Casada Por Error

En la casa de los lombardo

—Abran la reja— Dice Josué

—Lo lamento pero no puedo abrir la reja sin autorización— Dijo el guardia

—La esposa de Alex está herida y si le llega a pasar algo, quedará en tu consciencia, así que abre la maldita reja ¡Ahora!— Dijo Jimena exaltada

—Enseguida— Dijo el guardia, mientras abría la reja

—Bajenla con cuidado, Sarita, llamá al doctor, dale la dirección y que venga lo más rápido posible— Dice Juan

—Esta bien— Dice Sarita mientras agarra su celular

—Josue, abre la puerta— Dice Juan

Cuándo entramos a la casa y me acosté en el sofá, ya que no podía seguir caminando.

Por suerte no había nadie en la casa, al parecer habían salido todos.

—¿Como te sientes?— Pregunto Livia

—Como si me hubieran disparado— Dije en forma de broma

—Dios, jajaja— Dijo Livia mientras se reía

—El doctor viene en camino— Dijo Sarita

—¿Que está pasando aquí?— Pregunto Ezequiel —Señorita Maria, usted, está sangrando

—Ezequiel, necesito que traiga toallas— Dijo Juan

—Enseguida

En el despacho

—¿Que es todo ese alboroto?— Pregunto Fernando

—No lo sé— Respondió Alex

—Vamos a ver— Dijo Fernando

En la sala

—El doctor ya llegó— Dijo Sarita

—Que está pasan...— Se detuvo cuando vio a Maria sangrando —Maria, ¿Qué paso?— Pregunto Alex acercándose a Maria

—Le dispararon— Dijo Livia

—Doctor, buenas noches— Dijo Juan

—Buenas noches, ¿Qué fue lo que paso?— Pregunto el doctor

—Recibió dos disparos— Dijo Juan

—¿Saben de qué arma?— Pregunto el doctor mientras se ponía los guantes

—Glock G19

—Está bien, necesito que me traigan un par de toallas— Dijo el doctor

—Aqui están las toallas— Dijo Ezequiel

—Maria, ¿Como te sientes?— Pregunto el doctor mientras me revisaba

—Un poco adolorida— Respondí

—Tenemos que llevarla a un hospital, no puedo atenderla aquí, no tengo el equipo

—No hay tiempo, se podría desangrar en el camino— Dijo Juan

—Doctor, tiene que sacar las balas, si no lo hace, puedo sufrir una hemorragia interna— Dije

—Esta bien, voy a necesitar un cuchillo, alcohol y una toalla— Dijo el doctor

—Enseguida— Dijo Jimena

Jimena trajo las cosas que le faltaban al doctor, para poder extraer las balas.

—Te voy a aplicar anestesia, pero va a tardar unos minutos en actuar

—Deje la anestesia, solo hágalo— Dije

—Esta bien, toma, muerde esto— Dijo el doctor antes de ponerme la toalla en la boca

—Ay me recuerdan— Dije

—No digas babosadas, nada te va a pasar— Dijo Sarita

El doctor puso alcohol en las heridas, con el cuchillo, corto un poco en la parte de la herida, y luego introdujo sus dedos para poder extraer la bala que estaba cerca de mis costillas.

Estaba mordiendo la toalla con todas mis fuerzas, no paraba de gritar, pero con la toalla en la boca no se escuchaba.

—Aguanta Maria, tu puedes— Dijo Alex agarrándole la mano

—Ya extraje la primer bala, falta la otra, aguante señorita— Dijo el doctor sosteniendo la bala que estaba cerca de las costillas de María

Después de unos minutos, el doctor saco la bala de mí hombro.

—Alguno tiene un encendedor?— Pregunto el doctor

—Yo, tomé— Dijo Fernando entregándole el encendedor al doctor

—Para que es el encendedor— Pregunto Juan

—No tengo las herramientas para poder suturar las heridas, así que, tendré que hacer una cauterización con el cuchillo caliente— Dijo el doctor mientras calentaba el cuchillo —Esto te va a doler un poco

Después de decir eso, el doctor puso el cuchillo caliente sobre las heridas, grite mucho, pero por suerte no se escuchaba gracias a la toalla que estaba mordiendo.

—Listo, las heridas ya están cauterizadas, pero mañana debes de ir al hospital a qué te revisen— Dijo el doctor sacándome la toalla de la boca

—Esta bien, yo mismo la voy a llevar, ¿Como te sientes?— Le pregunto Alex a Maria

—Bien, creo— Le respondí

—Te voy a inyectar un analgésico para el dolor y luego te voy a poner unas vendas

—Esta bien— Dije

Después de inyectarme el analgésico y de ponerme las vendas, el doctor se fue.

Fernando tambien se había ido, después de recibir una llamada.

—Te voy a llevar a tu pieza para que descanses, fue suficiente por hoy— Dijo Juan

—Juan, ¿podemos hablar?— Pregunto Josué entrando a la casa

—Claro Josué, Alex, podrías llevar a Maria a su pieza, por favor

—Claro que si— Dijo Alex sujetando de la cintura a Maria

—Espera, espera— Dije agarrándome la herida que tenía debajo de la costilla

En el jardín

—¿Que sucede Josué?— Preguntó Juan

—Me acaban de informar que los hombres de Javier se dirigen hacia acá

—¿Estás seguro?

—Si señor

—Informales a todos, que estén alertas, llama a la base y pide refuerzos

—Los refuerzos vienen en camino

—Voy a llamar al coronel— Dijo Juan agarrando su celular, pero en eso empezaron a disparar en la entrada de la casa

—¿Que sucede?— Preguntó Alex

Los hombres de Javier entraron a la propiedad y empezaron a disparar, haciendo que las ventanas de rompieran.

—Carajo, ¡TODOS ABAJO!— Grite y todos los que estábamos dentro de la casa nos tiramos al suelo

—Maria, ¿estás bien?— Pregunto Jimena

—Estoy bien, ve por las chicas y no se separen— Dije

—Está bien

—Carajo— Dije mientras me arrastraba para poder ocultarme detrás del sofá, Alex me ayudó, ya que yo no tenía suficiente fuerza— Alex, necesito que te vayas a esconder

—No te voy a dejar, estas herida

—Lo se, pero no voy a dejar que mí gente muera

—Entonces me quedo contigo

—Claro que no

—Claro que si

—Es muy peligroso, eres un civil

—Escucha, no voy a dejarte aquí para que mueras, entendiste— Dijo mirando me a los ojos

—Esta bien, sabes usar un arma?

—Si

—Perfecto, Josué, necesito dos armas

—Aqui tiene, tenga cuidado sargento— Dijo Josué entregándome las armas

—Maria— Dijo Juan

—¿Como estás?— Le pregunté casi gritando, ya que no se podía escuchar nada debido a los disparos

—Bien, ¿pero el que hace aquí?

—Un poco de ayuda siempre es necesaria

—Bien, Alex, hay alguien más en la casa?— Pregunto Juan

—No, no hay nadie

—¡Todos en posición, no desistan!— dije casi gritando para qué me escucharán

Josué, Juan, Alex y yo les estábamos disparando a los hombres de Javier que estaban intentando entrar a la casa.

La verdad, me sorprendió mucho que Alex sepa manejar un arma, pensé que lo iban a matar, pero no fue así.

Las chicas estaban al lado de la biblioteca, vi que un hombre se les acercaba, con la poca fuerza que tenía, me levanté un poco y le dispare al tipo en la cabeza. Me descuidé por unos segundos y casi me matan, de no haber sido por Alex, que le disparó a uno de los tipos, estaría muerta.

—Gracias—Dije volviendo a mí lugar

—Maria, estas sangrando— Dijo Alex

—Mierda— Dije después de fijarme —No te preocupes, estaré bien, no te distraigas

No podía seguir viendo como mi gente moría, así que decidí lanzar una granada.

—Josué!— Dije

—Dígame sargento— Respondió Josué

—Pasame las granadas y dile a nuestra gente que se cubra

—Enterado

—Cúbranse— Les dije a las chicas, ¿todos listos?— Pregunte

—Listos— Respondió

Saque el seguro de la granada, y espere 5 segundos antes de lanzarla.

—¡GRANADA!— Grite y luego la lance cubriendome mi cabeza con los brazos

—¡Todos están bien!— Preguntó Josué

—¡Todos bien!— Respondió Mateo

Después de lanzar la granada los refuerzos llegaron y mataron a los hombres que quedaban, algunos se escaparon, pero ya estábamos a salvo, al menos por el momento.

—¿Todos están bien?— Pregunté mientras me ponía de pie

—Sargento, tenemos que llevarla al hospital— Dijo Josué

—Estoy de acuerdo contigo— Después de decir eso me tumbé de rodillas al suelo

—Maria— Dijo Juan preocupado

—Esto bien, solo no puedo mantenerme de pie— Dije con la cabeza abajo

—Vamos al hospital, Josué trae la camioneta

—Enseguida— Dijo Josué antes de irse corriendo por la camioneta

—Levantate vamos, Maria por favor— Dijo Juan

—Maria, no nos asustes— Dijo Livia

—Perdon, pero no tengo fuerzas, no puedo — Dije

Trataba de levantarme, pero no podía, no tenía las fuerzas para poder hacerlo.

—La camioneta está lista— Dijo Josué

Después de que Josué dijo eso, me desmaye, lo último que supe, fue que alguien me cargo y me subió a la camioneta.