Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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embriagada.
Alejandro.
Me sentía realmente terrible, había actuado de manera inmadura e impulsiva, busque a Claudia por toda la casa de mis tíos, pero no la encontré, así que decidí ir a buscarla a su casa, las luces estaban encendidas. Toque y fue Daniel el encargado de abrir.
-Hola Daniel.
-Hola Alejandro, que te trae por aquí.
-Busco a Claudia, podría llamarla.
-Ella no está en casa, debe estar en casa de los López.
-A ok, muchas gracias.
No estaba en casa en donde carajo podía estar, la estuve buscando por los lugares que solíamos frecuentar, eran cerca de las 10 de la noche y nada que daba por ella, su teléfono sonaba apagado, eso me angustiaba más. No fue hasta que se me ocurrió llamar a Camila, no sé cómo no se me ocurrió antes, estaba tan desesperado que no pensaba con claridad.
-Hola Camila.- la saludé, apenas me contestó.
-Por Dios Alejandro, gracias al cielo que llamas, necesito tu ayuda.
-Que ocurre, estás bien, Claudia está contigo.
-Si está conmigo, pero es un completo desastre y todo es tu culpa, así que date prisa y ven ya.
Después de eso me colgó y me envió por mensaje su ubicación, la cual era una disco en la ciudad, conduje lo más rápido que pude. El lugar está sumamente lleno, cómo pude me abrí paso para poder entrar.
La busqué con la mirada hasta que pude ver a Claudia encima de una mesa bailando, sus movimientos eran muy sensuales, todos tenían la mirada en ella, mientras le gritaban un, sin número de cosas, Camila batallaba paga bajarla. Me apresuré a dónde se encontraba y la baje rápidamente.
-Claudia, qué demonio crees que estás haciendo.- estaba muy molesto.
-Pero miren nada más, a quien tenemos aquí, si es el recién graduado.- su mirada estaba llena de tristeza.
-Claudia vamos, yo te llevo a tu casa.- la tomé de la mano, pero ella se soltó.
-Yo no voy contigo a ningún lado, está hija de papi y mami, quiere seguir bailando.
Estaba muy ebria y se tambaleaba, cómo pudo se subió nuevamente a la mesa y todos aplaudieron, muchos hombres la miraban con lujuria, desatando mi enojo, la tome del brazo atrayéndola a mí, la sostuve en mis brazos y la saqué de ese maldito lugar, Camila nos siguió en completo silencio, mientras Claudia batallaba para que la bajara. Una vez llegamos a mi coche la bajé.
-Se puede saber qué te ocurre, quien te crees que eres para venir a molestarme.- me grito.
-Entiendo tu enojo, pero debes controlarte, ahora sube al coche, yo te llegó.- le respondí.
-Yo no voy contigo a ningún lado Alejandro, así que déjame en paz.- estaba perdiendo la poca paciencia que me quedaba.
Así que la volvía a alzar y la subí al coche, Camila seguía en silencio, en su rostro podía ver la burla, no sé qué le parecía tan gracioso.
-Sube tú también.- le dije y está negó con la cabeza.
-No, yo tengo mi coche, pero antes de irme si ahí algo que debo decirte.
- claro dime.- ella se acercó a mí y estampó su mano en mi mejilla.
-en tu vida, no vuelvas a tratar a Claudia de esa manera, no sé qué estaba pensando cuando te apoye para que te acercaras a ella, no eres más que un imbécil.- vaya nunca la había visto tan enojada.
- los siento\, sé que me porte como un idiota\, estaba celoso\, pero no miento cuando digo que la amo.- fui sincero.
- pues no parece\, ahora llévala\, los veo mañana.- después se giró y la Vi subirse a su
coche
Después de verla marcharse, subí al coche, Claudia estaba con los brazos cruzados a la altura de su pecho, se había quedado dormida o se estaba haciendo.
-Ya estás más calmada.- le pregunté.
-En verdad te importa, no sé a qué viniste.
-Sé que estás enojada, quiero disculparme.
-No quiero tus disculpas, mejor conduce.- eso último me causo gracia.
No le respondí nada y conduje hasta su casa, ella seguía en silencio, con los ojos cerrado.
…
Después de conducir un rato, llegaron a la entrada del viñedo, en dónde Alejandro se parqueó, no sabía cómo disculparse por su comportamiento.
Lo siento. - cuando por fin tuvo valor, fue lo que logro salir de su boca.
Pero Claudia, bajo del coche, sin querer escucharlo, él la siguió y la detuvo antes de entrar a la casa y sin más la beso. El beso fue correspondido al instante, fue un beso demandante lleno de deseo, pero una repentina ganas de vomitar, dañaron el momento, Claudia entró corriendo hasta su habitación y se encerró en el baño donde devolvió todo el contenido de su estómago. En la mañana, cuando despertó no recordaba nada, su amiga Camila había llegado.
-Buenas tardes, Claudia, hasta que por fin despierta.- le dice Camila entre risa.
-¿Buenas tardes?, acaso que hora es?.- pregunta Claudia.
-Amiga, son las 4 de la tarde.
-¿Qué?, por Dios, como llegue a casa.
Camila no paraba de reír, era la primera vez que su amiga tomaba de esa forma, y todo lo que había hecho era un acontecimiento.
-Ya Camila, para y dime que hice.- pregunta sería Claudia.
-Pues amiga, más bien, pregunta que no hiciste.
…
Claudia.
El dolor de cabeza, me estaba matando, no lograba recordar con claridad lo que había pasado. Pero escuchar a Camila, me llenaba de vergüenza, y peor aún, el que Alejandro me viera en ese estado. No quiero verlo, no después de todo lo que me dijo y de haber hecho el ridículo.
Ahora sé lo importante que es para mí, el dolor que sentí con cada una de sus palabras, me demuestra que es así. No sé qué estupidez habré hecho en su presencia.
Después de tomar un baño y comer algo, volví a la cama, no tenía ánimo de nada, entre las cosas que hable con Camila, salió el tema del matrimonio de Pablo, no les voy a negar que sentí tristeza, pero era algo que ya había aceptado.