León es un reconocido diseñador de modas, famoso por su elegancia y su estilo impecable, un hombre dandi que vive rodeado de lujo y sofisticación. Su reputación como un hombre delicado y perfeccionista lo ha llevado a ser considerado gay .
Todo cambia cuando Sophia, una joven asistente recién llegada, entra en su vida , que cautiva a León de una manera que jamás había experimentado. Aunque ella parece un "bombón " su encanto va más allá de lo físico, y su aura de frescura e ingenuidad pone a León al borde de la desesperación.
A medida que trabajan juntos, la tensión entre ambos crece, una mezcla de deseo reprimido y una conexión que desafía las expectativas de ambos.
NovelToon tiene autorización de Pretty Savage 19 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 12: Confesiones y Noches de Belleza
El día había sido largo, pero finalmente León y Sophia caminaban de regreso a casa después de otra jornada en el estudio. La noche estaba fresca, y el silencio entre ellos era cómodo, interrumpido solo por el suave tintineo de los collares de los gatos, que caminaban a unos pasos detrás, como si también disfrutaran del paseo nocturno.
Sophia, con una sonrisa tímida, rompió el silencio.
—León... tengo que confesarte algo.
—¿Algo? —preguntó él, levantando una ceja mientras ajustaba la bufanda alrededor de su cuello—. Querida, espero que no sea algo que arruine mi noche de descanso.
Ella rió suavemente, sintiéndose un poco más segura.
—Cuando te conocí, pensé que eras gay.
León se detuvo de golpe y la miró, incrédulo.
—¿Qué? —dijo, llevándose una mano al pecho como si hubiera recibido una ofensa mortal—. ¿Tú también, querida?
Sophia asintió, tratando de contener la risa.
—Es que... no sé, todo el mundo lo dice, y bueno... tú eres tan... sofisticado.
León soltó una carcajada, una que resonó en la calle tranquila, y negó con la cabeza mientras retomaba el paso.
—Sofisticado, sí. ¿Pero gay? Querida, ¿acaso no has aprendido nada después de todo este tiempo?
—Lo siento —dijo Sophia, aún riendo—. Pero ahora lo entiendo.
León la miró de reojo, con una sonrisa divertida.
—Bueno, al menos has rectificado. Aunque debo admitir que no es la primera vez que me lo dicen, y probablemente no será la última.
Mientras caminaban, León se dio cuenta de algo. Sophia ya no era solo su asistente. Vivía con él, compartía su espacio, su rutina, incluso sus momentos más personales. Era algo completamente nuevo para él, alguien que siempre había preferido la soledad, el silencio de su casa, y la compañía exclusiva de sus gatos. Pero ahora, con Sophia ahí, las cosas eran diferentes.
—Eres un caso especial, querida —dijo de repente, mirándola con una sonrisa ligera.
—¿Por qué lo dices?
—Porque no sé cómo, pero has logrado infiltrarte en mi vida como un "bombón rosa" que revoluciona todo.
Sophia frunció el ceño, confundida.
—¿Bombón rosa?
León asintió, con una mirada dramática.
—Sí, querida. Dulce, inesperada y algo pegajosa.
Ella se rió, sacudiendo la cabeza.
Ya en casa, León anunció que era noche de belleza. Mientras los gatos se acomodaban en sus lugares habituales, él sacó sus mascarillas favoritas y se las mostró a Sophia.
—Es tradición. Mascarillas, helado y una película clásica. Hoy toca Chicas Pesadas.
Sophia, acostumbrada ya a las excentricidades de León, aceptó encantada. Se pusieron las mascarillas, él con una de oro y ella con una de arcilla verde que él mismo eligió para su piel, mientras se acomodaban en el sofá con una tina de helado.
—¿Sabes? Esto es lo más extraño que he hecho en mi vida —dijo Sophia, mirando la película con la mascarilla aún fresca en su rostro.
—Querida, si esto te parece extraño, necesitas más aventuras.
Ambos rieron, y mientras veían la escena de "los miércoles usamos rosa", León no pudo evitar mirarla de reojo. Tener a Sophia en su casa, compartiendo estos momentos, le hacía darse cuenta de que, aunque era algo fuera de lo común para él, no lo cambiaría por nada.