Es la historia de un amor Asexual, un tributo al romance, Helen y Davis tendrán una relación fuera de lo común, dónde el sexo no se hace necesario para expresar los sentimientos ni el deseo mutuo.
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CAPÍTULO XI: LA BODA
Casi alcoholizado, mi vida era un completo desastre, no sabía para qué vivía ahogado en la miseria, viviendo de los recuerdos del pasado, Michael llamo por teléfono: Hola primo, ¿cómo estás? Ya sabes la noticia.
—Cuál noticia, habla sin misterio
—Helen se va a casar con un idiota que conoció en la universidad—Aseguro Michael
—Mierda no puede ser, ¿cuándo?
—El mes que viene.
—Gracias por avisarme.
Sabía que si se casaba la perdería para siempre, aun en mi corazón había una pizca de esperanza de poder estar con ella.
Hice el viaje para Texas, llegué a casa, y allí estaba con su novio también Doctor, era bien parecido, carismático y con músculos definidos por horas de ejercicios, la vi y me saludo un sin un beso ni un abrazo: Hola hermano, es el York mi novio.
—Es un gusto—Dice York estrechando mi mano.
—Igual.
Cenamos todos juntos en la mesa, no podía evitar mirar a York con desagrado, mamá me llamo aparte: "Que estás haciendo, compórtate por favor".
En dos días sería la boda y no sabía qué hacer, en un intento desesperado volvió a hablar con Helen, le robe un beso me abofeteó y después le supliqué que no se casara, pero me volvió a rechazar.
—Crees que York te va a amar como yo
—Él es un buen hombre y me ama, no se crio conmigo y no tiene el mismo apellido—Expuso Helen
—Nada de eso importa cuando dos personas se aman.
—Te equivocas las cosas no son como crees—Replico Helen
—Yo te amo, todo este tiempo no he podido estar con otra mujer, y Tú ahora te quieres casar, ¿acaso fue el sexo?.
—Te equivocas, yo no estuve con nadie hasta York, pero no me he acostado con él, puedes decir que es anticuado, pero lo estamos dejando para la luna de miel—Alego Helen
—Es muy religioso de tu parte (con sarcasmo), pero dime la verdad tú me aún me amas.
—Eso ya no importa.
—A mí sí.
—No seas necio, entiende por favor—Remarco Helen
Termina la conversación, vencido y sin más argumentos, la dejé en paz, llego el día de la boda, me moría de la rabia por no poder convencer a Helen de vivir nuestro amor, se nubló mi juicio, le dije _ "déjame llevarte a que te peinen y maquillen" salimos a las 10 de la mañana, y pisé el acelerador con rumbo incierto, al ver que nos alejamos de la ciudad.
— ¿Qué haces, a dónde me llevas? —Pregunto Helen con Precaución
—No puedo permitir que te cases, no te quiero perder.
—Cálmate por favor, me estás asustando—Exclamo Helen
—No tienes que temer siempre estaremos juntos.
—Para por favor—Helen con gritos de angustia.
—No lo haré.
—Déjate de locuras y para el auto por favor—Grito Angustiada Helen
—Olvídalo.
Ella se puso muy nerviosa, intentó morderme el brazo, pero la empuje, comenzamos forzar, intentó esquivar un camión que venía por el carril contrario y perdió el control, rápidamente el vehículo se volcó, y caímos por un barranco, quede inconsciente.
Me desperté luego en la clínica en estado grave, luego supe que ella no apareció en el sitio del accidente, su paradero era un misterio, la culpa de su posible muerte me atormentaba, York me denunció por homicidio, finge demencia por vergüenza, papá alego que tenía problemas mentales y mi castigo fue pasar el resto de mi vida en un hospital psiquiátrico.
No dije ninguna palabra sobre el accidente, ya la vida no me importa nada, cada día era una agonía, acabé pareciendo un completo loco, la mayoría del tiempo quería estar dopado para no pensar en lo que había ocurrido, no quería perdonarme por haberle hecho daño a mi amada hermana.