Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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9.- Oscuridad
Ese dia salir de mi forma Lycan me costo mas de lo que crei, fue una lucha desastrosa, como si estuviera encerrada dentro de mi y no pudiera tener el control, El lycan que habia dentro de mi era 100% salvaje, no habia comunicacion, no habia sentido, no habia nada, lo unico que podia escuchar eran gruñidos en mi cabeza, comenzaba a pensar que no sabia hablar, solo gruñidos y mas gruñidos que me hacian querer arrancarme la cabeza, el dia que desafiaria a mi padre llego y obviamente gane, mi coronacion fue rapida y sencilla y como era de esperarse ese mismo maldito dia un idiota se atrevio a desafiarme, lo que quedo de su cuerpo solo eran tripas y huesos, Al Lycan que habia dentro de mi le enloquecía cada vez que alguien desafiaba su lugar, era posesivo y salvaje y nisiquiera sabia su maldito nombre, era solo una masa de pelo de tres metros de alto lleno de emociones confusas y poderosas que se apoderaban de mi como una fuerza salvaje y indomable.
El trabajo comenzo y era asxficiante y relajante en ambas partes, me gustaba ayudar a mi gente, hacer cosas para mejorar sus vidas, las vidas de los hombres lobos, habia visitado sus manadas, visto sus inquietudes y ayudado en todo lo que necesitaban pero eso no habia hecho que dejaran de temerte.
Despues de que mas de 10 alfas me habian desafiado y habian muerto en las manos de mi salvaje Lycan toda la gente del norte me temia, temblaban de terror ante mi, habian comenzado a llamarme La Reina Sangrienta, las historias de las muertes de aquellos alfas excedian solo un poco la realidad porque si habian sido sangrientas, mas de lo que quisiera, El lycan que habia en mi triplicaba mis emociones y con el pasar del tiempo todas se habian vuelto negativas, esas personas a las que queria proteger y cuidar codiciaban mi lugar, no les importaba todo lo que yo hacia por ellos, me temian y me pintaban como si yo hubiera robado algo que les pertenecia cuando eran ellos los que deseaban lo que yo tenía, el lado oscuro de la vida me habia golpeado en el pecho pulverizando lo que quedaba de la pequeña dea que habia sido tierna y sobreprotegida, no existia mas que odio y temor para mi, el dolor en sus ojos como si yo les hubiera arrebatado la vida a aquellos alfas por gusto, Aquellos codiciosos que deseaban lo que no les pertenecia no merecían vivir, la gente jamas podria comprender eso, si no iban a amarme y respetar mi posición entonces iban a temerme y inclinarse ante mi.
Dos años pasaron volando, dos años en los que no volvi a ver a Rhys y Azuma, en los que no quise saber nada sobre el norte, una parte de mi se sintió tan traicionada cuando los dos simplemente desaparecieron, no hubieron llamadas, ni mensajes, ni disculpas por no aparecerse el dia de mi cumpleaños y mi coronación, simplemente un silencio atormentante que me hizo aceptar al fin que ya no eramos niños, cada quien tenia su vida y yo no pertenecia a la de ellos, ni ellos a la mia, entonces cuando quisieron volver... Yo simplemente ya no tenia tiempo para ellos.
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Estaba en mi oficina revisando el papeleo, habian avistamientos de lobos sin manada en la frontera donde el norte se dividia con el sur, Los alfas de las manadas cerca de la frontera decían que eran lobos del sur, reportaban ataques a sus tierras, robo de sus reservas y incluso uno habia dicho que habia tenido dos bajas en sus guerreros, El consejo de lobos del Norte habia solicitado una Reunion con el sur y seguian esperando respuestas, me preocupaba la situación en la que esto nos ponía, no queria iniciar una guerra con el sur sin ningúna prueba segura, Especialmente aunque mi corazon estaba podrido y lleno de oscuridad, una parte de mi, esa pequeña flama de luz que aun no lograba apagar no quería iniciar una guerra con Rhys y Azuma.
Un gruñido fuerte interrumpio mis pensamientos y suspire, cualquier rastro de Compasion, cariño o anhelo era sustituido por un gruñido de mi odioso Lycan.
Un golpe en la puerta se escucho y la puerta se abrio rebelando la figura de mi madre.
- Hola cariño que tal el dia?.- Mi insoportable Lycan ronroneo fuerte en mi cabeza, mi madre era una de las pocas personas que mi Lycan salvaje le gustaba escuchar.
- Cansado madre.- ella camino hacia el mueble que estaba a un lado de la puerta y se sento.
- Ven aqui cariño.- solte los papeles que tenia en las manos y camine hacia ella sentadome a su lado, recoste mi cabeza de sus piernas y ella comenzo a acariciar mi cabello rubio, físicamente sabia que no me parecia a ninguno de mis padres, mi mamá decia que era por que yo tenia la apariencia de diosa que ella nunca pudo tener, mi cabello era rubio tan claro que brillaba y mis ojos verdes como dos esmeraldas.
Me relaje sintiendo sus caricias en mi cabellos cuando hablo.- Azuma llamo.
El rugido que se escucho en mi cabeza me hizo querer pegar la cabeza contra la pared multlipez veces hasta desmayarme.
- Mama.- el reproche se escucho en mi voz y ella suspiro.
- Cariño hasta cuando vas a seguir con esto, ellos quieren hablar contigo, saber como estas.
El maldito Lycan que estaba en mi cabeza parecia querer romper mi mente y salir a callarle la boca a mi madre.
- Mamá por favor no sigas con esto si no quieres que mi maldita cabeza explote.- me levante de sus piernas y camine hacia el estante sirviendome un baso de whisky y tomándolo todo de un tiron.
- Tienes que hablar con el lycan, tiene que comprenderlo.- Mi mamá sabia lo que pasaba en mi cabeza cada vez que me hablaba de ellos.
- Que quieres que hable madre.- Explote poniendo el baso con fuerza en el estante.- No es luz, no es Akon, no es Onix, esto que hay en mi cabeza es un maldito animal salvaje, deseoso de poder, de oscuridad, no tiene tiempo ni ganas de jugar a la casita con Azuma y Rhys.
Camine hacia mi escritorio y tome mi telefono en mis manos y escuche a mi madre suspirar.
- Tarde o temprano tendras que volver a verlos.- Solte un suspiro cansado leyendo el mensaje que habia recibido.
- Al parecer mas temprano que tarde.
...De: Consejal Raymon Curt...
...Su majestad le informo que El consejo del sur a aceptado, nos esperan mañana en el distrito 2 a las 10 am....
Maldi - tasea