Diana es obligada por sus padres a sustituir a su hermana gemela Emma, en su boda con Edwin Zhoa. Un hombre poderoso, pero que odia con todas sus fuerzas a Emma.
En búsqueda de venganza, hará que su faceta fría y dominante se sienta con mayor fuerza. Hiriendo en su camino a la mujer, que sin saberlo, dio a luz a su hija.
Siendo que lo único bueno en su vida es su amada hija, tendrá que hacer frente a las obligaciones que su familia la han impuesto.
¿Podrá el odio y la sed de venganza mermar cuando se descubra la verdad?
¿O el orgullo de aquel hombre valdrá más que la fuerza de los lazos sanguíneos?
¿Podrá ella realmente ser feliz?
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Cariño
Edwin se sacudió de la cabeza la idea de qué la mujer delante de él no era Emma. Era una locura pensar que era otra mujer podría sustituir a el lugar de Emma.
Sabiendo el infierno que le esperaría a su lado. ¿Qué motivo tan grande tendría alguien para ocupar el lugar tan miserable que le esperaba a Emma?.
¡ Nadie podía prestarse algo tan humillante, no importa si esa mujer fuera idéntica!. Nadie se presentaría a sustituir a otra persona, solo para ser humillada.
Diana inclinó de nueva mirada para evitar ver los ojos furiosos de Edwin. Al ver a Diana inclinar la cabeza por segunda vez, Edwin se puso más furioso.
Edwin no podía creer lo buena que es Emma para mentir. Ya lo había hecho una vez, Emma había fingido muy bien ser una chica inocente y profundamente enamorada de e, pero esta segunda no iba a funcionar.
Enfurecido de la actitud inocente de la mujer delante de él, Edwin miró ferozmente a Diana cómo si quisiera matarla con su propias manos.
Edwin le quitó la caja con el collar de Diamantes de las manos de Diana. Para después continuar hablando.
__ Emma, no me importa cuanto intentes fingir delante de mí, ya que no me podrás engañar por segunda vez.
__ Si no quieres este collar, está bien. Pero ten en cuenta que es lo único valioso que vas a recibir de mi parte._ Mencionó Edwin apretando los dientes con fuerza.
A Diana no le importaba cuál fuera el valor del collar que venía dentro de la pequeña caja roja, nada valía más que su amada hija Sara. Tampoco iba a permitir que el hombre delante de ella la siguiera humillando.
__ ¡He dicho que no quiero nada de ti, no me importa que tan valioso sea estas joyas, para mí no tienen ningún valor.__ Respondió Diana, sin importarle dejar al descubierto su identidad.
Edwin continuó mirando a Diana, por un par de segundos más, entré más la mira, Edwin más confundido esta. La chica era tan idéntica a Emma, pero al mismo tiempo tan diferente.
Edwin agarró violentamente el brazo de Diana y la empujó hasta el interior del registro civil. Edwin deseaba que está falsa se terminará lo más rápido posible.
Después de firmar los documentos que acreditan su matrimonio, Edwin acompañado de Diana subieron a su auto para regresar a la mansión.
Durante todo el camino, Edwin ni Diana había dicho ni una sola palabra. Diana por su parte solo quería terminar rápido de todo esto.
Al llegar a la mansión Zhoa, Edwin estaciono su auto en la entrada de la mansión. Antes de bajar, volteó de reojo para ver a la mujer a su lado.
En ese momento Diana miraba atónita la mansión delante de ella. La mansión de Edwin era inmensa, y llena de lujos por todas partes, lo que más le llamó la atención a Diana era el inmenso jardín de rosas que estaba a un lado de la enorme mansión.
___ ¿Le agradan las rosas? __ La pregunta de Edwin le cayó desprevenido a Diana.
Ya que ella le encanta todo tipo de flores, en especial las rosas rojas, pero a Emma no, porque ella era alérgica a las rosas rojas.
Las manos de Diana estaban fuertemente formadas en dos puños. Era claro que Diana estaba muy nerviosa.
Al darse cuenta de lo nerviosa que Diana se puso con su pregunta, Edwin tenía una idea.La última vez que Emma fue a verlo, supo que ella era alérgica a las rosas.
Edwin cada momento se iba dando cuenta de algo, pero prefirió ignorarlo hasta saber toda la verdad.
__ Debemos bajar.__ Ordenó Edwin con voz fría.
Edwin bajo del auto y caminó apresuradamente hacia la entrada de la mansión, Edwin esperaba que Antonio y Lorett ya hubieran llegado.
Edwin solo esperaba que Lorett no se convirtiera en un dolor de cabeza para él.Ya que últimamente no estaba de humor para soportar a nadie.
Diana enseguida corrió detrás de él, ignorando a todos los sirvientes que estaba afuera de la mansión formados en dos filas.. Todos habían sido informados de la llegada de alguien muy importante para Edwin, así que todos debían estar afuera esperando a que él llegara.
Al entrar a la mansión, la aroma del perfume que Lorett usa llegó a las fosas nasales de Edwin. Edwin se detuvo, justo a unos pasos de las escaleras.
Ya que Lorett iba bajando las escaleras con una copa de margarita en sus manos.Al ver a Edwin llegar, la chica se apresuró a ir hacía él.
Al llegar a él, Lorett abriendo sus brazos y colocando sensual sobre el cuello de Edwin .
__ ¡Cariño!.__ Fueron las palabras que escuchó Diana al entrar a la mansión.
Lorett, que solo traía puesto un pequeño vestido rojo que dejaba muy poco a la imaginación, besaba a Edwin apasionada mente.
Diana no pudo evitar, arder de coraje. El hombre a quien besan tan apasionadamente se acaba de convertir en su esposo.
Diana lo tomó cómo una humillación, sin poder evitar su coraje y quizás celos. Diana agarró el brazo de Lorett y la empujó hacia atrás.
__ ¡Evita besar a mi esposo!. __ Ordenó Diana, poniéndose del lado de Edwin.