Confesión De Amor

Melisa.

Estoy dormida y lo peor es que escucho esa estúpida trompeta, todas nos levantamos, ya estaba esa estúpida cabo dando órdenes, lo que hicimos fue trotar, no daré la oportunidad de que me llamen la atención.

Ana---: Lo bueno es que este sábado vendrán nuestras familias.

Magalí----: Yo no tengo nadie quien me visite, así que me da igual.

Ruth----: Ya somos dos amiga, mi familia es pobre vive en Manabí no tiene para el pasaje.

Ana---: Y a ti Melisa, hay alguien quien te venga a visitar

Melisa----: No lo sé talvez venga Hugo.

Después de sus rutinas en la mañana Melisa y sus amigas se formaron para recibir nuevo entrenamiento.

Junior----: Hoy trabajaremos un poco más, veremos cuánto resistiremos en agua.

Melisa----: Pero yo no sé nadar(preocupada).

Junior----: Quien le dió autorización para hablar recluta(acercándose).

Melisa----: Solo dije que no se nadar.

Junior----: Usted cree que a mí me interesa (acercándose más a su rostro) ustedes creen que sus vidas me interesa.

Melisa----: Uff si no me mata el agua, me mata su mal aliento, que asco.

Todas escucharon y se empezaron a reír, Junior paro su caminar, mal aliento eso lo preocupo aún más.

Mirian---: Silencio, como se atreven a burlarse de nuestro teniente, solado lleve a la recluta Duarte al cuarto de castigo.

Soldado----: Como diga mi cabo.

El soldado tomo del brazo a Melisa y mientras ella camina miro a un Junior que no mostraba ningún gesto, más bien sus mandíbulas estaban tensas, y sus miradas estaban oscuras.

Soldado----: Creeme, no me gusta castigar a nadie.

Melisa----: No se preocupe señor yo entiendo.

Melisa se sentó en una silla a recordar toda lo que ha vivido, si no se hubiera portado tan mal con sus padres ella estuviera tranquila en su casa y preparándose para ir a la universidad como lo hizo su hermana a su edad.

empezó a cantar y a llorar, como extrañaba a su familia a su abuela Carmen que siempre la consentía a su madre que discutía con su padre por defenderla, y sobre todo los gritos de su padre momento de nostalgia porque añoraba a su familia.

Melisa----: Por mi culpa estoy aquí, yo soy la culpable de todo, nadie más que yo.

Melisa se arrepentía de sus actos ahora le tocará estar un año encerrada, tampoco quería llamar a su madre y preocuparla y darse por vencida y que su padre le ponga condiciones, tampoco no quería estar derrotada antes sus padre, ella era una Duarte y jamás se dará por vencida.

Las horas pasaban estar encerrada era frustrante, se sentía como un conejillo de india lista para un experimento. Por su parte en el cancha de entrenamiento Junior ya no se les acerca mucho a las reclutas ya que ellas habían gozado por el comentario que Melisa había hecho contra él, había momentos que disimuladamente ponía aliento sobre su mano y luego lo olía para verificar si de verdad tenía mal aliento.

Ruth----: Señor permiso para hablar.

Junior----: (Alejándose un poco) descance recluta, hablé en que le puedo ayudar

Ruth----: Es sobre mi compañera será que le puede levantar el castigo.

Junior----: Yo no le puse el castigo, lo hizo la cabo Miranda creo que debería hablar con ella.

Ruth----: Si señor, permiso para retirarme.

Junior----: Puede retirarse recluta.

Junior quedó pensativo, como puede ayudarla y sacarla del castigo que le impuso el cabo.

Mirian---: Señor que hacemos con la recluta que está castigada.

Junior----: Por haberme ofendido será mi sirvienta, creo que no hay mejor castigo que me sirva en mis capricho.

Mirian---: Caprichos, no entiendo.

Junior----: No es lo que usted piensa soldado, se trata de servirme la comida, limpiarme las botas y coser mi ropa, y tareas que pueda hacer y si no las hay se la busca, Cabo suspenda el castigo de la recluta, y traiga la para que me sirva.

Mirian---: ¡Si señor!.

Mirian se acercó al cuarto de castigo ordenó que abran la puerta.

Mirian---: Bien recluta, por faltarle el respeto a nuestra máxima autoridad serás su sirvienta y si tienes que lavarle los dientes se los haces si escuchaste.

Melisa----; Si.

Mirian---: No te escuché recluta.

Melisa----: Si señor.

Mirian---: así está mejor. Andando recluta a la oficina del teniente.

Melisa la miro y fue directo a la oficina de Junior que ya la esperaba con una lista bastante larga de trabajo por realizar.

Melisa----: Estoy para cumplir mi trabajo señor y disculpe por ofenderlo.

Junior----: Bien recluta usted será mi sirvienta por un día su trabajo empezará mañana así que a descansar.

Melisa----: Si señor.

En la habitación las amigas de Melisa la esperaban con preocupación y al verla llegar se alegraron mucho.

Ana---: Melisa, estábamos preocupada.

Melisa----: Tranquilas, estoy bien dice el dicho "hierba mala nunca muera" pues ahora seré mala.

Ruth----: A que te refieres.

Melisa----: Tengo que ser la sirvienta del teniente mañana todo el día.

Magalí----: Lo sentimos amiga, si no nos hubiéramos reído no estuvieras en problemas.

Al día siguiente Melisa se presentó, con Junior ella sería su sirvienta por ese día, aunque ella no se lo iba a dejar el día fácil para el, ella quería cambiar pero la vida no la dejaba.

Junior----: Tengo una ropa que necesita ser arreglada, la coses, mi almuerzo lo quiero caliente y hoy se me antojo tallarín, también quiero un capuchino eso lo quiero en mis manos en veinte minutos, puedes retirarte recluta.

Melisa----: Si señor.

Melisa va al cocina y pregunta que es un capuchino, pero nadie de los que están en la cocina le dan una respuestas, así que busca a sus amigas para que le ayuden.

Melisa----: Chicas no sé hacer capuchino y el teniente lo quiere para ya.

Ruth----: No te preocupes yo te ayudo.

Ruth le enseño cómo hacer un capuchino, y cuando estuvo listo Ruth le entrego la taza.

Ruth----: Listo amiga, llévale al teniente.

Melisa----: Creo que le falta algo.

Ruth----: No creo que falte algo.

Melisa escupió dentro de la taza y dijo con emoción.

Melisa----: Creo que ya está completa.

Ruth----: Que asco, si que eres mala.

Melisa caminaba junto a Ruth directo a la oficina de Junior, pero se lo encuentran en él pasillo.

Junior----: Mi capuchino está listo.

Melisa----: Si señor, espero que le guste.

Mientras Junior tomaba su capuchino con agrado, por su parte Ruth retenía las ganas de vomitar sabía muy bien lo que Melisa puso en la taza pero para Junior era el mejor capuchino que había tomado en toda su vida sin imaginar lo que le puso Melisa a su taza.