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Welcome To The Imgard

Welcome To The Imgard

Status: En proceso
Genre:Romance / Venganza / Intrigante / Época / Traiciones y engaños / Sherlock
Popularitas:475
Nilai: 5
nombre de autor: Nijuri02

En el elegante y exclusivo Imperial Garden (Imgard), un enclave de lujo en el Londres de 1920, la vida de las doce familias más ricas de la ciudad transcurre entre jardines impecables y mansiones deslumbrantes. Pero la perfección es solo una fachada.

Cuando un asesinato repentino sacude la tranquilidad de este paraíso privado, Hemmet, un joven detective de 25 años, regresa al lugar que dejó atrás, escondido tras una identidad falsa.
Con su agudeza para leer el lenguaje corporal y una intuición inquebrantable, Hemmet se sumerge en el hermético círculo social de Imgard. Mientras investiga, la elegancia y los secretos del barrio lo obligan a enfrentarse a su propio pasado.

En Imgard, nada es lo que parece. Y cada elegante sonrisa esconde un misterio.

NovelToon tiene autorización de Nijuri02 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo Once: Tormenta

"Que la información que obtengas no nuble tu juicio. Muchas veces, deberás aceptar la tormenta de tu destino".

Atte: Papá

La medianoche llegó y con ella, un trueno anunció la lluvia torrencial. Vanessa estaba acostada en su cama. Mireia, sentada en el borde, junto a los pies de su amiga. Hemmet, de brazos cruzados, estaba apoyado en la pared con el hombro, observando en silencio.

—Entonces, ¿qué pasó con la boda? —preguntó Mireia, rompiendo la quietud de la habitación.

—El joven Wilson nunca apareció. A los seis meses, nos enviaron una carta que decía que ya se había casado. Que estaba enamorado de una chica de su ciudad.— Vanessa sonrió con Ironía— Gracioso, ¿No?.

Vanessa contuvo las lágrimas como pudo, su voz un hilo apenas audible.

—¿Y en los años siguientes con Brandon? —preguntó Hemmet, su voz grave resonando en la habitación.

—Mi padre, furioso, me prohibió verlo. Aunque ya no hubiera un matrimonio que cancelar, creo que sentía la necesidad de castigar a alguien. Como miembro de Imgard, no podía aceptar que su hija se casara con alguien de clase media.

Una sirvienta entró a la habitación, dejando una taza de té en la mesa de luz. Cuando se marchó, Vanessa continuó con el relato.

—Lena me traía sus cartas. Yo escribía las mías y se las mandaba con ella. Hasta que me enteré, por una de sus cartas, que también se había enamorado de él y se le había declarado. Discutimos, y nunca más quiso llevar mis cartas ni traer las suyas. Mireia también había dejado de venir. Supongo que la rivalidad entre nuestros padres le dificultaba visitarme.

—Bueno... más o menos —dijo Mireia, con un tono lleno de incomodidad.

Hemmet solo observaba, su mirada analizando cada palabra, cada expresión, cada latido y cada respiración de Vanessa.

—Parecía un buen hombre —dijo Hemmet, su rostro serio.

—Lo era. En la última carta que me envió, hace unos meses, decía que nos escaparíamos de Imgard. Justo en "La Noche de las Estrellas". La noche, en la que Brandon Murió.

Hemmet comenzó a caminar hacia adelante, su postura relajada se había disuelto. Ahora su actitud era más concentrada y tensa.

—Nos íbamos a escapar… —Vanessa quiso continuar, pero las lágrimas no la dejaron.

—Está bien, no es necesario que sigas —dijo Hemmet con la mano en el hombro de la chica, un gesto inesperado de consuelo. —Bueno, es hora de irnos. Mireia, te espero en el auto.

Las chicas se quedaron a solas, después de mucho tiempo. Mireia sentía una mezcla de incomodidad y culpa que no podía disimular.

—Vanessa, lo siento. No tenía idea de que estabas pasando por todo esto. La razón por la que no vine fue...

—Mi hermano… —la interrumpió Vanessa con una comprensión melancólica. —Sé que es por mi hermano. No te preocupes, lo entiendo.

Las jóvenes intercambiaron recuerdos, revivieron momentos y se pusieron al día sobre lo que había pasado en el tiempo que no estuvieron juntas. Compartieron risas y lágrimas que duraron media hora.

—Creo que deberías irte, tu novio está esperándote —dijo Vanessa, con un toque de picardía en su voz.

—No es mi novio, somos compañeros —protestó Mireia, sintiendo un calor en las mejillas.

—Qué suerte, entonces, porque lo besé —soltó Vanessa, con una sonrisa enigmática.

—¡¿Lo besaste?! —Mireia se puso de pie de la cama, completamente sorprendida.

—Fue para alejarlo. Debía mostrarme rendida, así debilitas a quienes creen tener todo bajo control —respondió Vanessa, haciendo una pequeña pausa. Le sonrió nuevamente con picardía a su amiga y continuó: —Te felicito, amiga. Encontraste un buen partido.

—¡No digas eso! —protestó Mireia, completamente sonrojada.

—Gracias por venir. Una vez más, me hiciste muy feliz —dijo Vanessa con ternura, tomando de la mano a su amiga.

Se abrazaron. Antes de cerrar la puerta, Mireia se volvió con su amiga.

—Vanessa, ¿por qué elegiste este día para saltar? ¿Por qué cuando vendríamos nosotros?

—Porque en el fondo… deseaba que me salvasen —respondió la chica en la cama, con una sonrisa que era una mezcla de paz y tristeza.

Mireia saludó con la mano y regresó al auto, donde Hemmet la esperaba.

—Ya estoy aquí —dijo Mireia, subiendo al auto. Hemmet estaba escribiendo en su libreta, su rostro una máscara de concentración.

—¿Qué escribes, Johan?

—¿Qué pasó entre tú y Sebastian? —inquirió Hemmet, su voz fría y directa.

Mireia se quedó sorprendida por la pregunta, pero se sintió apenada. Nunca le había contado nada sobre eso.

—Sebastian estaba enamorado de mí —contestó la chica, con la cabeza gacha, sintiéndose pequeña. —Hoy me lo volvió a decir. Al parecer no me ha superado. Quiso intentar conquistarme de nuevo. Me suplicó, pero me negué, por supuesto. Lo siento si te preocupé.

—Ya veo… —fue lo único que dijo Hemmet, sosteniendo su lápiz con los dientes. La tensión en su cuerpo era palpable.

—¿Estás bien? —preguntó la chica, preocupada por el silencio repentino.

—Cuando entré en la habitación donde estaban a solas —agregó Hemmet, su voz baja y gélida. —En tu cuello pude ver la marca de un pulgar.

—Fue un poco brusco, pero lo quité de encima. Lo sien… —Mireia intentó aclarar la situación, pero fue en vano. Hemmet estaba furioso. Él era frío y tranquilo, pero cuando demostraba sus emociones, era como un libro abierto, y ahora la furia lo dominaba.

—Si ese imbécil, o cualquier otro de su misma calaña, vuelve a ponerte un dedo encima, la tumba de Brandon Bullock no será la única que adorne este barrio. ¿Entendido?.

Mireia estaba atónita. No podía creer que esas palabras pudieran salir de su boca, o la intensidad con la que las dijo. Hemmet dio la orden al conductor y el auto se puso en marcha, regresando a la mansión Shelford.

Y ahora… ¿cuál será el siguiente movimiento del detective Hemmet Blackwood?

1
Thaurusi
buen ritmo. siento que ba a pasar algo grande. quiero masss
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