SÁLVAME

Javier.

He estado muy inquieto desde que presente el examen, solo espero que haya logrado pasar de lo contrario estaré en serios problemas.

Hoy ya es el día de la celebración del cumpleaños de mi padre, y como mi madre me lo pidió, compre un atuendo para dicha reunión, solo espero y no sea nada aburrida, como suelen ser esas fiestas a la que ellos van.

_ Estás listo.- grito Jaime desde la puerta.

_ Ya casi.- le respondí, mientras acomodaba mi corbatín.

_ Date prisa, papá nos espera.- volvió a gritar.

Tome mi perfume y me lo aplique, luego abrí la puerta.

_ Ya estoy listo.- le dije.

_ Bien, vamos, los invitados empezaron a llegar.- me informo.

Al bajar, vi que ya había muchas personas, unas que no conocía y otras que sí, muchas de ellas eran políticos y empresarios.

_ Esto será aburrido.- susurré.

_ Ya te acostumbrarás.- me dijo Jaime.

Acostumbrarme, no creo que pase, lo mío es la locura, el escándalo, no hablar de negocio y política, mientras se escucha el piano, pero bueno, por el momento, toca aguantar.

Papá y mamá recibían a los invitados en la entrada, así que nos dirigimos a ellos, mientras Dante conversaba con uno que otro invitado.

_ Por qué tardaste.- me regaño mi madre.

_ Lo siento, era que no lograba acomodarme el corbatín.- mentí.

Ella me miro con seriedad, pero por suerte en ese momento llegaron unos invitados.

_ Fernando, que busto que esté aquí.- le dijo mi padre el hombre.

El gusto es mío Alonso, feliz cumpleaños.- respondió el hombre. Ya conoces a mi esposa y su hija.- dijo mostrando a dos mujeres que lo seguían.

_ Sí, ya había tenido el placer.- respondió mi padre mientras les estrechaba la mano de ellas.

_ Buenas noches, señor Evans, tenga usted un feliz cumpleaños.- le dijo la mujer.

_ Muchas Gracias, sean ustedes bienvenidos.- le dijo mi padre.

Ellas se presentaron, pero yo no les preste la más mínima atención, ya que toda ella estaba en la chica que estaba más atrás de ellos tres.

Era ella la chica del examen, ella lucia hermosa, su vestido era color rosa claro, y su maquillaje natural, se veía hermosa.

_ Te acuerda de mi hija.- hablo el hombre de nuevo.

Por dios, Valentina, qué hermosas está.- dijo mi padre con emoción. Han sido tantos años.

_ Gracias, señor Alonso, si han sido muchos años.- dijo ella con una hermosa sonrisa.

_ Es como ver a Selena.- agrego mi madre.

Y ella sonrió más ampliamente. Pero quién era Selena, quizás era su abuela o alguien cercano a ella.

_ Gracias, señora Diana.- dijo esta.

Yo estaba en silencio, solo escuchaba lo que decían, ya que mis ojos estaban fijos en ella, todos los gestos en su rostro eran dignos de apreciar.

_ Fernando, no sé si recuerdas a mi hijo Javier.- le dijo mi madre.

_ Claro que sí, ha pasado un tiempo muchacho.- el señor Fernando me estrecho la mano.

_ Como ha estado señor.- lo salude, pero la verdad era que no lo recordaba.

_ Muy bien muchacho, ven, te presento a mi hermosa hija.- él se acercó a la silla de su hija, y la empujo hasta donde yo me encontraba.

_ Mucho gusto Valentina Carvajal.- dijo ella.

Al parecer no me recordaba o simplemente quería ignorarme, bueno, eso pensaba.

_ Mucho gusto, Valentina, Javier Evans.- le dije.

_ Ya te recuerdo, eres el chico del examen.- dijo.

_ Pensé que no me recordabas.

_ No estaba segura.- me dijo.

_ Veo que ya se conocían.- dijo mi padre.

_ Bueno, no exactamente, presentamos el examen juntos para ingresar a la universidad.- le conté a mi padre.

_ Eso es bueno.- dijo el padre de ella.

_ Papá y a mí no me piensas presentar.- dijo la otra chica.

_ Lo siento, ella es Sara, mi hijastra.- dijo él.

Ahí entendí, que la señora no era la madre de Valentina, era su madrastra.

_ Mucho gusto Sara, Javier Evans.- le dije estrechando su mano.

_ El gusto es mío.- ella me hablo de manera coqueta, haciéndome sentir incómodo.

Valentina hizo una mueca en su rostro de burla, al parecer no se llevaban bien, cosa que llamo más mi atención, ya que la tal Sara parecía una buena chica.

_ Que les parece si ingresamos.- dijo mi padre.

…

Todos ingresaron a la casa, Valentina estaba encantada con la decoración, el ambiente era tranquilo, no como pensaba que sería, todos lucían trajes muy elegantes, además la decoración era hermosa, mucha cristalería y flores blancas y rosas por todos lados

_ Te gusta.- le pregunto Javier.

Ella lo volteo a ver, luego volvió a mirar a su alrededor.

_ Sí, es muy hermoso.- le contestó ella.

_ Mi madre, ama todo esto, ella fue la encargada de la decoración.- le contó él.

_ En cada detalle puedo ver el amor que le pone.- le dijo ella mientras tocaba uno de los arreglos florales.

No muy lejos de ellos, Carmina y Sara los observa, Sara se sentía molesta al ver que Valentina había llamado la atención de Javier.

_ No sé qué es lo que le ve, de verdad no le importa que esté en esa silla.- Sara tomo de un sorbo el contenido de su copa.

_ No pienses en eso, quizás solo lo hace por lástima.- le dijo su madre.

_ Espero y sea cierto, él me gusta y lo quiero para mí.- le confesó Sara a su madre.

Pues entonces debes acercarte a él, pero sin ser tan obvia.- Carmina le acomodo el cabello. he estado pensando en una manera de tratar con Valentina, así que por el momento debemos tratar de llevarnos bien con ella.

_ ¿Para qué? - pregunto Sara.

_ Solo piénsalo, una vez que ganemos su confianza, la podemos manipular, así que a partir de hoy debes aportarte como la mejor hermana.- Carmina estaba más que segura que su plan funcionaria.

_ Estás segura de que funcionara.-pregunto Sara.

_ Nos tomara tiempo ganarnos su confianza, pero sé que funcionara.- le dijo Carmina a su hija.

_ Bien, por ahora me acercaré a ellos.- Sara acomodo el escote de su vestido y se fue directo a donde valentina conversaba con Javier.

Ese era el inicio de la nueva estrategia de madre e hija para conseguir derrumbar a Valentina y conseguir lo que tanto esperaban.