Un Contrato Para Amar

Tal y como lo prometió, Emiliano me llevó a ver a mi madre y después al hospital a ver a papá. No puedo evitar sentirme triste al verlo postrado en esa cama.

Emiliano recibe una llamada de camino al Penthouse, al parecer es del detective que investiga el accidente de mi padre.

- Mis sospechas resultaron ciertas, al auto de tu padre le cortaron los frenos y ahora la investigación ha cambiado a intento de homicidio.

- ¡No puede ser! ¿Crees qué mi madre esté en riesgo?

- Lo dudo, en todo caso si no estuviésemos casados serías tú su próximo objetivo.

- ¿A qué te refieres?

- Al ser mi esposa, si tú mueres tus bienes pasarían a mí automáticamente y eso no le conviene al que haya orquestado esto.

- ¿Eso no te convierte a ti en el blanco?

- En realidad a ambos, debemos extremar las precauciones.

- ¿Y todo esto por ambición?

- Así es, bienvenida al mundo real.

- No me gusta, tengo miedo.

- Te prometo que nada te va a suceder. Voy a cuidar de ti.

Coloca su mano sobre mi rodilla intentando darme seguridad.

- ¿Por qué te arriesgas así por mí? No entiendo.

- No me preguntes el por qué, porque no tengo una respuesta. Simplemente, hay algo dentro mío que me impulsa a hacerlo.

- Estaré en deuda contigo.

- El hecho de saber que puedo ayudarte a ti y a tus padres es más que suficiente.

Una vez en el Penthouse ordenamos algo para cenar y sigue explicándome diferentes cosas acerca de la empresa. Me doy cuenta de que sabe perfectamente de lo que habla y no puedo evitar mirarlo con admiración.

Es un hombre tan atractivo, inteligente, mi imaginación comienza a volar mientras observo esa boca, ha desabotonado su camisa y parte de su pecho está al descubierto, una oleada de calor invade mi cuerpo y un cosquilleo se instala en mi vientre.

Estas sensaciones son nuevas y tan abrumadoras.

- ¿Estás bien?- pregunta y me mira preocupado- ¿acaso tienes fiebre? - corrobora mi temperatura tocando mi frente.

- Estoy bien, pero aquí hace calor. Iré a refrescarme.

Entro al baño que se encuentra cerca y lavo mi rostro con agua fría para combatir el calor que siento. Ya más tranquila me reúno nuevamente con él. Seguimos trabajando un rato más y después nos vamos a descansar.

A la mañana siguiente realizamos nuestra rutina diaria, me lleva a la Universidad y él se va a la oficina. Han pasado dos semanas y ya no me incomoda su cercanía, por el contrario, espero con ansias los momentos en los que sé que debemos besarnos o mostrarnos cariñosos, es la mejor parte de mi día.

La semana pasada la noticia de mi boda corrió por toda la Universidad, obviamente tuve una discusión con Teo que me expresó abiertamente su molestia y la desconfianza que siente hacia Emiliano. En sus propias palabras voy a sufrir mucho porque Emiliano no me ama y no merece una mujer como yo.

A Sonia le inventé un relato sobre mi noche de bodas, tuve que informarme en Internet para inventar algo creíble y al parecer fui bastante convincente porque estaba super emocionada. Ojalá pudiera volverse realidad, con Emiliano y de la misma manera tan romántica como en mi relato.

- El viernes por la noche asistiremos a una cena, necesito que compres un vestido adecuado para la ocasión. Será la primera vez que nos presentemos ante la sociedad como marido y mujer.

- Puedo ir mañana al salir de la Universidad a comprar lo que necesito y Sonia puede acompañarme.

- Me parece bien, el chófer se encargará de llevarlas.

Nos retiramos a nuestras respectivas habitaciones, no podemos seguir con el cuento de la remuneración y en algún momento deberemos compartir el mismo espacio.

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Emiliano ingresa a su recámara y va directo al armario, necesita sacar las pertenencias de Julia, llevaba años resistiéndose a hacerlo, pero la presencia de Kat ha cambiado todo.

Retira cuidadosamente las prendas de la mujer que pudo haber sido su esposa. Algunas aún conservan el aroma de su perfume, las acomoda en una caja hasta dejar vacío su lado del armario.

En la mesa de noche descansa su fotografía, no está listo para deshacerse de ella, la toma entres sus manos y dedica algunos minutos a observar a esa hermosa mujer llena de vida que por la maldad de un hombre ya no pertenece a este mundo. Abre el cajón y la deja ahí.

Deja listas las cajas para que a la mañana siguiente sean trasladadas al almacén que tiene en las afueras de la ciudad.

Contrario a lo que pensó, no se siente deprimido. Se va a la cama tranquilo y duerme profundamente.

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Por la mañana antes de salir rumbo a la Universidad, Emiliano le indica a Inés que vendrán a cambiar el mobiliario de la habitación principal y a llevarse algunas cajas al almacén. También le pide que trasladen mis cosas a esa habitación.

Al terminar las clases voy de compras con mi amiga como estaba planeado. Elegir mi atuendo es más difícil de lo que imaginé. Se trata de una cena de gala con gente importante de la ciudad y ahora no voy en plan de hija de John Spencer sino como la esposa de Emiliano Ferré y eso es completamente diferente.

Supongo que varias de las mujeres con las que se le ha relacionado en los últimos años también asistirán y quiero verme bien, no que digo bien, quiero deslumbrar.

- Los vestidos que has elegido te hacen ver como quinceañera- me dice Sonia- déjame elegir algo, espera aquí.

Se marcha y regresa con tres vestidos, todos hermosos. Uno es rojo, corte sirena, cuello halter. El segundo es dorado con mucho brillo, tirantes de espagueti, escote profundo, falda suelta con abertura lateral y el tercero es verde jade, tirantes delgados, escote recto, la parte superior tiene transparencias y pedrería. La falda es de satén, entallada con una abertura lateral.

Me pruebo los tres y es difícil elegir, son hermosos y me quedan perfectamente, sin duda Sonia fue mi salvación.

- Los tres te lucen maravillosamente, yo elegiría el rojo.

- Me gusta, pero creo que prefiero el verde.

- Perfecto, busquemos los accesorios. Causarás sensación en esa fiesta y Emiliano va a quedar fascinado contigo, seguro que esa noche harán muchas travesuras al llegar a casa.

- ¡Sonia!

- ¿Qué? Es tu marido, no es cómo que esté hablando de un desconocido.

- Es solo que no me acostumbro a tener este tipo de conversaciones.

- Acostúmbrate, eres una mujer casada y debemos buscarte lencería sexy para que tengas contento a tu marido.

No puedo negarme y evidenciar la triste realidad, me convence de comprar muchos conjuntos que ni siquiera voy a usar. También me elige ropa para dormir muy atrevida y no sé qué voy a hacer con todo esto.

Estamos a punto de pagar cuando recibo una llamada de Emiliano.

📲 Hola, amor- contesto de forma cariñosa porque Sonia se encuentra a mi lado.

📲 Hola, el chófer se encargará de llevarte a casa de tu madre y después al Penthouse. Tengo algunos pendientes y llegaré tarde. La habitación ya está lista para que la ocupemos. Entiendo que puede ser incómodo, más ni debemos levantar sospechas.

📲 Comprendo mi amor, no llegues muy tarde.

📲 No te prometo nada, no me esperes despierta.

📲 Te amo.

📲 Nos vemos por la mañana.

Termino la llamada y Sonia tiene una expresión de ternura que no pasa desapercibida.

- ¡Ay, amiga qué tiernos son! Se nota que están muy enamorados.

- Sí, no te imaginas cuánto.

No pensé que comprar este tipo de ropa fuese tan caro si prácticamente carece de tela. El chófer me lleva a ver a mi madre, no sin antes llevar a mi amiga a su casa.

- Hija, qué gusto me da verte.

- A mí también, mamá. ¿Alguna novedad sobre la salud de papá?

- Los últimos análisis que le realizaron salieron bien y el médico espera que despierte pronto.

- Ojalá que así sea, tú debes cuidarte más, has bajado de peso.

- Lo intento, pero el no tener aquí a tu papá y no ver una mejoría me pone muy mal.

- Lo sé, pero debes hacer un esfuerzo.

- ¿Cómo van las cosas en la empresa?

- Muy bien, Emiliano lleva los manejos a la perfección y estoy aprendiendo mucho. Es un hombre tan inteligente y es muy buen empresario y abogado ni se diga.

- Al escucharte hablar así de él comienzo a pensar que estás enamorada, ¿me equivoco?

- Te equivocas, simplemente veo sus cualidades y solo respondí a tu pregunta.

- Soy mujer, Kat y he estado enamorada. Casi puedo asegurarte que tú estás enamorada de Emiliano.

- Para nada, mejor vamos a que comas algo. Te acompaño y después me voy.

Acompaño a mi madre a cenar, así me aseguro de que coma algo antes de irse a la cama. La dejo para que descanse y el chófer me lleva al Penthouse.

Subo a la habitación y veo que la cama es una King Size, eso garantiza que tengamos el espacio suficiente para dormir juntos sin tocarnos. Mis cosas están perfectamente acomodadas en el armario.

Elijo la pijama más larga y que me cubra lo más posible. Me meto a la cama e intento dormir tratando de no pensar que en cualquier momento Emiliano cruzará esa puerta y compartiremos la cama.