La Diabla

Fui a visitar a los señores Ivanov e incluso acepté vivir con ellos un tiempo hasta tener un sueldo para alquilar un apartamento.

Nicolai me consiguió el puesto de secretaria de vicepresidencia. El sueldo no era malo, incluso él vivía con sus padres y ninguno puso objeción al pedido de la Señora Ivanov

—Nicolai, llevarás cada día a Rubí, el volver es tema de ustedes y sus horarios, ¿está bien?—dice ella

—sin problemas, mamá—acepta él

Y lo dijo en serio, no tuvo problemas ni quejas, no porque su madre lo obligará, sino porque vivíamos y trabajábamos en el mismo lugar, el horario de entrada y salida era el mismo, pero obvio, casi nunca volvíamos juntos porque él es hombre y tiene sus mujeres.

Ambos sabíamos que habían rumores de que yo era su mujer y sólo nos reíamos, hasta que un día, una de sus tantas mujeres me dio una cachetada en la puerta de su oficina, Nicolai y su secretaria salieron en ese momento a una reunión así que presenciaron el espectáculo de la loca, le sonreí a la pobre plástica y le devolví el golpe, pero no fui buena, cerré la mano en forma de puño y se lo di con muchas ganas en la nariz.

Imaginen la cara de sorpresa de los presentes, estaban todos por ir a una reunión, y esa loca haciendo show por un hombre, a la mujer equivocada.

Nicolai tiene un desfile de hermosas mujeres, pero yo no tenía nada que ver, éramos como hermanos, no había atracción de parte de ninguno, por eso nos reíamos de los chismes que se creaban porque llegábamos juntos.

La plástica lloraba e intentaba que Nicolai le prestará un poco de atención.

—Amor defiéndeme, esta mujer me golpeó—dice ella fingiendo inocencia.

—Se defendió de tu agresión—responde él— las veo a ambas vivas, así que seguiré con mi trabajo.— siguió su camino sin darle importancia.

Me reí tanto que parecía que me hacían cosquillas, esa mujer se fue y cada uno volvió a sus labores.

Cuando fui al comedor por un café, escuché a una empleada hablar.

—Me contó mi jefe que la secretaria de vicepresidencia golpeó a una de las tantas conquistas del CEO, al parecer no le gusta compartir a ese hombre. La señorita que vino, se fue con la nariz sangrando, nadie paró a ayudarla porque el jefe así lo pidio, al parecer la nueva es su dueña o algo parecido. Es a la única que trata bien y de entrada le dio un buen puesto, esa chica hará magia en la cama para que el señor Nicolai la defienda tanto...

Habló demasiado, y me aburrí de escucharla, ella estaba de espalda a mí y no se dio cuenta de mi presencia, sus amigas no le avisaron en ningún momento y creo que la querían hundir porque sólo la dejaban hablar.

No tenía nada en contra de ella y no la enfrenté porque no era la única escuchando, viendo, imaginando, o inventando cosas de nosotros dos, sólo espere a que terminará la reunión para ir a hablar.

📨 Nicolai ¿tienes tiempo para hablar personalmente? Tema no laboral— le escribí al ver a mi jefe en su oficina, claramente la reunión ya había terminado.

📩 Si, ven ahora, en 10 minutos me voy a otra reunión— respondió

No le respondí el mensaje, fui hasta allí, toqué la puerta y la secretaria me dijo que no podía pasar, pero le avise que él me llamó, aunque es una mentira piadosa, ya que él no me llamó, pero era personal y a ella no tenía por qué explicarle mi presencia.

—Adelante, Rubí— dijo al verme cruzar la puerta

—Gracias por tu tiempo, voy al grano, sé que hice mal en golpear a una de tus tantas mujeres e incluso tal vez te cueste una cirugía, pero sigo escuchando idioteces de tus empleados. —suspiro—Ambos nos hemos reído de los comentarios, pero ya se metieron con el ámbito laboral diciendo que no merezco el puesto, que empecé muy arriba, y que haces todo lo que pido porque hago magia en la cama, etc.—volteo los ojos— ¿Puedes aclararles eso, así dejan de hablar? Me empiezo a sentir incómoda