Incondicionalmente

Steph y yo debimos contratar una organizadora, con tanto trabajo no íbamos a poder organizar la fiesta para los chicos como ellos se merecen. Queremos que sea perfecto e inolvidable para ellos.

Llamo a Rachel a mi oficina.

- Buenos días, Sam.

- Buen día, Rachel. Te he mandado llamar porque deberemos viajar a Italia estés mes.

- Pero irán solo Steph y tú, ¿no?

- No, quiero que tú también nos acompañes. Es importante tener listo el contrato. Quizá podamos firmar mientras estamos allá.

- Perfecto, lo redacto y te lo mando para que lo revises.

- Por cierto este sábado daremos una pequeña fiesta, para que no hagas planes.

- Me encanta, ya nos hace falta algo de diversión.

Hemos manejado que la fiesta es una reunión por parte de la empresa para mantener el secreto y que sea una sorpresa para Lance.

Mi agenda ya está actualizada y podremos viajar el próximo viernes, el socio misterioso acepto que la vista sea en fin de semana y eso me facilitó las cosas en la oficina.

La organizadora nos ha mandado algunas ideas para la decoración, necesito consultarlo con mi amiga.

- No sé, Sam. Debe ser algo que no de indicios de lo que se trata ni a Lance ni a los invitados.

- Tienes razón, digámosle eso y a ver que se le ocurre.

- Cambiando de tema, no has pensado que en ese viaje a Italia podríamos encontrarnos con Pierce.

- Imposible, sus negocios están en Roma.

- Nada es imposible y no sabes lo que tenga planeado el destino.

- Sabes que no creo en el destino.

- Ok, ya sé que el tema te disgusta.

- No me disgusta, solo soy realista.

- Ay amiga, te urge una dosis de ilusión.

- Es lo que menos necesito, le gusta vivir con los pies en la tierra.

- ¿Quieres que reserve los vuelos?

- Sí, por favor. Rachel también viajará con nosotras.

- ¡Ay, un viaje de chicas!

- Un viaje de trabajo.

- Sí, por supuesto.

Creo que Steph tiene una idea equivocada de este viaje, no vamos a divertirnos. Vamos a conseguir un a cuenta. Son solo negocios.

Al día siguiente recibo las propuestas de nuestra organizadora y es muy fácil elegir la mejor.

Ha sido un día extenuante y aún tengo una reunión que debo atender. Me dirijo a la sala de juntas antes de que lleguen los empresarios.

En esta ocasión son ellos los que nos han buscado para ofrecernos asociarnos con su compañía.

Se trata de una empresa totalmente dedicada a la seguridad y cuentan con la mejor tecnología para hacerlo.

Mi padre considera que es una buena inversión y estoy abierta a escucha su propuesta.

Mi asistente los hace pasar, son dos hombres de unos 35 años.

- Señor Johnson, mucho gusto- extiendo mi mano para estrechar la suya.

- Es un placer conocerla señorita Stevenson, le presento a mi socio Arthur Damer.

- Mucho gusto, señor Damer. Pueden iniciar su presentación.

Explican con lujo de detalles la variedad de opciones que ofrecen a sus clientes y el amplio margen de ganancia que reciben.

- Necesito tiempo para analizar su propuesta y mandarla al área jurídica para que revisen el contrato. En cuanto tenga una respuesta mi asistente se comunicará con ustedes.

- Perfecto señorita Stevenson, estaremos esperando su llamada.

Al despedirnos el señor Johnson se queda con mi mano más tiempo del necesario, por lo que le dedico una mirada de molestia y la retiro de inmediato.

- Carol, acompaña a los señores a la salida por favor.

La actitud de este hombre me incomodó y me está haciendo dudar sobre hacer negocios con él.

La semana se termina y mañana es el gran día de Thomas, me imagino los nervios que debe de tener.

Llegamos al salón y la decoración es mucho mejor de lo que imaginamos, nadie conoce el verdadero motivo de esta fiesta y eso es lo mejor.

- No tengo palabras para agradecerles, chicas. Esto luce perfecto.

- Nada que agradecer, queremos que sean muy felices- digo abrazándolo.

- Los queremos mucho, Thomas- le dice Steph que también lo abraza.

- Ahora espero que los nervios no me traicionen.

- Solo di lo que te salga del fondo de tu corazón, yo estoy segura que Lance va a aceptar.

Nos ubicamos en nuestros respectivos lugares y Thomas hace uso de la palabra.

- Quiero agradecer a todos por estar aquí está noche- Lance lo mira interrogante- Ustedes forman parte especial en la vida de Lance y mía y es por eso que con ustedes de testigos quiero hacerte una pregunta importante- se pone de rodillas y saca el anillo que lleva semanas cargando- ¿quieres ser mi esposo?

Lance está visiblemente asombrado y muy sensible, no se esperaba esta propuesta.

- ¡Claro que quiero!- grita emocionado y Thomas le coloca el anillo.

Ambos se besan tiernamente mientras los presentes aplaudimos llenos de emoción.

- Es oficial, seremos las solteronas del grupo- suelta Rachel y nos reímos a carcajadas.

- No sé por qué nos estamos riendo, es una verdadera desgracia- expresa Steph.

- No exageres.

- Y como no voy a exagerar si nuestro amigo gay se va a casar y nosotras ni a novio llegamos.

- Tú estás soltera porque quieres- afirmo- tienes a tu eterno enamorado, Christopher.

- Que vive al otro lado del mundo.

- Y te seguiría con gusto hasta aquí.

- Mejor ni hablemos de eternos enamorados porque llevas las de perder, Sam- menciona Rachel.

- No tengo idea de quien hablas.

- Obvio de Pierce, ¿no es así Rachel?

- Sí.

- ¿Sigues en contacto con él?- cuestiona Steph.

— Sí, hablamos cada tanto.

- ¿Te ha preguntado por Sam?

- Sí, al parecer eres imposible de olvidar amiga.

- No digas tonterías, debe de haber muchas mujeres que darían lo que fuera por estar con él y seguramente ha estado con algunas cuantas en los últimos años.

- Puede estar con cualquiera, pero eso no significa que se enamore o tenga sentimientos por alguna.

- Pues peor para él.

- Ay amiga, esa insensibilidad tuya me mata.

- Yo soy feliz así y es lo que cuenta.

- ¿De verdad eres feliz?- pregunta Rachel- yo lo dudo.

- Yo también- asegura Steph.

- Cuando se ponen en ese plan no las aguanto.

Me acerco a felicitar a los novios y dejo a mis amigas seguirse quejando de mí.

- ¡Felicidades, chicos! Les deseo toda la felicidad del mundo.

- Gracias, Sam. Ya me contó Lance que Steph y tú lo ayudaron a organizar todo.

- Lo hicimos con mucho amor para ustedes.

- Les quedó hermoso, ojalá nos puedan ayudar con la boda.

- Por supuesto, ¿ya tienen fecha?

- Aún no, primero haremos una cena con mis padres y con los de Lance para decidir con ellos una fecha.

- Ellos estarán felices por ustedes.

La fiesta se prolongó hasta el amanecer, bailamos, bebimos y disfrutamos como hace mucho no lo hacíamos.

Llegó a mi apartamento muerta de cansancio, son las 5 de la mañana y no quiero hacer nada más que dormir. Cierro las cortinas y me quedo dormida apenas mi cabeza se posa en la almohada.

El hambre me despierta, busco mi celular para ver la hora y es la una de la tarde. Me levanto y voy directo a la cocina a preparar café y un omelet.

Pensé en llamar a Steph, pero seguramente está frita, ella bebió mucho más que yo. Mejor la dejo dormir.

El resto del día me dedico a descansar y ver TV, mañana es lunes y será una semana complicada.

Comienzo la semana ejercitándome y desayunando saludable, sobre todo después de los excesos del fin de semana.

Estoy en mi oficina checando unos contratos cuando mi asistente me informa que el señor Johnson pide ha lar conmigo. Lo hago pasar.

- Señor Johnson, buen día. ¿Acaso teníamos alguna cita programada?- pregunto y con un ademán lo invito a tomar asiento.

- Buenos días, señorita Stevenson, no teníamos ninguna cita. En realidad no vengo en plan de negocios, sino a invitarla a almorzar como amigo.

- Discúlpeme señor Johnson, que yo recuerde usted y yo no somos amigos. Por lo tanto, declino su ofrecimiento para ir a almorzar y le pido que de ahora en adelante nos limitamos a hablar de negocios. No es ético mezclar lo profesional con la vida personal.

- En eso difiero con usted, no creo que afecte nuestros negocios tener una amistad. Quizá con el tiempo pudiéramos llegar más allá.

- Le pido que se retire y si esas son sus intenciones olvídese de el negocio que teníamos en puerta. No me interesa.

- No, por favor. Le pido que me disculpe y reconsidere el tema.

- Lo pensaré señor Jonhson, ahora si me disculpa tengo trabajo pendiente.

El tipo sale de mi oficina y nunca terminaré de asombrarme con el descaro de algunos hombres. Sé por mu padre que el señor Johnson es un hombre casado y así tiene el descaro de venir a coquetear conmigo.

- Uno más que sale con la cola entre las patas- dice Steph que se asoma por la puerta.

- Puedes creer que el muy descarado vino a invitarme a almorzar.

- Sí lo creo. Le hubieras dicho que también invitara a su esposa.

- Créeme que ganas no me faltaron.

- No hagas corajes, vengo a avisarte que el vuelo a Italia ya está reservado.

- Gracias Steph.

- Tengo tanta curiosidad por conocer al socio misterioso.

- Has hablado tanto de él que ya también has despertado mi curiosidad.

- En algunos días descubriremos quien es el hombre misterioso.