Un loco y apasionado romances entre una profesora de idiomas s y un joven de su clase, dará una fogosa y emocionan relación. El problema está en la sociedad. ¿Es posible una relación entre una mujer mayor y un chico joven?.
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Sucia.
Jazmín.
Cuando llegué a casa, mi hermana está esperándome en la cocina, de brazos cruzados y con el entrecejo fruncido.
- ¿Y qué?, ¿estuvo bien? ~dice y suspiro con cansancio~
- Sí, si estuvo bien, ¿algún problema? ~alzo una ceja~
- Sí, el problema es que te estás cogiendo a uno de tus estudiantes. ¿Sabes quién es el padre de ese niño?, ¿sabes qué pasará si sale a al liz un escándalo como ese?. No solo dañaras tu intachable hoja de vida, también lo meterás a él en problemas ~dice molesta~
- Sé perfectamente quién es su padre y no tienes que ser exagerada, nadie tiene por qué saberlo ~me alzo de hombros~
- ¿Estás pensando con el trasero o tienes mierda en la cabeza?.
- ¿Perdón? ~frunzo el ceño y camino hacía ella~
- Tienes 33 años, Jazmín. Deja de comportarte como una adolescente hormonal, tienes a cientos de hombres detrás de ti y decides fijarte en un niño 11 años menor que tú ~la miro de pies a cabeza~
- Te recuerdo que te cogiste a uno de mis estudiantes, que por cierto es cuatro años menor que tú ~me cruzo de brazos~
- Tú muy bien lo has dicho, es uno de tus estudiantes... No mío ~sonríe con burla~ ¿Crees que será una polémica que ande con un hombre cuatro años menor que yo?. Bueno, quizá habrán algunos comentarios, no lo sé, pero... O sea, te repito que eres una profesora de 33 próximamente 34 y te estás metiendo con un hombre incluso menor que tu hermana ¡MENOR!.
- Charlotte... Sabes que eres lo único que tengo, eres la única persona por la que daría mi vida, pero amablemente te pido que no te metas en mi intimidad. Yo no tengo que darte explicaciones y mucho menos pedirte permiso de con quién debo meterme o no. Como ya me lo has recalcado, soy una mujer mayor, independiente, autónoma y que se ha sabido valer por sí sola incluso desde mucho antes de cumplir la mayoría de edad ~me acerco más hasta quedar frente a frente~ No tienes que venir a darme lecciones de nada porque tú no has pasado ni la cuarta parte de lo que lo he hecho yo, la vida ya se encargó de eso así que mantente al margen, que yo a ti no te piso el culo para ver a quién se lo das.
Salgo de la cocina sin esperar su respuesta y después de subir las escaleras, me adentro en mi habitación. Sé perfectamente que puede ser contraproducente, ¿pero por qué todo tiene que ser complicado?.
Él no es un niño, no estoy cometido ped*filia, él ya es un hombre y yo... No lo puede controlar. Desde el primer momento me gustó, no tengo la culpa y no creo que sea un pecado.
Estoy comenzando a quitar mi vestido cuando mi celular suena. El director de la universidad me dice que necesita hablar algo importante conmigo así que me apresuro a cambiar e ir directamente hacia allá.
***
- Sta. Abernathy, sé que usted aparte de hablar francés e italiano, también habla un perfecto alemán. Lastimosamente, nuestra profesora Bernadette se ira del país. He mandado a organizar los horarios, los estudiantes de lenguas extranjeras aún no lo saben, pero esto es más importantes. Necesito que usted tome las clases de alemán.
- ¿Yo? ~frunzo el ceño~
- Sí, ya tenía un contacto, pero me puse a pensar en que usted tiene parte de las mañanas libres y pues... Así tampoco atrasaríamos con la espera de un nuevo docente a los estudiantes. Hemos cambiado lel horario para los estudiantes de lenguas extranjeras. Mira, Las tres primeras horas del día daría clases de Francés que son en un aula, luego las cuatro últimas horas daría Alemán e Italiano en el aula contrario para que no esté de aquí para allá.
- Bueno... Eso implicaría estar todo la jornada en la universidad. Francamente, me serviría mantener mi tiempo ocupado, pero tendría que ponerme al día...
- Eso no es problema ~dice con una sonrisa enorme~ La profesora ---- al final del día le dejará toda las notas de los estudiantes y le dará una guía para que sepa más o menos por dónde ellos van y así usted sepa como empezar. Obviamente, desde mañana es que empieza el cambio ~creo que nota que lo estoy dudando un poco~ Le subiremos su sueldo.
- Jajaja, no hace falta que agregue eso ~niego y sonrío~ Lo haré si me quiere como reemplazo de Oliver ~ruedo los ojos con diversión~
Después de que me retuviera toda la mañana en su oficina hablando sobre la universidad en sí, sintió la necesidad de invitarme a almorzar y yo no me negué.
Regresé con él a la universidad para dar mis clases de francés y al terminar las dos horas, pase al aula que se está convirtiendo en mi favorita. Al saludar, tods responde, pero logró ver a alguien con cara de rareza. Minimo se estarán preguntando si estoy enferma.
Pues bien, ya que al señor Templenton le molesta tanto "mi falta de valores", de ahora en adelante me tengo que repetir que todos los días debo saludar y decir gracias.
Lo veo fijamente durante unos segundos y antes que nuestras miradas nos delaten, comienzo con la clase. ¡Pero que nervios!, he sentido su mirada puesta en mi durante la clase, ni siquiera es una mierda de "estoy prestando atención".
Por un momento lo veo hablando y riendo con sus amigos, me molesta que no me presten atención así que voy a joderlo un rato. Desde aquí puedo ver cómo se sonroja, sonrío internamente y aún con mis brazos cruzados, lo veo ponerse de pie y caminar hacia mi dirección.
- Malvada... ~oigo que susurra y estoy a punto de reír~
Tengo que aceptar que su pronunciación es muy buena y es satisfactorio ver que ya puede ir sosteniendo una conversación en el idioma.
- Muy bien, Templenton ~doy un asentimiento de cabeza~
Me mira fijamente los labios y me regala una sonrisa prepotente que nunca me había dado, antes de dirigirse nuevamente a su lugar.
Eso me prendió como una moto, ¡pero controlate, niña!. Carraspeo un poco y continúo. Si sigue mirando de esa manera soy capaz de tirarmele encima y pedirle que me tome sin importar los demás.
¡Uy!, que sucia me he escuchado, tengo que reír levemente por eso.