No Debía Enamorarme, Tenía Que Odiarte

Mientras vamos de camino, le marco a mi abue y le digo que me quedaré en casa de Tatiana, ella queda tranquila y yo igual; aún no estoy segura del porque acepte esta locura, pero es mi única oportunidad para pasar mi dolor.

Cuando llegamos a la casa de Miguel él dice — no te preocupes si necesitas llorar o gritar, aqui nadie te escuchará… sonrío con melancolía y digo — muchas gracias por lo que está haciendo por mi, pero no quiero importunar al niño o a la señora Ana… me mira de reojo y dice — ellos regresarán hasta mañana, así que no tienes porque preocuparte… hago un gesto de gratitud y me bajo del carro.

Cuando entro al casa admiro su estructura y acabados, es realmente muy hermosa, mientras la recorro recibo un mensaje al celular; cuando lo reviso es nada más y nada menos que de Esteban, el mensaje dice “Sofía, donde estás?; con quien te fuiste en ese carro”… no entiendo a qué viene ese mensaje, enserio es un cínico y claramente no le voy a responder, mínimo es para seguir molestándome; así que apago el celular.

Mientras observo con intensidad mi teléfono una voz ronca y sexy dice — está todo bien Sofía?… salgo del letargo en el que estoy, lo miro rápidamente y le digo — no es nada importante… el me alcanza un vaso de agua y al tiempo dice — ven Sofía, siéntate acá y tómate este vaso de agua, eso hará que te tranquilices un poco… lo tomo y me siento donde el me señalo, mientras bebo el agua su mirada está fija en mis acciones, me pone un poco nerviosa, entonces le digo — por qué hace todo esto por mi don Miguel?… el cruza sus piernas y entrelaza sus manos diciendo — Sofía, no quiero que te sientas presionada, pero me gustaría saber que te paso, para estar en ese estado?… me ahogo de la impresión y toso un par de veces, luego repondo — son problemas familiares, pero nada que no se pueda remediar… él se da cuenta que evado el tema y dice — no quiero que se sientas mal con mi pregunta, es solo que si aceptarás mi propuesta, quisiera poder ayudarte… suspiro y digo — ay don Miguel, quisiera sacar todo este dolor que traigo entre pecho y espalda, pero me da vergüenza… su mirada es indescriptible, pero me da la seguridad de poder confiar; además ha sido muy bueno conmigo, merece escuchar la verdad; después de unos segundos dice — nadie con la tristeza que tiene en los ojos puede sentir vergüenza de lo que ha vivido… sus palabras me conmueven y repondo — don Miguel me enamore de quien no debía y ahora me odio por amarlo; y para rematar mi abuela me quiere casar con un desconocido… él se toca la barbilla y dice — como que te quieren casar?… también queda sorprendido con eso del matrimonio, y pues es normal, yo aún no salgo del asombro, así que le digo —si señor, mi abuela me comprometió con el nieto de su mejor amigo del colegio, según ella es la única forma que tiene para protegerme; pero don Miguel, ella cómo puede estar segura de eso si es un completo desconocido?… sin expresión alguna dice — de casualidad la boda será este viernes?… me tomo el rostro en signo de asombro y le digo — cómo puede saber eso? … el suspiran y dice — porque entonces nos vemos el viernes en el registro… dejo caer el vaso de la sorpresa y digo — no puedo creer esta coincidencia don Miguel, por qué acepto esta locura?… después de unos segundos dice — chantaje Sofia y mi abuelo sabe cómo hacerlo desde que tengo uso de razón, no puedo negarle nada… después de volver en si, me percato del vaso y me levanto para recogerlo; él se levanta al tiempo, me toma del brazo y dice — cuidado te cortas, espera llamo a la señora que nos ayuda en casa… suspiro y digo — no se preocupe puedo hacerlo… él insiste y no me queda más que aceptar.