-Esto no puede continuar así María Camila, eres la mayor, no puede ser que esta sea la quinta niñera que renuncia en menos de un año-
-No queremos una extraña en casa papá, yo puedo cuidar a mis hermanos-
-Eso no está en discusión, sabes que tengo que trabajar, habla con tus hermanos de inmediato-
-Desde que se murió mamá has cambiado mucho, sabes te necesitamos en casa, mamá ya no esta y nos duele comprende esto no te duele solo a ti-
-María Camila no te vayas así, hija, escúchame-
Laura no entiendo porque tenias dejarnos solos justo en el momento en que mas te necesitamos.
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Capítulo 12 La mudanza
Luciana...
Definitivamente mi jefe quiere cambiar. Me di cuenta en el instante en que interrumpí aquel abrazo familiar: ver a los cinco sonriendo con tanta sinceridad fue hermoso. El señor Emiliano ama a sus hijos, y ellos lo aman también, aunque aún estén aprendiendo a expresarlo.
El almuerzo fue alegre, lleno de conversaciones, risas y pequeñas confesiones. Los niños aprovecharon para contarle a su padre cómo les iba en la escuela y en sus actividades, mientras Sol, con su ocurrencia de siempre, propuso que saliéramos de paseo al zoológico. La idea le encantó a todos… y para mi sorpresa, también invitaron a mi hermana Clara.
Cuando la llamé, su emoción fue tan grande que casi grita por el teléfono. Nunca había ido al zoológico, así que sabía que este sería un día muy especial para ella.
El señor Emiliano condujo hasta la vecindad donde vivimos. Al verlo llegar, mi hermana salió corriendo a recibirnos. Se había arreglado preciosa, y los niños la saludaron con un abrazo. Emiliano fue un poco más reservado, pero Camila, con esa madurez que la caracteriza, le dijo a Clara que podía sentirse parte de la familia. Ver su carita iluminada con esas palabras me llenó el alma.
Cuando llegamos al zoológico, tanto Clara como yo quedamos impresionadas. Era un lugar enorme, lleno de vida, de colores, de sonidos.
—Luciana, este lugar es maravilloso —me dijo mi hermana con una sonrisa que no veía desde hace años.
—¿Nunca habías venido al zoológico, Clara? —preguntó la pequeña Sol, inocente como siempre.
—No, pequeña… no me alcanzaba el dinero —le susurré al oído.
El señor Emiliano nos escuchó y, con su tono cálido, respondió:
—No te preocupes, Clara. Vas a conocer muchos lugares con nosotros.
Sus palabras me desarmaron. No pude evitar sonreír, y cuando levanté la vista, él también lo hacía. Tuve que mirar hacia otro lado, porque mis nervios amenazaban con delatarme.
Los gemelos corrían riendo mientras Emiliano los perseguía; Camila conversaba animadamente con mi hermana, y yo caminaba junto al señor y Sol, comprando las entradas.
Fue un día perfecto. Comimos de todo, reímos sin medida y, sobre todo, vi a mi jefe disfrutar con sus hijos de una manera que jamás había visto. Ya no era aquel hombre frío, distante, el que conocí aquella primera noche en el parking. Hoy, Emiliano era simplemente un padre, y un buen hombre.
Regresamos a casa entrada la noche. El señor insistió en que mi hermana se quedara a dormir, y dijo que era hora de que yo me mudara definitivamente a la casa. Quería que estuviera más cerca de los niños, para mayor comodidad. Me dio el día siguiente libre para organizarme y me ofreció el chofer para ayudarme con todo.
Mientras él subía a acostar a los niños, yo llevé a mi hermana a su habitación.
—Luciana, este lugar es hermoso. ¿De verdad vamos a vivir aquí? —preguntó maravillada.
—Sí, Clara. Este será nuestro hogar de ahora en adelante. Solo te pido que te portes bien, el señor y los niños han sido muy buenos con nosotras —le respondí.
—La verdad sí… Luci, ¿estás enamorada del señor Emiliano? —preguntó con esa sinceridad infantil que siempre me deja sin palabras.
—¿Por qué dices eso, Clara? —intenté disimular.
—Porque lo miras raro… te sonrojas y sonríes —me dijo riendo.
—Si así fuera, sería algo imposible, hermanita. Anda, ven, te mostraré tu habitación —le contesté, esquivando la conversación con una sonrisa.
Cuando vio su cuarto, se quedó sin palabras. Era amplio, luminoso y con su propio baño. Nunca en su vida había tenido un espacio así. Me abrazó fuerte antes de acostarse, y ese gesto me conmovió profundamente.
A la mañana siguiente, salimos temprano hacia la vecindad. Recogimos nuestras pocas pertenencias: algo de ropa, los libros de la escuela de Clara y una foto de nuestros padres. Nos despedimos de Tita, la mujer que cuidó de mi hermana durante tantos años. Le prometí que iríamos a visitarla pronto.
Al llegar a la casa, Elena ya nos esperaba para ayudarnos a desempacar. Nos acompañó a nuestras habitaciones y nos ayudó a organizar todo con esa dulzura que la caracteriza.
—Bienvenidas a su nuevo hogar —nos dijo sonriendo.
—Muchas gracias, Elena. Has sido muy buena con nosotras —le respondí con un abrazo sincero.
—Eres una buena muchacha, Luciana, y tu hermana también. Desde que llegaste, esta casa volvió a tener alegría —me dijo con ternura—. Por cierto, el señor te espera en el despacho. Hoy es la reunión de los gemelos en la escuela, ve con él, yo me encargo de Clara.
Agradecí y fui enseguida al despacho. Había olvidado por completo esa reunión.
—Señor, buenos días, ¿puedo pasar? —pregunté tocando la puerta.
—Sí, pasa, te estaba esperando —respondió con esa voz firme pero amable.
—Disculpe la demora, ya estoy lista para ir a la reunión —dije un poco nerviosa.
—No te preocupes. Antes quería comentarte algo sobre una decisión que tomé respecto a Clara —me dijo, mirando su computadora.
—¿Qué pasa con mi hermana? ¿Hizo algo malo? —pregunté alarmada.
—No, todo lo contrario. Quiero que lleves sus documentos, voy a inscribirla en el mismo colegio donde estudia Emiliano —me explicó con naturalidad.
—¿Señor? Pero… yo no podría pagar un lugar así —le dije, avergonzada.
Él levantó la mirada y sonrió.
—No te preocupes, Luciana. Yo me encargaré de todo.
En ese momento me quedé muda. No supe qué decir ni cómo agradecerle. Mi corazón comenzó a latir tan rápido que casi me faltó el aire.
Esta batalla… la estoy perdiendo, y lo sé. Cada día me cuesta más convencerme de que no debo enamorarme de él.
Muchas gracias por leer...
Quedo atenta a sus comentarios...
Quién será ese hombre misterioso ??? 🤔