ELUCIBETH, NO NACE MUDA TODO ES PRODUCTO DEL ACCIONAR INHUMANO DE SU MADRASTRA.
LA VENDE COMO YEGUA DE CRÍA A UNA FAMILIA PODEROSA.
ELUCIBETH TIEMBLA DE MIEDO, EL HOMBRE DESTINADO ES UN HOMBRE CRUEL Y SIN CORAZÓN.
JAMÁS IMAGINÓ QUE EL MISMO HOMBRE LA HARÍA SENTIRSE VALIOSA Y AMADA
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Capitulo 12. Acostumbrándome a tu cuerpo
Los días transcurrieron y Elucibeth, sorprendentemente se estaba acostumbrando al cuerpo pétreo de Bryan Prieto del Sol. Ya no le resultada tan escalofriante que hasta durmió bien los últimos dias.
Sintiendo una profunda compasión, cuidada del cuerpo del bello hombre. Incluso había aprendido a alimentarlo por vía parenteral. Conectaba la infusión que la enfermera preparaba y abría la llave de triple via que permanecía siempre implantada en la vena de la mano del hombre. Cada 3 días tenían que cambiabar el safelet. La enfermera entrada en años era muy buena que incluso le enseñó a canalizar la vena. Elucibeth era muy inteligente aprendía muy rápido, como una esponjita absorbía todos los conocimientos.
Empezó a masajear el cuerpo de Bryan con una mezcla de aceites esenciales, todos los días.
Para aliviar su conciencia, pensaba en el cómo un lindo niño calato muy enfermo.
De esa manera trató de ocupar su mente para no recordar el dolor de la traición, se distrajo en miles de cosas e hizo todo lo posible para mantenerse alejada de Jhonny que venía a visitar a su abuela casi todos los dias.
La mayor parte del tiempo se pasaba en la habitación, leyendo libros o dibujando. La familia Prieto del Sol tenía una enorme biblioteca que la dejó deslumbrada.
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Después de leer una una parte de la novela, titulada "La bella y la bestia", Elucibeth dió un gran suspiro y se sobó los ojos mirando hacia la gran recámara.
¿Podría ser Bryan la bestia del cuento?. Se preguntó. Se sentía como la protagonista del cuento, sometida por la bestia. La sola idea la hizo estremecerse.
¿Que pasará con Bella?. La curiosidad vino a su mente. De pronto notó algo extraño mientras mantenía la mirada fija en Bryan. Sus dedos se movieron débilmente.
La joven dejó el libro y corrió a prisa. Examinó con mas detenimiento sus largos dedos, pero éstos permanecieron inmóviles. Entonces pensó que era una alucinación producto de sus ojos cansados.
"Toc toc"
Alguien tocó la puerta.
Antes de que Elucibeth se dispusiera abrir, Jhonny ingresó.
"Mi abuela te está llamando" Dijo fríamente.
Elucibeth tomó su pizarra electrónica de la mesita de luz y escribió: *Estoy ocupada. La infusión de Bryan está por terminar y debo retirarla a tiempo*.
"Me importa un coño. Vas y vuelves rápido. ¿Que no oíste?. Es urgente"
Elucibeth frunció el cejo sintiendo rabia. Este era el segundo día en el cual Jhonny se metía a la habitación y la echaba. Extrañamente el dia de ayer, la señora Estela también la llamó en horario de alimento de su hijo.
Cuando estuvo por bajar las escaleras recordó haber dejado su diario abierto.
*Jhonny es un idiota, imbécil, ciego*
*Thiara es una serpiente egipcia, falsa e hipócrita*.
Había llenado dos hojas completas con insultos repetitivos en un arranque de furia.
Regresó a prisa, temiendo que Jhonny le eche un vistazo. Casi atraviesa la puerta en el intento.
Al entrar, sorprendió a Jhonny con una jeringa, añadiendo un líquido amarillento al suero.
Sin pensarlo dos veces Elucibeth corrió y cerró la llave. Desconectó el equipo de venoclisis y arrojó el frasco de vidrio al piso, haciéndose añicos y provocando un ruido ensordecedor.
"¿Estás loca?" Reprendió Jhonny. "Solo le estaba aplicando el suplemento vitamínico que el médico me encargó"
La muchacha negó con la cabeza reacia...
En la biblioteca había escuchado a Jhonny conversar con alguien de manera misteriosa por teléfono, pero no entendió mucho. 'Empecé el dia de ayer, se secará poco a poco'.
Justo ahora, las palabras cobraron sentido al leer malicia en los ojos de Jhonny y pensó en lo peor.
"¿Que sucede?" Irrumpió Estela. Al ver el desastre abrió los ojos y la boca al mismo tiempo "¿Que pasó aquí?".
Jhonny escondió la jeringa en el bolsillo trasero del pantalón y sonrió.
"Nada querida a abuela. La muchacha tropezó con el portasueros por accidente y ése se vino abajo".
"Debes de tener mas cuidado muchacha". Reprendió.
Elucibeth quiso coger su pizarrón para escribir lo que vió hace pocos segundos, pero Jhonny se lo arrebató. "Que cosita tan bonita". Dijo mientras echaba un ojo al pizarrón.
"Se lo regaló Tomas, el jardinero". Agregó Estela.
"¿Permites que la servidumbre se tome atribuciones, abuela?"
"Claro que no cariñito. Antes de todo me pidió permiso. Creo que su idea fue muy acertada. Desde que posee ese aparatillo la entiendo mejor"
"Eres un ángel abuela".
"Que cosas dices cariñito. Ven mejor bajemos, tu novia y suegra esperan".
"Ahora te alcanzo abuela".
Cuando vió salir a Estela, Jhonny se acercó al oído de Elucibeth.
"Ni se te ocurra divulgar tus estúpidas hipótesis. Es tu palabra contra la mia. Si quieres vivir en paz será mejor que te mantengas a raya. De lo contrario no voy a tener piedad y te voy a hacer la vida imposible".
Dejó caer el pizarrón en el piso y se marchó.
Elucibeth se apresuró en recogerlo sintiendo temblores en el cuerpo. Pasó sus manos en la pantalla y suspiró al ver que funcionaba. Sólo se había quebrado un pequeña parte.
'Algún dia te vas a arrepentir' Juró Elucibeth.
Limpió el desastre y se sentó frente a Bryan.
Las manos le temblaron al tomar su velluda mano.
'Por favor, despiértate, no podré protegerte por mucho tiempo'
Cerró los ojos y elevó una oración.
'Dios, si es tu voluntad has que se despierte, aún creo que eres justo. Aunque no me hiciste justicia a mi, te ruego que lo hagas con este hombre".
Luego volvió a sentarse en la butaca, y continúo con su lectura.
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De pronto, una empleada la llamó para cenar.
La joven se alisó el vestido y bajó. Al ver a Madame Diana sentada en el comedor, derrochando elegancia sintió frío.
Cuando quiso sentarse, la voz melosa de Thiara la detuvo.
"¿Estela, la muchacha cenará junto a nosotros?. Cada vez me sorprendes más. Tienes un corazón de oro al hacer tal cosa". Con doble intención, Thiara esbozó una cálida sonrisa.
"Claro que no cariño. Ella come todos los dias en la cocina. No se porque pensó que debía de comer con nosotras". Se defendió Estela.
Madame Diana rió con burla al ver el rostro enrojecido de Elucibeth. Se alegró mucho de que la chiquilla fuera maltratada. Aspiró el vino y sin dejar se sonreír se llevó un sorbo a la boca.
Felicitaciones autora.
Por tan emotiva historia.
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