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Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Antes De Saber Lo Que Es El Amor.

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Amor de la infancia / Equilibrio De Poder
Popularitas:4.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Mel G.

Cuando el hermano mayor de Reachel, Elliot, desaparece en un trágico accidente, ella deberá tomar la presidencia de la empresa familiar, pero esta viene con una condición, casarse. El mejor amigo de su hermano, Santos, le ofrece casarse con ella para ayudarla, pero hay un problema, ella lo ha amado desde niña.

NovelToon tiene autorización de Mel G. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

AMOR ESCONDIDO

...Reachel:...

— Santos, ¿hablaras con las familias de esas personas? — Estaba alterado, no era para menos.

— Si, no será fácil. Si esto sale al público la reputación de la empresa se verá afectada.

Me sentía inútil ante esta situación, el había decidido viajar y la verdad es que es más acertado que el se haga cargo de esto.

— Todo estará bien. — Lo seguía de un lado a otro, mientras él empacaba sus cosas.

— No se como pudo pasar algo así, siempre me aseguro de que los planos estén correctos, esa es mi responsabilidad y paso esto. — Pocas veces lo había visto tan frustrado.

— Santos, no es tu culpa, todos cometemos errores.

— Pero no este tipo de errores, este tipo de errores despojó de su vida a tres personas. — Podia ver en su postura y en su mirada que sentía culpa.

Cerró su maleta y salió a toda prisa. Lo llamé antes de que subiera al auto.

— Santos. — Se detuvó y me acerqué. — Mucha suerte. — Le di un abrazo antes de que subiera al auto.

El me dio un beso que me tomó por sorpresa. Era la segunda vez que me besaba sin una excusa, no supe como reaccionar.

— No tomes decisiones sin mi, espérame por favor. — Solo asentí había estado hipnotizada por lo que acababa de pasar.

...****************...

Toda una semana he trabajado como burro sin descanso, me habia estado apoyando con Romina, pero el trabajo era demasiado, el puesto me estaba quedando grande.

Santos había estado fuera toda una semana, no había tenido noticias suyas, tal vez las cosas no estén tan bien por alla, quería llamarlo, pero no quería agóbiarlo con preguntas, sé que si había algo que yo debiera saber el me lo informaría de inmediato.

Lo cierto era que, tambien lo extrañaba. Tome el teléfono decida a llamarlo, pero Ana interrumpió.

— Señora. Afuéra está un hombre, que dice que usted ya lo está esperando. Es el hombre que vino el otro día.

¿Un hombre? En un instante lo recordé. Debia ser el abogado o notario para lo del testamento.

Baje enseguida, efectivamente era el.

— Señora Recahel.

— Abogado Centeno.

— Vine hacer mi revisión de Rutina.

— Claro. Tome asiento por favor. — Le hice una seña y se sentó. — Me temo que tenemos un problema. — Me evaluó. — Mi esposo se encuentra fuera de la ciudad, surgió un problema con una construcción.

— Entonces por el momento, sólo me gustaría entrevistar a sus empleados.

— Ahora mismo se encuentran ocupados, no creo que sea posible.— Estaba nerviosa no había preparado nada y Santos y yo no habíamos tenido tiempo de actuar frente a los trabajadores de la casa.

— Sera muy breve.

— Solo podrá hablar con dos de ellos, es que tengo una reunión en la tarde y todo debe estar listo para entonces.

— Si claro no hay problema. — Indicó el hombre.

¡Rayos! ¿Ahora que haré?

— Gusta un café.

— Por su puesto.

Bien esto me dará tiempo dentro de la cocina para darle indicaciones a Ana y Lorena.

Cuando entre las muchachas estaban ocupadas cocinando y con sus deberes.

— Ana, Lorena dejen lo que están haciendo. — Ellas se detuvieron y me observaron. — Acerquénse por favor. Ana dejó un franela y Lorena se limpió las manos con su delantal, ambas vinieron a mi. Comence hablar de manera baja. — Hay que llevar un café para el hombre que se encuentra es en el Salón, cuando vayan hacerlo necesito que me hagan un favor.

— El que guste señora.

— El va a realizárles una serie de preguntas, sea cual sean esas preguntas ustedes deben describirnos a Santos y ami como la pareja más amorosa del mundo.

— No entendemos señora. — Me observoó Ana confundida.

— Ustedes deben hacerle creer a ese hombre que el Señor Santos y yo somos la un matrimonio que se ama con todo el corazón ¿De acuerdo? — Sus rostros de confusión no desaparecían. — Prometo darles un día libre, o dos. Un bono, si, mejor un bono pero por favor ayúdenme.

— Si señora esta bien. — Aceptó Lorena.

— Bien, preparen el café y nos vamos para alla.

Ellas comenzaron a preparar el café y yo le di la orden a los demás empleados que no se acercaran al salón.

Una listo fuimos a encontrarnos con el abogado, Lorena tomó asiento y Ana le tendió el café al hombre para después sentarse a lado de su madre.

— Ellas son Ana y Lorena. — Las presente al hombre, mientras yo tomaba asiento.

— Muy bien. En realidad no sera un interrogatorio como tal, solo me gustaría que me platicaran como es la convivencia entre sus empleadores.

Ellas se observaron. Ana fue la primera en tomar la palabra.

— El señor ha estado fuera hace una semana aproximadamente, pero siempre se encuentran juntos.

— Interesante, dígame más por favor.

— Lo señores, convienen mucho; es decir, ellos desayunan juntos, se van juntos al trabajo, vuelven a la misma hora, cenan y se van a dormir. — Agregó Lorena.

— Me gustaría saber si ellos son cercanos a pesar de estará juntos todo el tiempo.

— ¿Los señores? — Preguntó Ana. — Por supuesto. El señor siempre está pendiente de que la Señora esté cómoda, incluso cuando aún no se casaban y ella venía a visitarlo siempre pedía cosas que a ella le gustaran.

Eso es Ana lo estás haciendo excelente.

— Desde que se cazaron el señor siempre ha estado pendiente de que las cosas que le gustan a la señora, se hagan. — Agregó Lorena.

— Como el café caliente por la mañana, el pie de limon que tanto le gusta, y la galletas de mantequilla que la señora siempre pide.

Era verdad todo eso siempre estaba, no hacía falta que yo lo pidiera.

En ese momento entró el jardinero, con un jarron con lavandas.

— ¿Podría hablar con el? — Señaló al hombre con las flores.

Me tensé. — ¿El? Casi no está en la casa, no creo que pueda aportar algo relevante.

— De todos modos me gustaría hablar con el.

— De acuerdo.

— Señor, Raul. ¿Puede venir un momento? — Le pedí.

— Dígame Señora. — Se acercó.

— El señor aquí presente, gusta preguntarle qué opina usted de mi relación con mi esposo.

— ¿Yo?— Se sorprendió — ¿Que importancia tendría?

— Solo, responda, no hay problema

El hombre lo pensó un poco. — La verdad es que yo estoy la mayor parte del tiempo fuera es de la casa, no observo mucho a los señores. Aveces los veo cuando suben juntos al auto para ir a sus trabajos, pero fuera de ahí no mas. — Comentó.

— Entiendo. — Dijó el abogado.

— Señora, si me permite seguiré cambiando las flores es de los jarrones.

— La casa mantiene un aroma muy fresco gracias a las flores. — Elogió el hombre al observar al jardinero.

— Si el señor pidió que siempre hubiese flores frescas de lavanda en la casa. Entonces cuando ya se están marchitando, entro y las cambio. — Explicó el jardinero.

— Lo que pasa es que es el aroma favorito de la señora, por lo que desde que ella llegó se hace de esta manera. — Comentó Ana.

Me sorprendi, Santos sabía de mi hasta detalles.

Yo nunca le dije a nadie que mi aroma favorito es la lavanda y el lo sabía de algún modo. Será que era una casualidad. No soy de Flores, pero ese olor me gusta mucho. Y ese aroma se podia sentir en toda la casa.

Fue cuando preste atención de que habia floreros cada tanto, recordé que incluso en la habitacion.

— El señor siempre busca que la señora se sienta realmente cómoda en su casa.— Agregó Lorena.

— ¿Y de las muestras de afecto? — Preguntó el señor Centeno.

— Ellos son muy amorosos el uno con el otro, siempre se abrazan y el contacto físico siempre está, aunque no se besan frente a nosotros, pero solo con ver sus miradas se puede ver el amor que se tienen. — Ana, era la mejor.

— El señor siempre prueba del platillo de ella, es algo que hacen con mucha frecuencia, incluso antes de estar casados, esa clase de intimidad solamente se puede tener con la pareja.

Ellas hacían que las cosas sin sentido que hacíamos Santos y yo parecieran las de dos enamorados.

— Ya veo, me alegra saber que todo está marchando bien.

— Si no nos necesitan más, nosotros volveremos a nuestros deberes.

Los tres se giraron para retirarse.

— Me da gusto ver que todo marcha en orden, el beso se omitirá por esta ocacion debido a que el Señor Bianco no está presente.

Lo único que lamente de la visita fue que el no estuviese para usarlo como excusa para a besarlo.

Lo que me recordó que el me había besado de la nada.

Mi cabeza le daba muchas vueltas a ese asunto.

— No hay nada de que preocuparse. — Dijé como algo obvio.

— Vendré la próxima semana, espero su esposo ya se encuentre aquí.

— Yo también bien lo espero.

Cuando se marchó fui directamente hacia el comedor, apenas iba a desayunar.

Ahi se encontraban ya, Ana y Lorena.

Me senté para comenzar a comer.

— Chicas debo agradecerles, hicieron un excelente trabajo, solo por eso se ganaron un día libre y un bono.

— No es necesario Señora, realmente no dijimos nada que no sea verdad. — Se encogió de hombros Lorena.

— Ustedes hicieron parecer todo como una pereja de enamorados.

— Solo dijimos lo creemos de verdad. —Detuve mi tenedor antes de introducirlo a mi boca. — Al Señor, se le ve mucho más feliz desde que usted vive aquí, ustedd lo hace reír mucho, así pasaba las veces que venía a visitarlo anteriormente. — Dijó Ana.

— Bastaba con verla para que su semblante cambiara. — Agregó Lorena mientras terminaba de dejar algunas cosas en la mesa.

— Bueno, nos tenemos mucho cariño. Nos conocemos desde hace mucho y eso ha afianzado nuestra confianza.

— Si, pero tambien se nota el amor entre ustedes. Se ve que el señor le trae ganas. — La madre de Lorena la reprendió por su imprudencia.

Sonrei. Ya había muchas personas que me habían dicho que nosotros parecíamos dos enamorados. ¿Y si Santos tambien sentía los mismo? Tal vez seria mejor decirle la verdad, pero ¿si eso cambiaba nuestra relación para mal? No podría soportarlo, ¿en verdad estaba dispuesta a soportar toda mi vida sin confesarle lo que sentía? Iba a decirle cuando volviera se su viaje.

Es decisión tomada.

...****************...

Más tarde estando en la oficina, pense en llamarlo, ya no soportaba no saber de él, ni como le había ido.

Tome el teléfono, lo pense nuevamente y al fin me decidí.

No se por que me costaba tanto trabajo llamarlo, antes lo llamaba todo el tiempo.

— Reachel.— Se oyó del otro lado y mi corazón se aceleró.

— Hola. No he tenido noticias de ti. ¿Como esta todo por alla?

— Iba a llevarte un reporte de todo lo ocurrido, pero creo que será mejor que estés informada de una vez.

Sus palabras no sonaban bien. — ¿Tan malo es?

— Esto fue obra de tu hermano. — Era de esperarse que Franco estuviera detras de esto. — Lo más seguro es que una de las esposas vaya a demandarnos y yo ya pusé la demanda en contra de Franco, el escándalo será inevitable, lo siento.

Sabía que Santos solo hacía lo correcto. — Está bien, es lo que corresponde. ¿Tu como estas?

— Estoy bien, ahora estoy en la obra, volveré cuando me asegure de que todo marche bien.

— Claro. — ¿Eso significaba que aún se tardaría un poco más? — El hombre del testamento vino. Al ver que no estabas se marchó, le dijé que estabas en un viaje de negocios.

— ¿Interrogó a los empleados? — Se preocupó.

— Solo le permití hablar con dos de ellos, argumentando que los demás tenían deberes, y les di intrucciones a Ana y Lorena que nos describieran como la pareja más amorosa.

— Me alegro que todo saliera bien.

— Si. — Apreté mis labios.— Santos.

— Dime.

— Te extraño.— Que locura, siempre le decía estas cosas, pero desde que todos me dicen que parecemos dos enamorados, me cuesta más trabajo.

— Tambien te extraño. — Respondió.

— Me gustaría que habláramos de algo importante cuando vuelvas.— Yo ya había decidido hablarle de mis sentimientos. No había marcha atrás.

— ¿Puedo saber de que se trata?

— Prefiero hablarlo en persona contigo.— Era mejor así, si lo soltaba por teléfono y no decía nada yo me iba a lamentar.

— De acuerdo. ¿Como van las cosas por alla?— Cambó el tema.

— Los planes arquitectónicos están un poco detenidos debido a que me pediste no tomar decisiones, me gustaría enviártelos para que los revises y poder aligerar un poco el trabajo.— Yo solo tomaba decisiones con respecto a diseño pero en arquitectura, no sabía nada.

— Hazlo, más tarde los revisaré por que estoy en la obra.

— De acuerdo. Lo bueno es que Romina me ha estado apoyando demasiado.

— Ustedes se están acercando no es así.

— Si parece que si.— Era cierto, en estos momentos sentía que podía contar con ella más que con cualquier otra persona.

— Tal vez sea momento de limar asperezas, aunque pasó mucho tiempo alguna vez fueron amigas.

— Si tal vez.

— Debo irme. Prometo llamarte más tarde.

— De acuerdo.

Colgamos y así lo hizo, por la noche me llamo y hablamos un poco.

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Noemi Rios
me falta el el final
Mel G.: Hola buen día querida lectora, así es, aún esta en emisión, si gustas puedes leer ¿Tu eres mi esposa? Que es una novela antes de esta.
total 1 replies
Yolanda Fuentes
me encanta seguir con la historia de Rachel y santos 👏🏻👏🏻
Rossana Centeno
excelente
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