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Amor Bajo Contrato

Amor Bajo Contrato

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Matrimonio arreglado / Hija rica en bancarrota / Juego del gato y el ratón
Popularitas:7.1k
Nilai: 5
nombre de autor: America Blancas

Violeta Meil siempre tuvo todo: belleza, dinero y una vida perfecta.
Hija de una de las familias más ricas del país M, jamás imaginó que su destino cambiaría tan rápido.

Recién graduada, consigue un puesto en la poderosa empresa de los Sen, una dinastía de magnates tecnológicos. Allí conoce a Damien Sen, el frío y arrogante heredero que parece disfrutar haciéndole la vida imposible.

Pero cuando la familia Meil enfrenta una crisis económica, su padre decide sellar un compromiso arreglado con Damien.
Ella no lo ama.
Él tiene a otra.
Y sin embargo… el destino no entiende de contratos.

Entre lujo, secretos y corazones rotos, Violeta descubrirá que el verdadero poder no está en el dinero, sino en saber quién controla el juego del amor.

NovelToon tiene autorización de America Blancas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La promesa que destroza el alma

**Capítulo 10:**La promesa que destroza el alma

(Desde la perspectiva de Violeta Meil)

El avión aterrizó con un golpe seco que me hizo abrir los ojos.

Había dormido poco, o quizá nada.

El sonido constante de los motores no había sido suficiente para silenciar la tormenta de pensamientos que me acompañaba desde que recibí la llamada de mi madre.

Regresa lo antes posible, me había dicho.

Hay un problema con la empresa.

Nada más.

Ninguna explicación.

Solo esa urgencia en su voz que me heló la sangre.

Apreté el cinturón mientras el avión rodaba por la pista.

Mi reflejo en la ventanilla me devolvió una imagen cansada, con los ojos rojos por la falta de sueño y el corazón latiendo con fuerza.

Había pasado un mes entero en aquel país, trabajando día y noche para demostrarle a Damien Sen que no era una mimada sin remedio.

Y cuando por fin sentía que empezaba a ganar algo de respeto… tuve que irme.

Suspiré.

No quería pensar en él.

No ahora.

El asistente de vuelo anunció la llegada al País M, y pronto el murmullo de los pasajeros se mezcló con el ruido de los equipajes.

Tomé mi bolso, salí del avión y crucé el pasillo con paso rápido.

Todo en mi pecho era ansiedad.

¿Qué clase de problema podía ser tan grave como para hacerme renunciar y regresar sin explicación?

Cuando llegué al área de llegadas, un chofer de la familia ya me esperaba.

—Señorita Meil —me saludó con una leve inclinación—, su madre pidió que la llevara directamente a la mansión.

Asentí, sin decir palabra.

El trayecto fue silencioso.

A través de la ventana, el paisaje de mi ciudad natal se extendía como un recuerdo distante.

Las calles amplias, los edificios elegantes, los anuncios brillantes… todo seguía igual, pero dentro de mí algo había cambiado.

No era la misma chica que se fue hace un mes.

Cuando el auto cruzó las rejas de hierro negro de la mansión Meil, sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

Las luces estaban encendidas, y en el jardín principal se veían los autos de mis padres.

Pero hubo algo más que me hizo frenar en seco cuando entré.

En la sala principal, junto a mis padres… estaba mi abuela.

—¿Abuela? —mi voz salió temblorosa.

La anciana levantó la vista, y sus ojos, dulces pero firmes, me observaron con una mezcla de cariño y gravedad.

—Hola, pequeña —dijo con una sonrisa débil—. Pensé que tardarías más.

Corrí hacia ella y la abracé con fuerza.

—¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en la playa… el médico dijo que el aire de mar te ayudaba.

—Sí, pero algunos asuntos son más importantes que mi salud —respondió, acariciándome el cabello—. Si vine hasta aquí, es porque la situación lo amerita.

Sentí un nudo en el estómago.

La palabra situación nunca significaba nada bueno en boca de mi abuela.

Mi padre, Rodrigo Meil, se aclaró la garganta.

—Violeta, siéntate. Tenemos que hablar.

El tono de su voz bastó para helarme.

Me senté frente a ellos, sintiendo que algo muy serio estaba por salir de sus labios.

Mi madre, Amelia, estaba pálida.

—Hija —empezó mi padre—, sabes que nuestra empresa ha sido sólida por décadas. La inmobiliaria Meil ha sido un pilar de esta ciudad. Pero últimamente… las cosas se han complicado.

Fruncí el ceño.

—¿Complicado cómo?

—Las inversiones internacionales no salieron como esperábamos —continuó él—. Las propiedades en el extranjero no se están vendiendo y algunos socios se han retirado.

Lo miré, sin entender del todo.

—Pero tenemos reservas, ¿no?

Mi padre suspiró.

—Por ahora, sí. Pero si las pérdidas continúan al ritmo actual, en un año podríamos estar en bancarrota.

Mis manos temblaron.

—¿Qué? Eso no puede ser posible…

Mi madre me miró con ojos tristes.

—Lo es, Violeta. Hemos tratado de mantener todo bajo control, pero…

—Pero la situación es grave —interrumpió mi abuela con voz firme—. Muy grave.

Sentí el corazón latir con fuerza.

Todo lo que había construido mi familia, todo el esfuerzo de generaciones, podía desaparecer.

—¿Y qué piensan hacer? —pregunté con la voz quebrada.

Mi abuela intercambió una mirada con mi padre y mi madre, y supe que lo que vendría no me iba a gustar.

—Hay una solución —dijo ella lentamente—, pero requiere un sacrificio.

—¿Sacrificio? —repetí, incrédula.

—Unir fuerzas con una familia poderosa.

Mi mente intentó procesarlo, pero mi corazón ya iba un paso adelante.

—¿Qué clase de “unir fuerzas”? —pregunté, aunque ya lo intuía.

Mi abuela se incorporó ligeramente en el sofá, con la dignidad que siempre la caracterizaba.

—Un matrimonio, Violeta.

Sentí que el aire se me escapaba.

—¿Qué?

—Un matrimonio arreglado —confirmó ella sin pestañear—. Ya hablé con una vieja amiga. Ella tiene un nieto, un hombre joven, fuerte y con una posición sólida. Alguien que podría proteger a la familia Meil y estabilizar la empresa.

Me quedé muda.

No podía creer lo que estaba escuchando.

—No… no puede ser verdad. —Miré a mis padres buscando apoyo, pero ellos evitaban mis ojos.

—¿Y con quién se supone que debo casarme? —pregunté con voz baja.

La respuesta llegó como una puñalada.

—Con la familia Sen.

Mi mente tardó un segundo en conectar las palabras.

Sen.

No… no podía ser.

—¿Con quién exactamente? —pregunté, aunque ya conocía el nombre que temía escuchar.

Mi abuela sostuvo mi mirada con calma.

—Con Damien Sen.

—¡No! —me levanté de golpe, el corazón desbocado—. ¡No pienso casarme con ese hombre!

Mi padre trató de calmarme.

—Violeta, por favor, entiende—

—¡No lo soporto! —grité—. ¡Y él tampoco me soporta a mí!

Mi madre se levantó, tomándome de los hombros.

—Sé que es difícil, hija, pero la familia Sen es nuestra única opción. Ellos pueden ayudarnos a mantener la empresa a flote.

—¿Y qué pasa con mi vida? —pregunté entre lágrimas—. ¿Qué hay de lo que yo quiero?

Mi abuela me miró con firmeza.

—Tu deber, Violeta, es proteger el legado de los Meil.

Negué con la cabeza, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a deslizarse.

—¿Deber? ¿Y qué hay de mi felicidad? ¿De mis sueños?

Mi abuela no respondió.

Su silencio fue peor que cualquier palabra.

Me desplomé en el sofá, con la respiración agitada.

Damien Sen.

El hombre que me humilló, que me trató como si no valiera nada.

El que jamás me dio una sonrisa sincera.

¿Casarme con él?

Era una locura.

Mi abuela suspiró, su voz sonó cansada, pero inquebrantable.

—La familia Sen es la única más poderosa que la nuestra, y están dispuestos a aceptar un trato con nosotros. Las otras familias, en cambio, aunque son fuertes, estables y… accesibles. No tienen el poder para ayudarnos.

—¡Dispuestos! —repetí con una risa amarga—. No puedo creer que estén hablando de mi matrimonio como si fuera una transacción.

Mi padre bajó la mirada.

—Lo hacemos por todos, Violeta. No solo por nosotros.

—Lo hacen por dinero —respondí con rabia—. Por mantener un nombre.

El silencio que siguió fue insoportable.

Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano.

—¿Están conscientes de lo que acaban de hacer? —pregunté, mi voz quebrándose—. Acaban de arruinar mi vida.

Mi madre quiso abrazarme, pero di un paso atrás.

—Ojalá fueran más como los padres de Olivia —dije entre sollozos—. Ellos nunca obligarían a su hija a casarse con alguien que odia.

Mi abuela se enderezó en su asiento.

—No entiendes lo que está en juego.

—¡Claro que lo entiendo! —grité—. Entiendo que me están usando como moneda de cambio.

Hubo un silencio largo.

Mi padre se acercó despacio.

—Violeta, hija… lo sentimos. Pero no hay otra salida.

Cerré los ojos con fuerza.

Mi corazón latía con tanta fuerza que dolía.

Cuando los abrí, ya no lloraba.

Solo quedaba la resignación.

—Está bien —dije con voz fría—. Lo haré.

Los tres me miraron sorprendidos.

—¿Qué? —susurró mi madre.

—Si eso es lo que quieren, lo haré. Me casaré con Damien Sen. Pero… —tragué saliva— espero que después de esto, ya no me pidan nada más.

Mi abuela me observó en silencio, asintiendo despacio.

—Te prometo que no tendrás que hacer nada más, mi niña.

Sonreí con amargura.

—Lo dudo. Pero al menos, esta vez, lo haré por ustedes.

Giré sobre mis talones y subí las escaleras sin mirar atrás.

Cada paso pesaba como si arrastrara cadenas invisibles.

Cuando cerré la puerta de mi habitación, dejé caer la máscara.

El llanto me sacudió por completo.

Me dejé caer al suelo, con las manos temblando, mirando el anillo que mi madre había dejado sobre la mesa.

Un símbolo del deber.

Un recordatorio de que mi vida ya no me pertenecía.

—¿Por qué tenía que ser él? —susurré entre lágrimas.

Damien Sen.

El hombre que me miraba como si yo no valiera nada.

El hombre que ahora… sería mi esposo.

Y mientras las lágrimas corrían sin control, una certeza me atravesó el alma:

Mi vida acababa de cambiar para siempre.

1
Jessica Gonzalez
espero que no se quede con el
Jessica Gonzalez
asta ahora me gusta mucho está novela el ego de Damien es muy grande pero se encontrará con ella que no se dejará pasar a llevar
maria alejandra landaeta
excelente 😘
maylen urquiza
por favor querida escritora no me hagas sufrir más a nuestra querida violeta deja que ese mamón se de cuenta de la arpía que es esa mía pero que sea demasiado tarde y que ya violeta se le haya borrado ese amor y que le pongas a alguien que si la ame de verdad y que ese idiota de Damien se coma su hígado cuando se de cuenta que perdió a la mejor mujer que pudo tener a su lado gracias y espero su actualización 🥰🥰🥰
bela
por favor en lo mejor...espero que se valla que mande todo por un caño un asco de hombre.....espero que actualicé y que conozca la bruja que esta poniendo en su propia casa No aguanto esto ....que asco
maylen urquiza
uf querida escritora me tienes con los nervios de puntas y loca por ver cómo termina está belleza de novela que me tiene loca desde que la empecé a leer por favor actualiza rápido y que tan lindo como hasta ahora gracias 🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
Gladys Torin
Que horror, me dejas en ascuas, no se vale
maylen urquiza
hola querida escritora me tienes loca con esta novela espero que nuestra querida violeta no sufra tanto y espero que el idiota de Damien se de cuenta de lo que está perdiendo por ser un tonto de lo peor y que cuando se de cuenta de no sea demasiado tarde para recuperar a nuestra querida violeta espero que siga así de linda y hermosa tu novela como hasta ahora la cual me gusta mucho 🥰🥰🥰🥰
maylen urquiza
querida autora me tienes enganchada con la novela por favor sigue actualizando así rápido 🥰🥰🥰🥰🥰🥰
maylen urquiza
hasta ahora excelente escritora espero y hagas que ese estúpido se arrepienta de haberla tratado como lo hizo y que cuando quiera regresar ella ya lo haya olvidado que se encuentre un hombre que la ame de verdad y la respete por lo que es y por favor no la embarazes de ese estúpido porque no se la merece ella merece algo mejor
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