podrá el amor borrar los malos recuerdos, podra vencer las barreras que parecen inquebrantables.
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Capitulo 11
Iván McClare
Cuando me avisaron que Valentina estaba abajo esperando, de inmediato permití que subiera. Cuando sentí que la puerta se abría levante la mirada de mis documentos. Y cuando las vi entrar vi que se veían diferentes. Solo me levanté de mi silla, cuando la Puerta se cerraba detrás de ellas, Olivia salto a los brazos y lloraba de una manera muy acongojada. Me preocupé de que algo le hubiera pasado a ella. Y cuando miré a Valentina está solo sollozaba en silencio.
- Valentina, ven aquí- dije tomando a Olivia con un solo brazo y acercando a Su madre con el otro, cuando la abracé sentí que temblaba. Me preocupe mucho más.- que paso, dime por favor.
- El jefe de mamá quiso hacerle algo malo, y mami lo golpeó. - sentí que me tensaba, qué fue exactamente lo que pasó para que ella haya llegado a ese punto.
- Preciosa que fue lo que paso, quieres contarme - ella tomó aire y se separó un poco.
- Mi jefe, en el restaurante hace dos años que me invita a salir, pero nunca acepte, ya que no me sentía cómoda con él, hoy me vio llegar contigo, y ha estado muy molesto todo el día, y a la hora de salida me cerró el pasó y me falto el respeto diciendo que yo era… era… Una cualquiera por tener una hija, y que se notaba prefería a hombres con dinero. Yo no se como paso, pero solo se que lo golpee en el rostro. Y él quiso venir por mí y me defendí, tome a Oli en brazos y salí huyendo. Perdón por venir a molestarte.
- No, preciosa, siempre puedes venir, cuando quieras,- acaricie su espalda, adoraba sentirla cerca mio. - ya estas mejor, quieres que te lleve a casa. - me miró con sus ojos de gatos. Húmedos. Y negó con la cabeza.
- la pequeña niña, me abrazó muy fuerte, y no quería que la soltara, fui con ella en brazos hasta el sofá y Valentina nos siguió.
- Tu eres como Baymax, muy grande pero bueno. Verdad- me dijo Olivia y yo no entendí de quien me hablaba. Mire a Valentina y ella afirmó con la cabeza y pasó a explicarme.
- Es un robot de una película infantil. Este robot salva a su pequeño dueño. Un día veremos la película y entenderás bien quien es. - me dijo mucho mejor y mirándome como su hija no quería soltarme, sentí que algo en mi interior se llenaba de anhelo, quería una familia, quería hijos, Saber si podría ser un buen papá.
- Claro, Olivia cielo quieres algo, agua, un jugo, puedes pedir lo que quieras. - sus hermosos ojos azules me miraron con un brillo especial. y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
- Quiero helado, podemos ir, y luego ir a ver a Amalia. La extraño.- vi como Valentina se trataba, pero no dijo nada.
- Si cariño vamos. Y veremos si es posible ver a la señora Amalia. Solo deja que guarde algunas cosas y podemos irnos, mami hoy no trabaja.- dije mirando a Valentina,y está solo suspiro.
me levante deje a la niña en brazos de su madre y fui a mi escritorio, guarde los documentos, por fin había dado con algunos rastros sobre lo que estaba pasando en mi empresa, y debía investigar muy bien si realmente lo que decían las pistas era cierto. Guarde los documentos importantes bajo llave, tome mi chaqueta y tome la mano de Olivia, Valentina me seguía por detrás. Cuando salí de mi oficina, avisé que me iría por el día de hoy. Que cancelaran todo. Sabia como estarían mirándome, pues normalmente era muy serio y ahora le sonreía a una pequeña niña que lleva de mi mano. Tampoco me paso desapercibida la mirada que le dieron a Valentina. Pero ella solo levanto la cabeza y las ignoro, me pregunto tantas veces tuvo que hacer eso. Cuando llegamos al elevador, tome la mano de Valentina, y entramos juntos para bajar.
El auto ya me esperaba en la puerta de entrada, así que subí a la pequeña Oli, asegure su cinturón y luego abrí la puerta para que Valentina entrase, subí a toda velocidad y nos adentramos al tráfico. Antes de llegar al hospital había una cafetería, ahí bajamos, tomamos el helado y luego nos encaminamos hacia el hospital.
Cuando más nos acercabamos más tensa veía a Valentina. Y ya en el momento en llegamos, ella prácticamente temblaba.
- tranquila, nada malo te pasara, estaré todo el el tiempo contigo, solo respira. - me miró a los ojos y se tranquilizó un poco.
Tomó mi mano, se veía un gran contraste entre nosotros, ella tenía su mano pequeña, y pálida, mientras que mi mano era más grande y morena. Cuando nos acercamos a la mesa de informes, nos dijeron que ya la habían trasladado a una habitación, y que podríamos verla.
Nos dirigimos a la habitación señalada. Valentina apretaba mi mano con más fuerza a medida que nos acercábamos. Pero por suerte en la habitación no había nadie, Olivia se soltó de mi mano y fue a tomar la mano de Amalia. Esta la miro con amor. Luego a Valentina con algo parecido a la culpa. Pero no dijo nada. Olivia le contó todo lo que había sucedido tanto en la escuela como en el trabajo de su madre.
Cuando nos informaron que debíamos irnos nos despedimos de la señora Amalia y salimos de la habitación, justo en ese momento, vimos acercarse a la madre de Valentina, afortunadamente sola.
- ¿Qué haces aquí? - le exprecto a su hija, esta se tenso y vi que bajaba la cabeza mientras la señora miraba fijamente a Olivia. - acaso quiere volver a arruinar mi vida…
- Yo no te pedí nacer, maldita sea, la que arruino mi vida fuiste tú.- la mujer miró a Valentina como si la hubiera golpeado.
- Me vas a negar que esa mocosa es hija de mi marido. - mirándola con odio, en ese momento me di cuenta de que esta mujer era consciente de los abusos hacia su hija y nunca hizo nada. Se me revolvió el estómago y me dieron ganas de hacerle pagar todo lo que le hizo a esta preciosa joven.
- Señora - dije con sarcasmo.- Olivia es mía, y no permitiré que nadie diga lo contrario.- me miro y sonrio
- Por supuesto que no es suya, acaso cree que soy estúpida, pero algo si te digo Valentina, jamás compartiré lo que tengo con esa mocosa…
- No queremos nada de ti, ni de ese monstruo... - le contestó Valen.
- Vaya, vaya… - dijo la voz de ese hombre a nuestra espalda- porque me llamas así, después de todo lo que compartimos mi pequeña Val.- sentí mi sangre hervir, quería matarlo y me giré con la intención de ponerlo en su lugar.
- Ella no es tuya, maldito - intente ir por él, pero Valentina se puso delante de mí y me abrazó con fuerza. Solo ver el temor en sus ojos, hizo que mi enojo fuera sustituido por preocupación.
- Pero mira nada más, ese caramelito es mío, - dijo mirando a Olivia que se encontraba tomada de mi mano muy asustada. - sabes que te la quitaré, y le daré una mejor vida,- le dijo a Valentina- y tu y yo nos divertiremos mucho caramelito - dijo hacia Olivia mirándola con deseo. Valentina se tensó
- Jamás lo permitiré -dije, y tomé la mano de Valentina con la intención de irnos.
- Que podrás hacer tu, no eres nadie para ellas, que crees que verá la trabajadora social, una niña, sin estudios, viviendo en una pocilga, tiene dos trabajos y que nunca esta con su hija, en cambio yo, tengo un hogar constituido, una empresa, y puedo darle la estabilidad económica que tu no tienes.- vi a Valentina creer cada una de sus palabras, y eso me enojo aun mas. Pero decidí que ya había sido suficiente para la pequeña Oli, que miraba a todos con temor.
Decidí tomar las manos de ambas y salir de allí. Cuando llegamos al auto, y no pude evitar tráela hacia mis brazos, sabia que tenia mucho miedo y aunque yo intentará ofrecerle la solución a sus problemas, no lo haría, quería todo con ella, eso lo sabía, pero tendría que ser a su tiempo, era una mujer que habían humillado y lastimado y tendría que tener mucho cuidado con ella.
- Vamos Cariño, tranquila, sabes que no podrá hacer eso. Hablamos hoy con el abogado. - ella lentamente se tranquilizó
- Oli, quieres que vayamos a cenar, - la mire y tenia sus ojitos húmedos por las lágrimas no derramadas, me agache con ella y la abrace, ella se agarró a mi cuello como si fuera un salvavidas. Y solo asintió.
Subimos al auto, y maneje hacia un restaurante. Como quisiera que ellas no hubieran pasado por todo eso.