LA FUERZA DE LA RESILIENCIA

Isairi se apartó y se fue a ver a su hija, la encontró dormida, pero no le importó y la cargo, se fue con ella a la sala y la acostó en el mueble para que durmiera y ella supervisarla, después se fue a la cocina para ayudar a su madre y le dijo que por la noche no iba a trabajar, por lo tanto pasarían el día en familia.

Ese día disfrutaron en familia, como era primero de enero en la calle se escuchaba música y personas disfrutando del nuevo día, Isairi y Eneida no compartían con los vecinos porque ellas siempre estaban en el barrio de entrada y salida, solo llegaban a casa a dormir, con los vecinos solo era saludos siempre, de hola buenos días, buenas tardes o buenas noches y para adelante. Ese primero de enero se olvidaron de los problemas por un momento, jugaron lotería, después vieron películas, hicieron la cena juntos como la verdadera familia que eran, Isairi disfrutó al máximo estar en familia, más poder pasar tiempo con su hija.

Isairi esa noche se acostó feliz por el maravilloso día que había pasado con su familia, esa noche durmió tranquila sin importar la situación económica, para ella lo primordial era estar con vida. Al día siguiente se levantó temprano e hizo el desayuno para todos, después de desayunar busco la ropa sucia de todos y lavo, quería dejar la casa lo más organizada posible para que su madre no estuviera haciendo tanto movimiento.

Ella después de hacer todos los oficios de la casa, se dedicó a su hija, a disfrutar de su sonrisa, que su hija disfrutara de su calor, ya casi cumplía cinco meses, ya se mantenía despierta disfrutando de las personas a su alrededor.

A las seis de la tarde ya habían cenado en familia, Isairi se despidió de su madre, Feder y su hija, se dio cuenta de la preocupación de la madre, lo reflejaba en su rostro y ella sabía a que se debía. Isairi se fue a su trabajo pensando como hacer para pagar el arriendo si no tenía de donde sacar dinero, eso la desestabilizó.

Al llegar a su trabajo le volvieron a asignar el mismo puesto, y sin decir nada se fue a su lugar. Esa noche Andrés estaba en su mansión sin saber qué hacer, se sentía en una cárcel, no encontraba solución a sus problemas por mucho que intentaba, no encontraba a su abuelo y tampoco solución a su intimidad, no había mujer que lo ayudara.

Después de unos minutos salió y le dijo a sus escoltas que lo llevarán a la discoteca, llamó a sus amigos y le dijo que los esperaba allá, estaba dispuesto a encontrar a la mujer que tanto quería volver a ver, no porque le gustara, era para comprobar lo que había sentido durante el contacto con ella.

Los amigos llegaron muy extrañados, por lo general eran ellos los que lo invitaban a salir, y cuando él lo hacía era para cenar y hablar, pero nunca para tomar. Ellos comenzaron a tomar mientras conversaban a través de la música, tenían que hablar fuerte para escuchar, hablaban de las mujeres que pasaban por enfrente de ellos, de las empleadas, Andrés solo sonreía sin ganas.

Mientras los amigos hablaban él repartía su mirada por todas partes buscando su objetivo, así pasaron las horas y no la veía por ningún lado, los amigos encontraron cada uno una compañera, Andrés no quiso porque no perdía la esperanza de encontrar a la de él; A las tres de la mañana los amigos le avisaron que se iban con sus compañeras, no estaban tan ebrios porque no había tomado en exceso porque era día de semana y tenían que trabajar en sus empresas por lo menos tres horas.

Ellos se iban a disfrutar de la compañía y dormir un poco para ir a trabajar a las dos de la tarde, eran los dueños, pero no se podían dar el lujo de descuidar sus empresas, los tres tenían empresas, pero no eran competencias porque eran diferentes, la de los amigos de uno era textil y el otro mensajería, la de Andrés eran los productos lácteos y clínicas que era la de su abuelo y estaban a cargo de él.

Andrés les dijo que se fuera porque primero iba para el baño y se iba después, ellos así lo hicieron y el al ver que se iban alejando se volvió a sentar para esperar un poco más. Isairi estaba en su puesto haciendo su trabajo, una de las compañeras le dijo que la acompañara al baño, podían ir las dos porque no tenían tanto trabajo, las dos salieron y se dieron cuenta que no había tanta gente, cuando iban pasando Andrés se dio cuenta de que una de ellas era la mujer que estaba buscando.

Se levantó y la siguió, espero a una distancia prudente para no parecer un pervertido, las dos mujeres conversaban en el baño, la otra le dijo a Isairi que necesitaba dinero, a lo que Isairi le dijo que estaba en las mismas, ellas se quejaron de la situación económica y del puesto en el que estaban. Las dos mujeres salieron, al salir un hombre se acercó a una y le dijo que le daba trescientos por un rato, las mujeres se miraron, el hombre le volvió a decir lo mismo y ella aceptó.

Lo acepto por necesidad, porque no sabía de donde iba a sacar dinero para sus deudas, la otra salió sin juzgar porque la entendía, al salir se asustó cuando un hombre se le paró al frente mirándola fijo, ella también lo hizo y se dio cuenta que era el mismo con el que había tropezado, su compañera pasó por su lado y la miró, continuó su camino con el hombre y la dejo allí.

El hombre no era otro que Adres, estaba frente a la mujer que le había dado un poco de esperanza para su amiguito, la agarro del brazo e inmediatamente su parte comenzó a despertar, en ese momento el sintió un alivio y decidió corroborar todo en la intimidad y le dijo a la mujer.