Leandro Smith es un policía con rango intachable considerado el lobo Negro de la Comandancia pues su amplia trayectoria le a dado estima, pero un día su mundo da un giró al encontrase con Alice una chica motorizada que gustó diferentes, con quien tendrá incontables desacuerdos.
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CAPÍTULO XII: EXTRAÑA ACTITUD.
LEANDRO: Estás consciente que ese hombre pudo hacerte daño.
ALICE: Por eso evitó tener cercanía con los de tu tipo, pude haberme dado cuenta esta mañana que no cargaba dinero, pero gracias a ti no lo note. Así que estamos a mano porque no pienso pagarte el dinero que le diste al taxista. ¡Que tengas buena noche Capitán.!
Dijo con fastidio intentando alejarse pero Leandro la tomo del brazo y lo impidió.
ALICE: YA ve' todo ustedes son iguales. \= Al escuchar eso Leandro la soltó rápidamente havia sido un arranque de enojó por la actitud de la chica.
LEANDRO: Sabes un día de esto me cobraré tu osadía de la manera en que menos la esperes. \= Mencionó mirando directo a los labios de la pelinegra provocando que la dulce chica tragara grueso.
Leandro le dio la espalda para subir a su auto y alejarse lo más rápido antes de cometer una locura.
Al día siguiente, saliendo para sus trabajos ambos volvieron a compartir el ascensor, esta vez Leandro iba más Cerio que el día anterior, para la pelinegra era un alivio que no le hablara; pues no tenía tiempo de discutir. Ya estando en el estacionamiento y ver su moto en las misma condiciones de Ayer, fue donde cayó en cuenta que había olvidado enviarla al taller, teniendo como alternativa tomar de nuevo un taxi; pero para el colmo de males, al revisar su bolso no cargaba efectivo. Tendria que tomar el metro, le tomaría llegar al trabajo mas de una hora.
El fuerte sonido del auto la saco de sus pensamientos. El Land Rover defender custom Negro paso por su lado, casi que tuvo que moverse por el asalto, pero a diferencia del día anterior esta vez no se detuvo.
ALICE: Maldito infeliz. Lo odio!! \= mencionó luego de hacer una rabieta.
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Del otro lado de la ciudad se encontraba Leandro llegando a la Comandancia con una pequeña sonrisa casi imposible de ver, todos allí quedaron impactado al verlo, El capitán solia ser, un poco Arrogante y estricto, verlo alegre no era muy común, ni siquiera cuando una misión salía con éxito. Pero aún así en esa faceta robaba suspiró por parte de las mujeres agentes de la Comandancia.
Eduardo se encontraba en el cubículo de una oficial de tránsito, estaba en su faceta de conquista en las que ninguna mujer se "resistía", en eso, escuchó una plática del otro lado del cubículo.
EDUARDO: el Capitán Feliz,? \= se pregunto extrañado. __esto tengo que verlo con mis propios ojos.
El teniente tenía la mala costumbre de irrumpir la oficina del Capitán, en esta ocasión fue diferente, después de haber tocado un par de veces no obtuvo respuesta, por lo que decidió entrar.
Leandro se encontraba mirando por los ventanales de su oficina con una sonrisa genuina dibujada en sus labios.
Los pensamientos tenía una imagen exacta: el delicado rostro enojado de su vecina al ver su moto en la misma condiciones de Ayer. Decir que eso no lo divirtió sería mentir. Y el solo imaginar que lo haya insultado un sin veces, lo complacía mucho, había sido una cucharada de su medicina. Si tan solo la chica le hubiera mostrado un poquito de amabilidad Talvez la hubiera ayudado como últimamente lo venía haciendo .
Pero ella era muy terca, cosa que lo volvía loco. Su sonrisa se fue poco a poco esfumando al recordar que había decidido; mantener distancia con ella, pero por fuerzas mayores fue imposible. Anoche, lo había sacada de juicio, por un momento quiso tomarla entre sus brazos y eneseñarle buenos modales con una mamada de lengua que seguro nadie le a dado ni siquiera esa chica con la que suele tener una relación.
Sacudió ese pensamiento, y maldijo a lo bajo, pero no lo suficiente, el teniente había escuchado con claridad y no aguanto en preguntarle lo que sucedía con él.
LEANDRO: En que momento entraste? No te e dicho mil veces que toques antes de entrar?
EDUARDO: Me creerás si te digo que hoy, por primera vez lo hice? Pero al parecer en el mundo alterno que andabas estaba más interesante.
Leandro se dirigió a su escritorio para sentarse, No le habia contado a su amigo lo que había descubierto de la pelinegra embaucadora, y menos que era su vecina, pero tenía mucho trabajo que hacer y no había tiempo de platicar.
LEANDRO: te contaré después ahora quiero que me digas que hay de nuevo en el caso en el que estamos trabajando??
En el momento que Eduardo estaba por contestar, un toque de la puerta llamo la atención.
?__Con permiso Capitán, disculpe la interrupción.
La bella psicóloga entró contorneando sus caderas, dando un suspiro a ver el castaño fornido e imponente detrás de su escritorio.
LEANDRO: Adelante Licenciada Claudia que se le ofrece.
CLAUDIA: Solo traerle estos informes con mi diagnóstico en la interrogación de los testigos del caso xxxx. El juicio está apartado para dentro de una semana así que esas pruebas deben presentarlas ante el Tribunal. Por lo que es necesario su firma.
Leandro tomó el documento y lo leyó con rapidez para después redactar su firma un poco extrañado por ser la psicóloga en venir personalmente.
EDUARDO: Este es el caso de Lían, no debe ser el quien solicité la firma del Capitán? Como también es él, quien entregue las pruebas que van a presentar en el juicio.
¿La rubia lo miro con furia, porque tenía que ser tan entrometido? Había escuchado los chismes que circulaban en el pasillo de la extraña actitud en la que llegó, esta mañana el capitán, cosa que al igual que todos la tenía muy intrigada, desde que fue trasladada a ese municipio, y vio por primera vez al castaño quedo flechada al instante siempre ha intentando llamar su atención, pero nunca a podido, incluso intento coquetear con el teniente para ver si podía conseguir algún alguna información o inicio de algunos gustó específicos del hombre, pero fue una pérdida de tiempo.
Eduardo al nota su enojo sonríe disimuladamente había logrado su objetivo, el capitán solo ignora el comentario de su amigo y le regresa el documento.
LEANDRO: Algo más licenciada?
CLAUDIA: Referente a este caso u otro; no por el momento, pero si no es mucha molestia me gustaría que me aceptará una invitación a cenar.
Al actitud coqueta de la rubia dejaba en claro cuáles era su intenciones, dejando a los policías impactados por ser tan directa. Claudia estaba decidida en conquistar a fortachudo castaño ya había perdido mucho tiempo y si esa sonrisa que había lucido esa mañana se debía a una Mujer seguramente le llevaba ventaja, pero estaba segura que ella podría superarla.
Solo faltaba que Leandro le diera su buena revolcadas.
por la violación que sufrió.
menos mal que con la Ceci no pasan de besos.
Lo que ella le hace falta para abrir sus ojos es una buena revolcadas de Leandro.
jajaja.