Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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Deseo.
Claudia.
Estuve casi toda la tarde conversando con camila, o más bien tratando, ya que el dolor de cabeza no me dejaba tranquila, después que camila se marchara quise tratar de dormir, pero no lograba, di muchas vueltas en la cama, hasta que llego la noche, Daniel llegó a mi habitación con una bandeja con comida. Conversamos un rato y luego se fue.
Tenía tantas cosas en la cabeza, que no lograba conciliar en sueño, por alguna razón Alejandro estaba en mi mente. Un suave golpe en mi ventana me asustó, mire el reloj en mi mesa de noche, eran cerca de las 11 de la noche. Me levanté con mucho cuidado, pensé que había sido mi imaginación, pero volvieron a tocar.
Llegue hasta la ventana, abrí un poco, y lo pude verlo parado en mi balcón, era Alejandro, no sé como llego hasta aquí, mi habitación está ubicada en un 2 piso, y era demasiado alto.
-Que haces aquí, como subiste.- le digo una vez que abro la puerta.
Él no dice hace simplemente ingresa, luego se acerca a mí de manera rápida y mesa, sentí mis piernas debilitarse, era una sensación deliciosa la que me estaba haciendo sentir, sin contar que este es el tercer beso que doy en mi vida, pero totalmente diferente a los dos anteriores, me estaba dejando llevar por la situación, enrede mis piernas en su cadera mientras mis manos se sostenía de su cuello, él me llevó hasta la cama en donde me deposito con mucho cuidado, sentía todo mi cuerpo arder, sus manos viajaron debajo de mi pequeña pijama, mis pezones están erecto, Sus manos llegaron a ellos, para luego apretarlo con suavidad, eso provocó que soltará un fuerte gemido, deseaba tanto que entrará en mí, sentir su cuerpo desnudo sobre el mío, odiaba tanto la ropa que se interponía entre nosotros.
Había perdido casi por completo la cordura, deseaba llegar tanto hasta el final, pero no estaba bien, los últimos meses habían sido una montaña rusa de emociones y dejarme llevar en este momento sería agregar más problemas.
-Por favor, detente.- le digo con la poca fuerza de voluntad que me quedaba.
Él se detuvo de inmediato, la respiración la teníamos acelerada, y nuestros rostros sonrojados. Nuestras miradas se encontraron, pero sentí vergüenza, así que agache la mirada, pero eso fue peor, ya que me encontré con el bulto en su pantalón, era enorme, hasta donde pude ver.
-Lo siento, me dejé llevar.- me dijo un poco avergonzado.
-No te disculpes, no es que yo me hubiese negado.- mire hacia un lado, porque no me atrevía verlo a los ojos y mucho menos quería ver el bulto en su pantalón.
Sentí vergüenza, pero debía decirlo, luego nos quedamos en silencio nada incómodo, tenía tanto que decirle, pero no sabía por dónde empezar.
-Pequeña, sé que estás molesta, debes de estar odiándome, me comporte como un idiota.
-No te odio Alejandro, ya deja de decirlo, y si, todo lo que me dijiste me dolió, Alejandro eres muy importante para mí, pensé que nuestra relación había cambiado, pero veo que para ti, sigo siendo una niña caprichosa y eso duele.- una pequeña lágrima rodó por mi mejilla.
-Lo siento mucho, me dejé llevar por los celos.- dijo algo avergonzado.
-Por los celos.- le pregunté.
-Si Claudia, llevo más de 11 años enamorado de ti, no sabes lo difícil que fue para mí, verte perseguir a pablo, mientras yo era ignorado, ese día te vi con él, me sentí morir cuando lo vi besarte y le correspondiste, eso fue peor, deseaba ser yo, que te besara
he pasado la mitad de mi vida, peleando con Alejandro, que escuchar de su boca que siempre ha estado enamorado de mí, ha sido una gran sorpresa, la verdad era que avece no entendía por qué el de su actitud, pero si me pongo a pensar, es atendible, yo más que nadie sé lo que estar enamorado de alguien por años y ser ignorada.
Ahora sé que es un hombre, maravilloso, que estuvo esperando por mí, deseo tanto poder corresponder de la misma manera. Quizás por eso las cosas con pablo nunca se dieron, quizás mi destino siempre fue estar con Alejandro.
Después de conversar, él quiso irse, pero lo detuve, quería que se quedara a mi lado, los dos nos acurrucamos en la cama, se sentía tan bien estar entre sus brazos. Que me quede dormida rápidamente.
Después de unas horas me desperté porque necesitaba ir al baño, pero Alejandro me tenía fuertemente abrazada, como pude me escape de su agarre y fui al baño, era increíble lo que estaba pasando, el que Alejandro estuviera en mi habitación y acostado en mi cama, era realmente increíble.
- vaya\, sí que eres hermoso.- dije muy despacio para no despertarlo.
Estuve observándolo por unos minutos, sus largas pestañas, su tan marcado abdomen, se podía apreciar atreves de su ropa. Era alto, sus piernas casi colgaban de la cama, eso me causo gracia. Después de deleitarme, volví a costarme, pero esta vez la que lo abrazo fui yo
...
Alejandro.
Después de ese beso que le di a Claudia en la entrada de su casa, no logre dormir, lo había deseado tanto, que ahora no podía creer que ya haya pasado. No sabía qué hacer, no sabía si ir a verla. El día siguiente llegó a sí mismo la noche, así que después de pasar todo el día pensándolo, salgo rumbo a su casa, el viaje se me hizo eterno, tenía ansias de verla.
Cuando por fin llegue, vi que el portón de la entrada ya estaba cerro, así que salte el muro, camine entre los cultivos para evitar ser visto, cuando por fin llegue a la casa principal, note que las luces estaban apagadas, miré la hora y eran cerca de las 11 de la noche, así que volví a dudar y quise irme. Pero Pedro, el capataz, me vio y me apunto con su rifle. Por fuerte me reconoció y bajo el arma.