Me Salió El Tiro Por La Culata

Lautaro sale de su oficina y busca a Vanina la lleva hacia la oficina, le ofrece una bebida a Vanina y le muestra su oficina.

— ¿Que te parece?

— Es muy Bonita— caminaba observando a detalle la decoración.

— se que está sencilla pero esta pasable. toma aquí tienes otra copa

— si, oye Lautaro no quiero más, sabes que no soy de estar tomando alcohol.

— ok bueno entonces comencemos.

— oye espera quería hablar contigo algo que me esta pasando.

NARRADOR:

Lautaro la mira con asombro y duda y le recuerda las condiciones.

— Vanina sabes que no debemos hablar cosas personales, ¡lo sabes!.

— ¡ah si!! Eh!! bueno solo quería decirte que en estos días estaré un tanto ocupada.

— tu tranquila solo avísame y ya! Lo solucionamos. Acercándose a ella y besando su cuello.

Lautaro sube a Vanina al escritorio y le comienza a agarrar sus pechos, rápidamente le quita su pantalón y ropa interior él únicamente se bajó la cremallera y de una vez colocó el preservativo bajo a Vanina y la colocó de espaldas hacia él, se humedecía sus dedos y toco su intimidad suavemente cuando sintió húmedo entro en ella de una sola estocada, Vanina se quejó un poco de dolor por lo brusco pero después se relajó y pensó que ella estaba allí era solo para complacerlo a él, ella había firmado un contrato por sexo no para que él le escuchara sus problemas, así que solo se relajó, algunas lágrimas salieron no porque Lautaro la estuviera lastimando sino porque su dolor venía del Alma.

Lautaro la movió del escritorio al sofá y practicó con ella otras posiciones, Vanina solamente hizo caso omiso a sus pensamientos y dolor del momento y se entregó a él dejándose sucumbir en el placer que le estaba dando, esta vez había sido diferente a las otras, fue más carnal, más lujurioso, más desinhibido.

Lautaro.

Estos días estuve metido en mis negocios no porque tuviera mucho trabajo, si no más bien para no pensar tanto en Vanina, estoy decidido a no mezclar sentimientos en esto, por más que me guste y la desee no puedo dejar que eso me gane, no puedo negar que ya no aguanto más y por eso la llamé y cae la casualidad que ella podía en ese instante mucho mejor para mí, esta vez mi amigo se comportó y pude durar más con ella, esta vez quise ir directo al grano sin tanto protocolo, sentí que ella se quejó un poco pero después se amolda a mí disfrutando también de todo, creo que el estar en la oficina, en otro ambiente me hizo despejar mi mente y poder disfrutarla por completo, cuando ya no podía más y sentir como ella se corría yo llegué a mi final agotado lanzándome sobre el sofá mientras ella se iba directamente al baño.

Quedé exhausto y muy complacido, Vanina estuvo excelente aunque sentí que estaba un poco extraña pero quien sabe las mujeres a veces son tan indescifrables.

Vanina

Todo esto que me pasa me está ahogando en el dolor, siento que las caricias de Lautaro son un escape a lo que siento, me dejo llevar por él y el placer que me da, este encuentro estuvo un poco más brusco pero igual de placentero, aunque no deja de doler mi pecho, una vez que terminamos mis lágrimas comenzaron a salir solas y antes de que Lautaro me viera agarre mis ropas en la mano y me fui hacia el baño, abrí la ducha y lloré a mares, me moje mi cabello cosa que no hago si no lo voy a lavar, pero necesitaba que mi cabeza se enfriara, una vez que llore y me desahogue me seque el cuerpo, me vestí respire profundo no sé cuantas veces y salí del baño encontrándome con lautaro sin camisa y con un trago en la mano.

— ya..!! te te vas!?? wao! te ves hermosa con tu cabello mojado.

— debo irme espero te haya gustado.

— oye espera, espera ¿¡no te gusto!?

— por su puesto que sí, solo debo irme ya se me hace tarde y el bus tardará en pasar .

— no dejaré que esperes el bus, Ismael te llevará.

— Ok está bien.

Mientras esperaban que llegara Ismael a la oficina a buscar a Vanina, Lautaro se vuelve a acercar a Vanina y la abraza aprovechando de acariciar su cabello húmedo, Vanina se quedo inmóvil él solo la apretó contra él.

Al cabo de unos minutos llegó Ismael, cuando Vanina lo vio agarró su bolso y carpetas y salió lo más apresurada de ahí, ni siquiera se despidió de Lautaro.

Ismael notó algo raro pero no dijo nada y se fue tras ella dejando a un Lautaro sonriente en su oficina.

Ismael la alcanza y le indica donde está el vehículo ella se monta y él comienza a manejar.

— Vani cómo estás?

— Bien isma y ¿tu?

— bien!! ¿A donde te llevo preciosa!?

— A mi casa amigo mío, a mi casa.

— ¿¡te pasa algo!? Te noto extraña.

— Ah no tranquilo solo estoy cansada.

— ok bueno ya llegarás a tu casa.

Cuando iban por el camino Ismael veía por el espejo que Vanina se limpiaba algunas lágrimas que brotaban con disimulo, él se comenzó a incomodar, pasaban muchas cosas por su mente, hasta que ya no pudo más y se estacionó en el hombrillo de la calzada, Vanina nota que se detuvo y se asusta.

— ¿pasa algo? ¿por qué te detienes en esta via!? no es seguro.

— Vanina ¿que pasa? ¿por que lloras?.

— Ismael mueve el carro esta zona es peligrosa.

— lo haré cuando me des los motivos de tu tristeza.

— no es nada por favor echa andar este carro, si no llegaremos caminando.

— te hice una pregunta.

— está bien te diré pero muévete por favor.

Ismael comienza a manejar el auto a baja velocidad y la sigue mirando por el espejo retrovisor, ahora si cuéntame.

— Es algo muy doloroso de contar.

— Ya basta Vanina ¿el imbécil de Liboneti te ofendió te hizo algo malo!? Dímelo que ahora mismo lo pongo en su lugar.

— no! no! no! Para nada isma no és por él.

— ¿entonces que ocurre!?

— Isma tengo una hija y está enferma, hoy me dieron un diagnóstico para nada alentador.

— ¿qué tiene tu hija?.

— tiene un tumor cerebral y cancerígeno.

— Lo siento mucho preciosa, ahora entiendo el por qué de tu semblante.

— Ismael esto debe quedar entre nosotros por favor no lo comentes con Liboneti.

— tranquila lo guardaré, pero opino que debes contarle.

— No, además firmamos unas condiciones donde no debemos mezclar nuestros encuentros con nuestra vida personal.

— Entiendo, si quieres hablar de esto puedo buscarte mañana y me explicas mejor.

—Mañana debo llevar a mi hija con el médico así que no estaré desocupada.

— ¿a que hora la llevaras?

— a las 8:am

— las pasaré. Buscando a esa hora.

— no es necesario.

— sí que lo es!!!.

— y Liboneti ¿no se pondrá bravo!?

— no tiene por qué enterarse.

— a pues! Entonces nos vemos mañana a las 8 a.m.

— si señorita.

— chao isma hasta mañana.

así se despidiero—n dejando a Vanina frente a su casa isma no se fue hasta que vio que Vanina entraba a sus casa sana y salva.