El Oscuro Corazón De La Emperatriz

Tania se encontraba en un rincón del gran salón, observando cada detalle con una mezcla de nostalgia y anhelo. Su corazón dio un vuelco al ver al pequeño príncipe Gael.

— ¡Nana!— exclamó el niño.

La mujer sonrió, un gesto que parecía sincero, ocultaba la hipocresía. Ella realmente lo quería tanto, sin embargo, la carga de sus pensamientos oscuros era más fuertes.

— ¿Las flores que llevas son para mí?— preguntó, inclinándose un poco para estar a la altura de su mirada. Gael, con una seriedad, sacudió la cabeza.

— No, son para mi madre.— respondió, sin darse cuenta del pequeño golpe que su respuesta causó para Tania.

Ella se ríe, intentando mantener la compostura, aunque la risa sonó más amarga de lo que pretendía. El niño no lo notó; su atención estaba centrada en otros lugares.

En ese momento, el presentador anunció la llegada de los emperadores. La sala se llenó de un murmullo reverente, y todos, incluida Tania, se inclinaron en señal de respeto. Sin embargo, su mirada no se despegó de la figura de la emperatriz Teresa, que deslumbraba en ese vestido oscuro y elegante, tomada de la mano de Howard, quién a pesar de estar al lado de Teresa, luce impetuoso y feliz.

Tania sintió que la envidia y el resentimiento comenzaban a salir en su interior, pero esos pensamientos fueron rápidamente interrumpidos por la voz del pequeño príncipe.

— ¿Qué haces aquí, Nana?— preguntó Gael.

— Vine a disfrutar del baile, como todos— respondió ella, tratando de sonreír con sinceridad.— es un baile público, puedo venir con libertad sin que mi trabajo sea el problema.

Pero el niño, distraído por la llegada de sus padres, se despidió de ella con un gesto despreocupado, corriendo a encontrarse con su madre. Tania se quedó allí, sintiendo cómo el desconcierto la envolvía. Había esperado que Gael mostrara un poco más de afecto. Su corazón se apretó al darse cuenta de que, quizás, ya no la extrañaba tanto como ella lo hacía.

Ella no podía arriesgarse a ir tras él. Su castigo aún no terminaba y hoy está aquí como una invitada más. Pero le dolió ver cómo el niño que cuidó por un año la haya cambiado por una madre que finge el querer por su familia solo para ganarse al emperador.

El pequeño se acercó a la emperatriz, extendiendo las flores hacia ella con una sonrisa radiante.

— mamá, son para ti.— dijo, y Teresa lo abrazó con ternura, sus ojos brillando de alegría.

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Tania observó desde la distancia, sintiéndose como una sombra, invisible a la felicidad que la rodeaba. La tristeza la invadió al darse cuenta de que su presencia había pasado desapercibida. Se quedó a la distancia, observando todo. No quería llamar la atención de Teresa ni mucho menos la de Howard.

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Mientras tanto, en otra parte del palacio, Constantine se preparaba para bajar al gran salón. Después de ayudar al emperador, se sentía tranquilo por un buen trabajo que se irá a pasar un rato en la velada. Llegó a su habitación para cambiarse. Su atención fue capturada por un maniquí que se encontraba allí, vistiendo un traje que le había gustado en la habitación de la marquesa.

— ¿Qué hace esto aquí?— murmuró para sí mismo.

Notando una carta de Marlene que explicaba que era una pequeña muestra de gratitud por su constante apoyo.

— como... ¿Cómo adivinó mi tall-...? Ah, ya...— Constantine recuerda que hace unas semanas atrás Marlene le pidió un momento ser su modelo con la escusa de que lo maniquís no tenía suficiente cuerpo como para hacer los diseños masculinos.

Rie en voz alta al pensar en cómo ella uso ese método para hacerle este traje. Era un gesto que, aunque inesperado, lo hizo sentir apreciado. Se probó el atuendo; le quedaba a la perfección.

— Esta mujer tiene buen ojo.— pensó con una sonrisa en los labios.

Con renovados ánimos, se dirigió a la habitación de Marlene para agradecerle por esto. Realmente él rechaza los regalos por más caro que sean, pero el trabajo que hizo Marlene vale la pena y aprecia el esfuerzo que puso en el traje. Esperando encontrarla despierta y lista para el baile. Pero al abrir la puerta, se encontró con una visión adorable: ella dormía profundamente, roncando suavemente, su baba caía en uno de sus cachetes.

No pudo evitar reírse, pero también sintió un impulso tierno de cuidar de ella. Sacó un pañuelo y, con delicadeza, limpió la baba que había caído sobre su mejilla.

Acariciando su rostro suavemente, susurró.

— Gracias por el regalo. Quería decírtelo cuando estuviera imperativa, pero dejaré que descanses, has trabajado mucho.

Mientras la observaba, se dio cuenta de que, a pesar de ser un poco loca, era una mujer de buen corazón. Y en ese instante, sintió que la tranquilidad del baile no sería lo mismo que la imperativa actitud de Marlene.

Al salir de la habitación, Constantine se dirigió a la sala de baile. La primera pieza estaba comenzando, es común que siempre esté protagonizada por lo emperadores.

— ¿Quiere que lo presente después del baile, joven?

— oh, no. Bajaré de inmediato.

Constantine no esperó. Decidió la escalera y con un sonrisa radiante, observó la multitud que por el efecto de la música, danzaba entré ellos.

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Veía al príncipe jugar con otros niños; hijos de los aristócratas de la corte. En ello, su mirada se desvío a unos cabellos castaño y mirada sombría. Constantine no evitó acercarse a la dama por detrás y pedirle una cosa.

— señorita.

Tania se voltea y responde con una sonrisa sin saber que era Constantine.

— lo siento. No quiero bail-... Constantine.

— ¿Que haces aquí?... Tú no deberías estar aquí.

— ¿Por qué?... Es un baile público. Y aunque no esté de Nana tengo derecho de estar en esta velada.

— tienes razón. Estás en todo tu derecho. Es más, puedes presenciar el hermoso momento que están viviendo los emperadores y el príncipe sin tí.

Tania rápidamente se le borró la sonrisa.

— Gael me quiere aún. Mi trabajo sigue vigente. Regresaré dentro de una semana después de mi suspensión.

— oh, a mí se me hace que no. Puedo aconsejar al emperador que ya no necesita de una Nana si la emperatriz hace un excelente trabajo como madre.

— Constantine... Yo te gustó ¿Verdad?

— ¿Que?— el albino que paralizado ante tal semejanza.— creo que mis gustos no llegarían tan bajo como para que tú me gustes.

— si... Es eso... Por eso me atacas y me quieres lejos del emperador. Te da celos.

— bien. Que tal si le mencionó al emperador de qué estás aquí. A él no le importará si esto es público, su majestad no te soporta y con una orden estás fuera. Te doy una oportunidad solo para que te vayas sin hacer un escándalo sin que salgas humillada. Solo porque quiero una noche tranquila y agradable para los emperadores.

Tania lo ve desafiante y Constantine agrega.

— no tienes nada que hacer aquí. Sal con la poca dignidad que tienes. Y ven dentro de una semana, que será la última vez que te vea.

— no estés tan confiado. Constantine. Que al final de todo, Gael me abrazara como siempre y yo lo cuidaré mejor que nadie.

— tienes un minuto para que desaparezcas.— se mira el reloj y dice— empezando ahora...

Tania no le gusta que sea humillada y de ante mano, le dió la espalda a Constantine. Prefería no ser mal vista por el emperador que decidió retirarse. Él se aseguró de que así fuera y que no molestará está noche.

Por otro lado, el primer baile había terminado. Junto a eso, Teresa y Howard no sintieron la presencia de Tania. Ya que la emperatriz estaba más centrada en no pisar al emperador con sus pasos y él distraído observándola, era tan adorable que evitará lastimarlo en el baile.

En ello, Howard le trae un poco de champagne.

— es la mejor. Su sabor es dulce y agradable.— comentó él.

Teresa esta vez piensa controlarse. Su debilidad era el alcohol pero tenía tiempo que no bebía y que está vez tendría más control en ella. Así que aceptó la champagne que Howard le ofreció y le dió el visto bueno. Él se ríe le dice.

— te lo dije. Ahora vamos. La noche es joven. Es... Agradable pasarla contigo.

— lo mismo digo.

“yo puedo controlar esa parte de mi. La que es atrevida y loca no volverá. No ahora que me he comportado como una emperatriz. Sí muestro eso a Howard lo único que le causare es incomodarlo. Así que solo debo mantenerme controlada con el alcohol. Sí... Será una noche tranquila"

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Muchas gracias por leer. No olviden dejar su preciado me gusta en el capítulo 💕