?, ellos son los únicos afectados con mi existencia— comenzaba a degustar sus alimentos
—Está en lo correcto, sin embargo debe estar tranquila. Me hice cargo de todo, acepte una disculpa en nombre del imperio Solen. No supimos cuidar bien de usted— se puso de pie, haciendo una reverencia
—Tranquilo, estoy consiente que usted no tuvo ninguna culpa. Puede ser un hablador e inventar mentiras, pero no lo creo capaz de intentar matarme— sonreía burlona
—Creo que no le gustará saber la verdadera razón del porque dije aquello— su enojo, podía verse en su rostro
—Probemos, no puede ser tan malo. A menos que usted se haya enamorado de mi a primera vista, esas cosas no existen— mientras se cubría la boca, reía.
—Esa es la verdad. Tanto fue mi enamoramiento que no quise verla cerca de nadie más, a pesar de ser el emperador, tuve celos de él— se agachó, mostrando vergüenza
—Debería buscar a alguien apropiada, en realidad yo ya estuve casada y no soy capaz de soportar nuevamente una relación. En ese matrimonio sufrí mucho, no confío en los hombres y mucho menos en que puedan sentir algo real. Lo lamento— su expresión era triste, recordaba cada momento en su anterior vida siendo Lola
—¿Al menos puedo intentarlo?— parecía querer perseverar
—Solo perderá su tiempo, pero si no le importa. Puede hacerlo— sonrió, quería que se diera cuenta por el mismo que no podría enamorarla. Al menos eso era lo que pensaba ella. Aún no sabía lo perseverante que podría llegar ser Noil Laroux.
—Las vidas que fuesen necesarias, seguiría intentando enamorarte hasta lograrlo, espero que con eso entiendas cuánto es lo que me gustas— ya estando junto a Sophia, le dijo eso en voz baja.
Al ser una mujer y tener a un hombre guapo, con rasgos físicos fascinantes, era inevitable que ella sintiera su cuerpo erizarse.
—Estaré esperando— bebió de su jugo para calmarse.
—Tendré todo el tiempo. Su majestad pidió que se quedara aquí, ya que la mansión quedó destrozada, además robaron el resto de las armas que usted tenía ahí— su sonrisa era ladina, dichoso por tenerla cerca y bajo el mismo techo.
—Entiendo— suspiró con resignación. —Con el robo solo podrán ocasionar su propia muerte, pues las armas no funcionan si son robadas y la verdad quién lo hiciera, moriría. Es una de las estipulaciones del contrato, nunca leen las letras pequeñas— reía para si misma. Después de todo, ver a su difunto esposo trabajar, si era de utilidad.
—No se si debo temerle o idolatrarla por su inteligencia— se acercó un poco más a Sophia. Al ver está acción, la joven se levantó rápidamente, alejándose de él.
—Vi que a lado este de la mansión hay una pequeña cabaña, ¿podría vivir en ese lugar?— sus expectativas no eran altas, pero quiso intentarlo
—Ese lugar no ha sido habitado durante mucho tiempo, será mejor que elija una habitación en la parte superior de la mansión— se había puesto serio, al tratar ese tema
—Muy bien, entonces prefiero irme a una posada en el pueblo más cercano, me retiro— estaba segura que no se lo pondría muy fácil al marqués
Ahora se enfrentarán a los soldados para poder ir a su casa, ojalá y lo logren🤔