Tal Vez...¿Será?

CAPITULO 12

EMMA

Es raro estar en un evento que siempre fue solo entre nosotros, y ahora tenemos a un integrante nuevo, que todavía no logro analizar como surgió, pero es tan avasallante que en este preciso momento, veo como Marita le alcanza un mate, y el muy atrevido, lo toma, me mira y hace un brindis como si fuese una copa de vino, y todo esto es porque Zoe lo invito, creo que ante la ausencia de imagen paterna, se aferra de cualquiera que pueda cumplir ese rol, pero me preocupa, porque no creo que Sebastián, vaya a ocupar ese lugar, aunque también debo reconocer que se relaciona muy bien con ella. Un chasquido de dedos me vuelven al presente.

-Emma, me estas escuchando?

-Perdón Homero, si, que me decías?

- si no te conociera, pensaría que estas enamorada.

Lo miro y él se da cuenta que si tuviese cuchillos en mis ojos, ya los tendría todos en su bocota. Miro de reojo a Sebastián y él se sonríe, lo único que falta es que se crea que estoy enamorada de él, por favor, igual, tengo que reconocer, que bonito se pone cuando sonríe, es tan seductor, BASTA, BASTA, necesito quitar pensamientos como esos.

-jajajajaja, mala mía, lo sé, perdón amiga, le estaba comentando a Fernando que el sábado que viene, tenemos el evento del barrio.

-así es, y?

- Le podes decir que se aceptan invitados, aunque no sean del barrio?

- Es verdad, es el evento que hacen todos los años, para recaudar fondos para el club del barrio. Más gente vaya, mejor es para ellos.

- Viste tonto, podes venir conmigo tranquilamente.

-Está bien, vos vas a ir Emma, porque Homero me comento que nunca vas.

- Oh sí, claro que este año va, como que me llamo Marita, Zoe es más grande y puede venir al evento.

-Todavía no lo sé.

-Sí que lo sabes, no puede ser que siempre seamos Homero y yo solos en representación de la Rotisería.

Veo como Sebastián prestaba demasiada atención.

-Bueno, luego lo discutiremos entre los tres, sigamos disfrutando de la tarde y los mates.

Cuando vuelvo a mirar a Sebastián de reojo, sigue mirándome y sonriendo.

-Perdón, de que te reis?

-Me hablas a mí?

-Si, al único que se ríe por lo que estamos hablando.

-Bueno, después de 6 horas de estar aquí, por lo menos me dirigis la palabra por primera vez, todo un logro, motivo ideal para sonreír.

- Te estoy hablando en serio.

- Bien, me rio porque tus amigos, no saben más que hacer para que disfrutes un poco de la vida y es tremendo ver cómo te negas a hacerlo.

-Quien te dijo que no disfruto de la vida?

-En realidad todo, pero en este preciso momento, ver la rigidez para tomar un tema simple como es una cena o reunión barrial.

-yo no hago eso

- Oh, sí que lo haces

- que no

-que si

- ah, sí?, bueno para que veas que estas equivocado, voy a ir a esa bendita reunión.

- última palabra?

-obvio, última palabra.

-ok, falta una semana, pero te creo.

Que manía la de sacarme de las casillas, oh, no, ahora me estoy dando cuenta, lo hizo otra vez!, me volvió a comprometer en algo que no quería hacer, que extraño poder tiene Sebastián para lograr eso en mi persona?

SEBASTIAN

Luego de estar allí pintado, porque Emma hablaba con cualquiera menos conmigo, igual aproveche para verla en todo su esplendor, pude grabar en mi cabeza cada movimiento, la forma que tenia de reír, la de discutir, la de poner cara de amor cuando Zoe se acercaba para consultarla por cualquier cosa, como inclinaba suavemente su cabeza, cuando alguien le comentaba algo que era de su interés, como cierra los ojos, cuando algo se está por salir de control, estas cosas compartidas, me permiten conocerla más allá de las palabras, pero quizás, mis 45 años, me hacen saber que si ella, no puede aceptar naturalmente mi presencia, es porque algo provoco en ella, quizás algo que no desea, algo que voy a averiguar que es, pero que no me cabe dudas de que se trata de controlar sus sentimientos.

-Voy a ver como esta Zoe.

-Voy con vos

Marita y Emma, se levantan y caminan juntas, hacia el espacio de juegos que Zoe compartía con sus compañeros de futbol.

Homero, Fernando y Nacho se quedaron tomando mates, Homero me mira y me hace señas para que me acerque.

-Veni Sebastián, juntate con los hombres.

Despliega una amplia carcajada, acompañada por los otros dos. Yo me levanto y me acerco a ellos.

-dale Sebastián, hacete amigo, no tenes inconveniente de que nosotros seamos pareja?

-para nada, a pesar de mi edad, me resulta muy hermoso que el amor se disfrute en todas sus formas y género.

-ah, qué bueno, ves, les dije, este muchacho es el candidato ideal para Emma.

-mmm, deberías hacérselo creer a ella, más que a ellos.

-Sebastián, tranquilo, Emma…tiene sus motivos para reaccionar cómo reacciona, no seré yo quien hable de ello, pero por empezar, lograste sacarle una cita, lograste a que te lleve en su auto, lograste que te deje acercar a la persona más importante de su vida que es Zoe, y recién lograste de que asista a una reunión, que desde que tenemos el negocio, nunca fue capaz de ir.

-Guau, para mí eso es nada, en cambo por tu entusiasmo, pareciera que es un montón.

-Pero como!!!, Emma es una mujer hermosa, buena como el pan, es un dulce de leche, pero tiene algo, los acontecimientos la llevaron a no creer en el amor, y para evitarlo, vive solo para Zoe, dejo de pensar en ella, pareciera que no tiene 40 años. Por eso Marita y yo, estamos tan interesados en que conozca a alguien que sacuda su monótona vida, porque la amamos, porque queremos verla viva, como lo fue hasta sus 30 años.

-y tanto vos como Marita, creen que yo puedo ser ese alguien?

-por su reacción si, ahora también voy a decirte algo…pensa muy bien para que queres acercarte a nuestra amiga, socia y hermana, porque si llegas apenas, hacerle algo, a Emma o a Zoe, que no corresponda, yo mismo, me voy a encargar de arrancarte la cabeza.

Yo me quedo sorprendido, y trago saliva de solo pensarlo, Homero es un hombre grandote, muy varonil, que tranquilamente puede cumplir su advertencia.

-te prometo que tendré todo en cuenta, no voy a negar que Emma me gusta, y también que no es mi intención lastimarla.

El me golpea la espalda, se ríe y me abraza por el hombro.

-Te creo hombre, te creo. Ahora, ya que somos 4, porque no jugamos un Truco, sabes jugar Sebastián?

-sí, obvio.

-ok, entonces, haces pareja con Nacho, yo voy con mi novio, porque…lo siento chicos, pero nos conocemos mucho y sabemos a la perfección como jugar.

Así llego el final de la tarde, jugamos 2 partidas de Truco, Homero y Fernando ganaron las 2, mientras Emma y Marita se sentaron sobre una lona, pusieron música y tomaron un poco de sol. En un determinado momento, la mire en donde estaba, ella justo se giró y me vio, y no sé si creer que fue mi ilusión o si verdaderamente pasó, pero creo haber visto una pequeña sonrisa, la cual desapareció en cuanto volvió a mirar hacia Zoe.