Prometida Ao Don Salvatore

Sofía pasó el día en casa, se cambió de ropa y no quiso salir más. Se quedó mirando las marcas en su cuello y sentía rabia y hasta un poco de miedo.

No salió, no le apetecía hacerlo.

Marco también pasó el día en la empresa, Sofia no sale de sus pensamientos, sus ojos llenos de lágrimas le hacen recordar cosas del pasado. Se odia por estar repitiendo lo que siempre presenció en su infancia.

Pasa todo el día enfadado, no quiere sentir ese sentimiento, sea lo que sea. Piensa que no sabe cómo sentirlo, nunca lo ha experimentado, siempre le gustó que todo esté en su lugar, y Sofia entró en su vida y lo está desordenando todo, tanto en su vida como en su mente. Pensó que sería solo un negocio para unir poder y tener una esposa para tener herederos y nada más, pero el matrimonio apenas ha comenzado y ya se siente loco, su cabeza está confusa, nada está en su lugar. Y eso lo enfurece aún más.

Pasa el día así, en medio de estos pensamientos, no puede trabajar correctamente. Cuando regresa a casa ya es tarde.

Entra en casa, ya es tarde, la casa está silenciosa, antes de subir a la habitación va a la cocina a tomar agua.

Mientras sostiene el vaso con agua, piensa en qué hizo hoy con Sofia, y no sabe explicar por qué le duele, se siente el peor de los hombres, algo que no le importaría si fuera otra persona, pero con ella es diferente. ¿Por qué? se pregunta.

No sabe cómo reaccionar ante esto, golpea con fuerza la mano que sostenía el vaso en la encimera de la cocina, haciendo que el vaso se rompa en su mano y le cause varios cortes pequeños.

En ese momento, Sofia también estaba yendo a tomar agua a la cocina, llega a la puerta y mira la mano de él sangrando con una mirada inexpresiva, que él no puede identificar. Ella mira y se va.

Se siente culpable, pero sabe que merece cualquier desprecio que venga de ella.

Tira el vaso y mete la mano bajo el agua, está con la cabeza baja mirando la mano, cuando Sofia vuelve a entrar con una caja de primeros auxilios.

Él mira sorprendido, ella se acerca a él en silencio, abre la caja, coge una gasa y sostiene su mano, comenzando a limpiar la sangre.

— Marco: Marco- ¿Por qué estás haciendo esto después de lo que te hice?

— Sofia: Sofia- El monstruo aquí eres tú y no yo.

La conciencia de Marco pesa y se queda en silencio, la observa y cuidado de ella. Antes de casarse, imaginó que ella sería una niña mimada, una niña por su edad. Pero no la ve así, al contrario, ve a una mujer frente a él, fuerte y con determinación, capaz de enfrentarlo a él, a quien pocos tienen el valor de enfrentar y quienes lo hacen no sobreviven para contarlo.

— Marco: Marco- Disculpa por hoy, no soy tan mal hombre como parezco... es interrumpido

— Sofia: Sofia había limpiado y vendado la herida, cierra la caja y está a punto de irse cuando Marco la agarra del brazo.

La jala haciendo que sus cuerpos queden pegados, se miran intensamente y en silencio, él levanta una mano y acaricia el rostro de ella.

— Marco: Marco- ¿Qué estás haciendo conmigo, chica?