TERCER LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Huimang es una joven que desde que recuerda ha vivido en Pallango, un reino de la Comunidad Mágica de Hurmaya, traicionada por la persona que más amaba termina prisionera en una mazmorra. La única forma de salir fue aceptar un trato y casarse con el tercer hijo del rey, el príncipe Khwan, a quien describen como alguien, misterioso, distante y despiadado; él la obligará a desafiar sus límites y descubrir su pasado.
¿Podrá Huimang sobreponerse al dolor y recuperar el derecho que le fue arrebatado?
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12. Cartas, ayuda a la reina y sanación
El príncipe Josag le entregó al mensajero, la carta que había preparado a la princesa Majic, Fontana y Susumira realmente no estaba muy lejos usando las piedras de colores que les permitía desplazamientos instantáneos; sin embargo, después de los acontecimientos que provocaron la anulación del matrimonio entre su hermano y la hermosa princesa de cabellos rojos, se hacía necesario poner una distancia entre ellos.
El rey Fortem había visto la escena y los tristes de su hermano, cuando el mensajero se alejó, se acercó a Josag llevando consigo un montón de cartas.
- “Oye galán, ¿sabes que son estos?”, preguntó Fortem enseñando las cartas.
- “No soy adivino Fortem, probablemente alguna cuestión de estado o algún trabajo en que quieres que te ayude”, respondió Josag con una sonrisa.
- “Cuando nuestro canciller de buenas relaciones enfermó y lo reemplazaste viajando por los reinos, me creaste un pequeño problema”, comentó Fortem.
- “¿Problema?, ¿Cuál?”, consultó confundido Josag.
- “Todas estas cartas son propuestas de matrimonio para ti, lo normal es que sea al revés, ¿me puedes explicar cómo ocurrió esto?”, expresó Fortem con mirada curiosa.
- “Yo no hice nada, lo juro. ¿Estás bromeando?, solo hice lo que manda el protocolo; sabes perfectamente que mi corazón ha amado solo a una mujer toda la vida”, respondió Josag contrariado.
- “Josag eres joven, pero a veces ser demasiado amable con las damas puede traer confusiones, especialmente cuando tienes ese aspecto demasiado ¿bonito?, deberías aprender a poner distancia, (dándole las cartas) asegúrate de escribir las respuestas adecuadas, porque si vuelve a pasar, se las voy a enviar a la princesa Majic para que ella se encargue, no creo que termine nada bien”, expresó Fortem dándole palmadas en el hombro a Josag y esbozando una gran sonrisa.
Josag se quedó con la boca abierta mirando las cartas y con la actitud de su hermano; lo que menos se hubiese imaginado es que eso se le ocurriera a él. Cuando había avanzado algunos metros, el Canciller de Guerra se le acercó al rey de Fontana.
- “Parece que no vamos a contar con Su Alteza, para el concejo de estado”, comentó el canciller de guerra.
- “El príncipe Josag puede ser inocente en muchos aspectos, pero es un estratega nato para mantener la seguridad del reino, estará en el concejo, aunque tuviera que responder mil cartas se lo aseguro. Aunque siento que le preocupa algo más canciller”, expresó con seriedad el rey de Fontana.
- “Aunque el canciller de buenas relaciones está mejor, aún no puede hacer largos viajes, hubo una convocatoria al reino de Pullango, la reina acaba de volver a tomar el control del reino; sin embargo, no tiene herederos con el fallecido rey Khwan”, manifestó el canciller de guerra.
- “¿De seguro exigirán que se case con algún miembro de la familia real?, si se resiste intentarán quitarle el trono. No recuerdo el tiempo que tiene para que eso ocurra, deberíamos apoyarla y darle más tiempo para encontrar una solución, la monarca es bastante joven, es nueve meses menor que Josag, la edad que hubiese tenido nuestra hermana si no hubiese muerto”, expresó el rey Fortem con cierta melancolía.
- “El detalle es que van a intentar darle solo quince días, por el tema de la falta de recursos, ningún reino aceptará darle bienes sin un esposo a su lado, a pesar de que ella tiene oro suficiente para comprar; Susumira es al único dominio a quienes a sus reinas se les permite todo”, comentó el canciller de guerra.
- “Pues enviaremos un mensaje, Fontana proveerá de recursos a Pallango sin que la reina necesite un consorte a su lado”, manifestó el rey con seriedad.
- “Sí, Su Majestad, prepararé todo”, afirmó el canciller de guerra.
El rey Fortem sabía perfectamente como era levantar un reino después de una guerra, lo que era ser tratado como incompetente solo por ser menor y como se podía menguar el espíritu de una mujer poderosa bajo la construcción de un mundo en que al parecer solo el hombre tiene la razón.
Por otro lado, Majic se acercó al rey de Pullango en los que parecía ser sus últimos minutos de vida, lo cubrió con una ligera luz blanca.
- “Majic, podría ser muy peligroso”, aseveró preocupado el rey Carpio.
- “No puedo dejarlo morir. Cada uno de nosotros recibe poderes mágicos para asegurarnos de que esta comunidad sea cada vez mejor, Josag siempre dice que, si uno sigue viviendo, sabiendo que pudo haber salvado la vida de alguien y no lo hizo, entonces de alguna manera u otra la conciencia no te dejará vivir bien, y no podrás vivir feliz porque un vacío dentro te estará consumiendo poco a poco”, manifestó Majic mientras seguía cubriendo de luz blanca al rey Khwan.
Mientras la princesa Majic seguía cubriendo al rey Khwan con una ligera luz, que garantice su vida, más no su completa sanación, el Canciller de Salud de Susurmira se acercó al rey Carpio.
- “La princesa Majic tiene mucha influencia de Fontana, temo que eso le imposibilite adaptarse completamente a un reino como Susumira, nuestro ejército respeta mucho a su gobernante por la fuerza de sus acciones, no digo que Fontana no sea digno de admiración, pero a veces su nobleza puede confundirse con debilidad, especialmente con los súbditos de Susumira acostumbrados a la severidad”, expresó con preocupación el canciller de Salud.
- “Lo sé, Canciller; mi hija mira a través de los ojos del príncipe Josag aunque no esté presente, y tiene como imagen de un monarca la dignidad del rey Fortem; por eso necesito que pase este tiempo con el rey Khwan mientras se recupera, mira la óptima de un rey aún joven, pero que a la vez es severo, y que no teme usar cualquier medio para lograr su objetivo, sin llegar a caer en la barbarie; sé que su instinto de Susumira aflorará, aún sin necesitar activar la bruja de fuego que lleva dentro”; manifestó el rey Carpio.
- “¿Cree que el rey Khwan logre influenciarla? Y si lo logró no podría influenciarla y cambiar sus sentimientos”, preguntó incrédulo el canciller de Salud.
- “Majic va a amar al príncipe Josag toda su vida, eso no va a modificarse, ni aunque el mundo entero cambiara su posición ella dejaría de amarlo, lo vi en sus ojos cuando me pidió anular su matrimonio al precio que sea para amarlo en libertad. Solo necesito que Khwan le muestre otra faceta de gobierno, lo suficiente para ser una buena reina de Susumira”, afirmó el rey Carpio.
La ligera luz blanca que cubría el cuerpo del rey Khwan desapareció, y el monarca de Pullango podía respirar tranquilo aunque aún seguía inconsciente, la fiebre había cedido, Majic estaba un poco mareada, así que su padre la llevó a descansar, aún había esperanzas de vida para el soberano de Pullango.
mis feliciones 💫