Abriella, una princesa es obligada a escapar de su hogar, teniendo que aprender a sobrevivir fuera de este. En el camino se encontrará con personas que la ayudarán a recuperar lo que le robaron. ¿Será capaz de conseguirlo?
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Té
Estamos en la puerta de la familia Crustwood, toque la puerta, cuando se abrió no logré ver a nadie al inicio, casi que imagino que la casa está hechizada, no hasta que mi mirada cae y veo a un pequeño abriendo la puerta.
— ¡Agustín! ¿Qué te he dicho de abrir la puerta a desconocidos? No puedes abrir la puerta, yo lo hago — Ahí apareció Margarita — Ay, ¡Hola, ya llegaron! Tenemos muchas cosas preparadas. Agus saluda a las señoritas a quienes les abriste la puerta — Agustín nos miró y se rio, me encanta la risa de los chiquititos.
— Hola — Dijo Agustín, luego de eso corrió detrás de su madre, Margarita lo tomó en brazos.
— Mira Agus, ella es Gabriela — Me apunto — Ella es Eloísa — Ahora apunto a mi amiga — Y él es Erik — por último lo apunto.
Agustín tenía su cabeza escondida en el cuello de su madre, al alzar la vista nos miró y sonrió.
Luego apareció don Marcos.
— Hola don Marcos, un gusto — Saludé.
— Gabriela, ahora todos somos amigos, es momento que dejes de llamarme así. — Miró a mi lado — Supongo que esta es tú amiga, un gusto conocerte, espero que nuestros hijos se lleven bien.
— Muchas gracias por esta agradable bienvenida — Dijo mi amiga — Trajimos un postre para comer junto al té, espero que les guste.
— Les va a encantar, mi amiga es muy buena repostera, este postre es uno de sus mejores. Ella misma lo preparó.
Nos invitaron a entrar, nos dirigimos al comedor donde ellos tenían toda la mesa preparada.
Arriba de ella habían muchos panes y cosas que se podrían poner encima.
— Que bueno que trajieron algo dulce, aquí tenemos solo cosas saladas. — Margarita bajó a Agustín y lo sentó en la mesa.
Elo sentó a Erik al lado de Agustín, se vio como estos dos niños conectaron al instante, se ve que tienen un potencial de ser mejores amigos.
Luego nos ubicamos nosotros, Marcos se sentó al Lado de Margarita, y yo me senté al lado de Eloísa, teniendo a Margarita frente mío.
— Hay muchos caballeros por las calles. ¿Todavía no encuentran a la princesa? — Mencionó Margarita, traté de no hacer una cara rara.
— Al parecer — Dije tratando de sonar tranquila — No tengo idea porque siguen buscando por acá, no va a aparecer mágicamente diciendo el lugar donde está.
— En este punto lo más probable es que se encuentre muerta, quién sabe, quizá por eso no al encuentran — Dijo Marcos. Es normal, ya llevo un mes desaparecida y no hay ni un rastro mío. — Es una pena, siempre pensé que ella sería muy buena líder para nosotros, se podía apreciar lo amable que era ella, una característica que sobresalía de ella.
— Si, es lamentable — Mencionó su esposa — Lo bueno es que si no aparece ella, ya esa viva o muerta, su primo tiene prohibido ascender al trono.
— Si, eso es reconfortante — Dijo mi amiga — Ojalá que esté viva y escondida hasta que esté preparada a luchas contra su primo.
— Si, yo creo que todo esperamos eso. — Dije.
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Llevamos bastante rato sentados en la mesa hablando, poco a poco se pudo ver cómo es que mi amiga se iba soltando y ganando confianza.
Los chicos se fueron de la mesa luego de comer y se fueron a jugar.
— Eloísa, sabes. Tienes una grandes habilidades en la repostería. ¿Te gustaría dedicarte a eso? Te iría demasiado bien, yo creo que la mayoría del pueblo viviría en tu tienda de lo mucho que te llegarían a comprar. Hace poco, cuando fui a la capital vi que había un lugar donde vendían dulces y postres para comer, también tés para tomar y habían mesas fuera para que la gente lo pueda disfrutar — Elo se quedó mirando, pensando en esa posibilidad.
— Muchas gracias, pero no creo que la gente llegue a comprarme a la casa en donde estamos viviendo, queda fuera del pueblo. — A Margarita se le iluminó el rostro.
— Amor ¿Qué te parece si le entregamos esa casa que tenemos cerca del centro para que partan con el emprendimiento? — En ese momento Elo se quedó congelada, las casas cerca de centro suelen ser bastante caras.
— Si claro, sería una buena idea. Está un poco destrozada por dentro pero si la remodelan bien sería una atracción, a parte que a todo el mundo le encantaría comer de tus postres.
— Mucahs gracias, pero una casa es demasiado. No me la tienen que dar así porque si.
— Eloísa, no te preocupes, si nunca vamos a esa casa, la puedes utilizar por el momento. Cuando tengas más ingresos podrás comprarte una casa más grande y en el mismo centro. — Dijo Margarita
— Les prometo que si me va bien voy a pagarles por eso. Muchas gracias.
— No tienes porque, tranquila. — Dijo Marcos — Voy a buscar las llaves para que puedan ver la casa — Marcos fue a buscar las llaves.
Mi amiga todavía no aceptaba aquella oferta, estaba nerviosa diciendo que les pagara por su amabilidad, aún que Margarita le diga que no es necesario.
Llegó Marcos con unas llaves y me la entregó porque sabía que si lo la daba a Elo ella no las aceptaría.
Me dieron las instrucciones de cómo llegar mientras Elo estaba buscando a Erik que estaba jugando con Agustín.
— Muchas gracias por la invitación, si quieren podemos invitarlos pronto a nuestra casa.
— Sería fantástico. ¡Qué les vaya súper bien!.
Todavía no oscurecía así que le dije a Elo que vayamos a ver la casa. Ella, como es muy terca se negaba a ir, pero la logré convencer, no se como pero lo logré.
En el trayecto mi amiga le compró a Erik un nuevo juguete.
Llegamos a la casa, se encuentra a unas dos calles de la calle principal. No es fea por fuera, es una casa de madera de dos pisos color blanca, al entrar se podía ver como estaba llena de telarañas y polvo. Se puede apreciar como el tiempo se había quedado congelado aquí dentro, había un calendario de 1487 de hace tres años.
— Mañana podemos venir a limpiar, yo te puedo ayudar con eso. También tenemos que pintar ¿Qué color crees que atraerá a la gente? — Le prengunte.
— El blanco con verde, esos colores llamarían la atención, además que al pensar en esos colores se me viene a la mente los postres.
— ¡Qué buena idea! Mañana compremos pintura y limpiemos este lugar.
Luego de eso nos fuimos a la casa, Erik ene el camino quedó dormido en mis brazos.