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Olivo

Olivo

Status: Terminada
Genre:Dominación / Juego del gato y el ratón / Síndrome de Estocolmo / Amor-odio / Mundo de fantasía / Edad media / Completas
Popularitas:114.8k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Octavo libro de la saga colores.

Lady Pepper Jones terminará raptada por un misterio rufián de poca paciencia y expresión dura, prisionera y en manos del desconocido, no tendrá más remedio que ser la presa del lobo, mientras que Roquer, lidiará con su determinación de cumplir con su venganza y la flaqueza de tener a una hermosa señorita a su merced.

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16. Deseos correspondidos

...ROQUER:...

Pepper se quedó observandome, derramando más lágrimas. Se acercó y me abrazó, me quedé muy quieto, sin saber que hacer al respecto.

Ella era dulce, muy tierna, yo jamás podría conservar a alguien así, ni siquiera en mis más oscuras ambiciones. No era un hombre para Pepper, los mundos a lo que pertenecemos estaban en extremos opuestos.

Los horrores que vivió a mi lado no terminarían, no con la serpiente rondando, aunque a ese infeliz podía destruirlo sin problemas. El cobarde atacaría por la espalda, pero yo no iba a permitir que tocara a Pepper, aún así no me dejaba tranquilo si seguía a mi lado.

A pesar de eso, el que dijera que no quería irse me hacía querer tirarla sobre la cama y arrancarle la ropa.

Yo era egoísta, quería tenerla un poco más.

Rodeé su cintura y la aferré más a mí.

Apartó su rostro de mi pecho y me observó. Esos ojos azules tan brillantes, los labios muy rojos, sus mejillas sonrojadas y húmedas.

— Por favor, déjame quedarme un poco más.

— No sabes lo que estás pidiendo.

Sus súplicas solo alimentaban mis ansias de poseerla.

— Si lo sé, sé que no será peor que al comienzo — Dijo, apoyando sus manos de mi pecho — Ahora, te importo, me protegerás, no me dañarás.

— ¿Eso no lo sabes?

— Sé que no vas a matarme.

— No hablo de muerte, si sigues a mi lado yo...

— ¿Vas a tomarme? — Preguntó y solo logró endurecer más mi masculinidad.

— Otros querrán hacerlo, soy un rufián, mi vida es peligrosa y tú...

— Soy débil, soy una noble... Soy una carga.

— Eres muy hermosa — Dije y respiró con fuerza — Si te arrastro conmigo, muchos hombres querrán arrancarte de mi lado, hacerte lo que los hombres de serpiente pretendían.

— Me defenderás, como siempre los ha hecho... Además, no creo que todo el reino este lleno de salvajes, debe haber cosas buenas.

— Las hay, pero yo siempre atraigo problemas.

 — Cuando estabas ebrio dijiste que querías hundirte en mí, de hecho casi lo intentas.

Mierda ¿Por qué estaba tan atrevida? No conocía el peligro de sus palabras, ni siquiera sabía lo que era el placer.

— Si, deseo hundirme en ti, moverme con dureza en tu interior y que solo pronuncies mi nombre entre gemidos — La observé a los ojos y empezó a temblar — Pero, eso solo te hará daño.

— No tengo miedo.

— No sabes lo que quieres — Soltó un jadeo cuando presioné mi miembro contra su abdomen — Esto te causará más dolor que placer.

— Sé que duele... Pero, tu no quieres lastimarme.

Observé su boca, esa pequeña boca redonda que anhelaba probar.

La última vez que recibí un beso, fue de una chica de la banda enemiga. La creí mi amiga, la salvé de problemas y me guió a ese territorio enemigo, cuando me di cuenta, ya era tarde.

Ella me besó, triunfante por su logro.

Se alejó y esos hombres me rodearon, me hicieron sentir lo miserable que era ser un niño huérfano y débil.

Después de tanta humillación, terminé desnudo sobre el suelo asqueroso y allí mismo, el líder de los rufianes ordenó que todos nos dejaran solos.

El infeliz me tomó el miembro y sacó una daga.

Iba a cortarlo, pero por fortuna, encontré un clavo en ese mismo suelo donde fui golpeado, desnudado, escupido, orinado, torturado.

Se lo encajé en la pierna, luego en el brazo, en el hombro, en el abdomen y cuando estuvo en el suelo tomé esa misma daga.

Le quité los pantalones y le corté el miembro.

Lo dejé desangrando y corrí tan fuerte como pude.

Nunca volví a besar a una mujer.

Siempre buscaba mujerzuelas solo para aliviarme, les ordenaba no besarme.

No sabía como darle cariño a esta señorita, yo solo conocía la unión ruda, brusca, jamás fui suave, tampoco sutil.

Ella no soportaría, era delicada, muy delgada, había visto lo que escondía el triángulo de rizos naranja entre sus piernas.

Mi miembro ya dolía de la tensión.

La puerta fue tocada y me separé de Pepper de inmediato.

Soplé la vela que faltaba.

— ¿La serpiente? — Susurró Pepper.

— Él no se molestaría en tocar.

Los golpes firmes volvieron.

Caminé sigilosamente hacia la ventana, observé con cuidado hacia afuera.

Observé el destellos de las insignias.

— Mierda... Los guardias.

Me aparté en seguida.

Los golpes siguieron.

— ¿Te siguieron hasta aquí? — Susurró Pepper.

No, no me dejé ver, al parecer eso creí, tal vez alguien les había dicho, seguramente la serpiente seguía vigilando y me delató.

Recogí mi arma.

La tomé del brazo y la guié al almacén donde estaba la leña.

— Quédate aquí.

— Roquer — Tomó mi mano — No vayas, no te metas en más problemas, espera aquí, dejarán de insistir.

— Aventarán la puerta si nadie abre.

Tendría que matarlos a todos o entregarme.

— Escondete conmigo.

— ¡Si hay alguien ahí, abra, somos la autoridad! — Gritó un guardia desde la puerta — ¡De lo contrario, usaremos la fuerza para ingresar!

— Si entran tendré que atacarlos.

— Te apresarán o matarán, son guardias, seguramente más disciplinados que los rufianes con los que has peleado — Apretó el agarre en mi mano — Es mejor ocultarnos hasta que se vayan.

— Registrarán todo... Sabrán que alguien ha estado viviendo aquí... Entrarán aquí.

— Entonces, hallemos otro lugar...

Los golpes empezaron.

Había una ventana.

— Por ahí — Señalé.

Observé hacia afuera y abrí la ventana.

Pepper dudó un poco, la sostuve de la cintura y la elevé para ayudarla a salir, cuando estuvo fuera fui el siguiente.

La puerta fue derribada.

Me agaché junto a ella contra la pared, el bosque estaba oscuro, los escuché caminar y hurgar, avancé hasta la esquina de la pared, al pórtico de la cabaña.

Pepper se aferró a mi brazo.

Los guardias salieron, eran cinco.

— Revisen los alrededores, si lo que los pueblerinos dicen es cierto, no estarán lejos de aquí.

— Tal vez ese desgraciado ya se movió de sitio — Comentó otro guardia.

— Escuché que el duque ofrecerá a su hija en matrimonio a quien la encuentre primero — Dijo y me estremecí, Pepper se aferró a mí.

— Hay muchos rumores, de ser cierto, todos tendrán que estar atentos para ser el primero — Bromeó el líder — Valdrá la pena casarse con una señorita mancillada si su padre es el Duque Jones.

Volví a indicar a Pepper que volviera a entrar por la ventana, la ayudé rápidamente al escuchar los pasos que se aproximaban.

Salté hacia adentro y cerré la puerta.

Nos quedamos en el suelo, sentados.

— Escuché un ruido — Gruñó un guardia, acercándose a la ventana.

— ¡Debió ser una rata, vamos al bar, ya hemos trabajado mucho por hoy! — Se quejó otro de los guardias.

De igual forma, preparé mi espada.

— No podemos descuidarnos, nada de vino, ni mujeres, tenemos que encontrar a ese infeliz para darle todo lo que se merece por meterse con la hija del duque.

— Los guardias nunca tenemos descanso — Gruñó el que seguía cerca de la ventana — Juré que ésta ventana estaba abierta cuando revisé.

— Basta ya, vamos, debemos irnos.

— No puede tomarse tu palabra en serio — Comentó otro — Estuviste bebiendo en el bar a escondidas.

— Fue el ruido de la ventana lo que escuché, alguien la cerró — Dijo muy convencido, Pepper contuvo la respiración.

— Nada de tonterías... Mueve el trasero.

— No son tonterías, deberíamos echar otro vistazo.

— Ya revisamos, por favor, tengo hambre, si me haces quedarme un segundo más aquí, te haré permanecer amarrado a uno de estos árboles hasta el amanecer — Gruñó el guardia.

— Está bien, debió ser un fantasma o mi imaginación.

Los pasos se alejaron.

Esperamos mucho tiempo antes de salir del almacén.

Salí, la perilla de la puerta estaba rota, usé la silla nuevamente para mantenerla cerrada, también atravesé una tabla debajo para que no fuese fácil abrirla.

Encendí dos velas cuando los minutos pasaron.

Cociné algo para cenar, un poco de carne de cerdo y pan.

Le di a Pepper.

Comimos en silencio, en la mesa.

— Nos moveremos mañana, Pepper ve a descansar, yo vigilaré hasta el amanecer.

Asintió con la cabeza, recogiendo los platos vacíos para dejarlos en la repisa.

Observé sus movimientos.

Se acostó sobre la cama, desatando su cabello, los dedos se paseaban por sus mechones color fuego, dejando su hermosa cabellera suelta, esparciendo sobre sus hombros y sus brazos.

Tragué con fuerza, apretando mi mandíbula.

— Deberías dormir un poco, no has descansado apropiadamente — Dijo y disimulé mi expresión hambrienta.

— No puedo descansar, tengo que vigilar.

— Un poco, necesitas dormir... Te he visto día y noche salir, vigilar sin pestañar, pero en ningún momento has tocado la cama, se que eres fuerte, pero hasta el hombre más fuerte necesita un descanso, el sueño es necesario, eso me lo dijo mi doctor.

— ¿Tú doctor?

— Tengo un doctor particular, me ha tratado desde niña. Es bueno en su oficio, aunque un poco anciano.

— De acuerdo, si un doctor lo dice, lo haré.

Me aproximé.

Pepper se quitó los zapatos, tomando el lado de la pared, apartando las mantas.

Saqué mi espada, dejándola apoyada junto al poste.

Me senté y empecé a desatar mis botas.

No podía negarme a su petición.

La tentación le estaba ganando a mi control.

— Si vuelvo me casarán con un extraño — Dijo, observando al techo.

Subí las piernas a la cama y me acomodé.

— No si vuelves por tu cuenta.

— Mi padre me casará de todas formas, tal vez con algún lord viudo.

Me giré y la observé.

— Al menos serás duquesa.

No podía consolarla, no era un hombre de ese tipo.

Pepper suspiró pesadamente y luego me dió la espalda.

No podía llenarla de ilusiones, yo era un rufián cuya cabeza tenía precio, no un pretendiente digno de una señorita noble, mi sangre común y mi posición, el tono de mi piel, jamás permitirían que me uniera a una señorita noble, menos la hija de un duque.

— ¿No te importa si me caso con otro?

— Te haría mi prisionera nuevamente para no verte siendo la posesión de otro hombre.

Se giró, quedándose boca arriba, muy cerca de mí.

— Entonces hazme tu prisionera, no me dejes ir nunca.

Elevé una mano y tracé su rostro, cerró sus ojos ante mi toque, deslicé mis dedos por su nariz, sus mejillas, en un toque sutil y su mandíbula.

Tracé sus labios con mi pulgar y volvió a abrir sus ojos.

Me elevé, apoyándome de mi antebrazo.

Toqué su cuello.

Empecé a desabotonar la camisa.

Su pecho se agitó a medida que dejaba piel a la vista.

Aparté la tela cuando acabé.

Sus senos y su abdomen quedaron expuestos, las pecas esparcidas como azucar morena sobre su piel blanca.

Mi mano bajó, tracé las cuencas de esos dos frutos pequeños, rozando el pezón con mi pulgar.

Jadeó.

Volví a frotar, me incliné más y lo tomé con mi boca.

Se estremeció debajo de mí, ahogando un gemido, apretando sus muslos.

Succione.

Volvió a estremecerse.

Fui por su otro pecho, dándole la misma atención.

Mi mano bajó y observé su rostro.

Sus labios permanecían entre abiertos.

Aflojé el cinturón y bajé un poco su ropa.

Sumergí mi mano dentro.

Toqué con cuidado, encontrando su botón y su humedad.

Lo toqué y Pepper se mordió los dedos, arqueando sus cejas mientras gemía.

Tracé con lentitud y en círculos.

Volvió a estremecerse, respirando tan agitado.

Bajé más.

Mi dedo se sumergió y soltó un fuerte gemido, cerrando sus ojos.

Su interior cedió poco a poco, avancé y me detuve.

Me apretaba tanto.

Pepper inclinó su cabeza hacia atrás, sus caderas se elevaron.

Sollozó de placer.

Me detuve, alejando mi mano y tembló.

Sus ojos tenían lágrimas.

Lamí mi dedo y soltó un jadeo, sorprendida.

Sabía dulce, delicada, como ella, tenía que saborearla entera, un bocado no bastaba.

Había esperado mucho por esto, tenía la fortuna de que Pepper también me deseara.

Una señorita noble, la hija del hombre que asesinó a mis padres, pero era la mujer de mis deseos y mis anhelos.

La creía prepotente y altiva.

No, era tan dulce y verla perdida en el placer de mis caricias era un sueño.

Imaginar lo que podía ofrecerme su interior si la poseía me hizo terminar de desnudarla.

1
Vero Marq
otra hermosísima historia con personajes adorables!!!! gracias!!!!
Imacairy Lopez
Hermosa y divertida novela, me encanta 👏🏻👏🏻👏🏻
Fabiana Maximino
excelente como todas las novelas de la saga. me encantan
Nancy
Excelente como los libros anteriores, voy x el Plata, muchas gracias 😃
Vero Marq
Sigo amando que los personajes pasen de libro a libro!!!! me encanta!¡!
juana maria meneses bautista
fuerte inicio pero interesante como todas tus novelas autora ....
Irene Salas
Ésta historia es excelente de principio a fin, me encanta como se entretejen las historias de nuestros protagonistas y cómo la Escritora nos transporta a pasajes de las otras novelas, me gusta la capacidad tan creativa y le agradezco su esfuerzo por traernos sus lindas obras 😍👏👏👏👏👏💐
Irene Salas
Ay Autora ya me dejaste la intriga sobre la Reina y su parecido a la difunta tirana Vanessa 😓🤔
Irene Salas
Y la señorita Eudora trabajará para el Sir Levi y ahí surgirá algo interesante 😍
Irene Salas
Yo opino que ella sería una excelente asistente para el Sir, pues tiene cualidades que la hacen única al igual que su belleza exótica 😏
Irene Salas
Sí, sí, sí, sí y más sí, que Eudora se quede con el Sir 😍
Irene Salas
Creo que Roquer está experimentando los síntomas de un embarazo, claro que parece ser el hedor😏
Irene Salas
Ay capitán de pacotilla, el que ríe al último ríe mejor, ya quiero leer cuando en lugar de casarte con Pepper te quedes con un palmo de narices, por estúpido y pretencioso 😅
Irene Salas
Y llegaron a casa del tío de Pepper, quién se iba a imaginar que pasaría 🤔
Irene Salas
Pobre chico todo lo que tuvo que soportar y hacer, para sobrevivir con su pequeña hermana y todo por culpa del odioso duquesucho de pacotilla, que se encaprichó con su mamá y terminó en una terrible desgracia 😢😭😭😭
Irene Salas
Tras advertencia no hay engaño y si Roquer te dice que te alejes, aléjate porque el no responde por chipote chillón, sea chico o sea grande😏
Irene Salas
Ay no, puede ser el que se suponía que sabía cómo moverse, rápido lo drogaron y ahora Pepper será víctima de esos asquerosos tipos 😱😱😱
Irene Salas
Lo que hace el vino cuando se sube a la cabeza, pero los niños y los borrachos dicen la verdad, Roquer se está enamorando de Pepper, al parecer ella no es tan indiferente a eso🤔
Irene Salas
Ay pobre Roquer sufrió de abuso, el desgraciado de Carter ha de ser el soplón y a la fulana de la posada, le irá como en feria por chismosa😡
Irene Salas
Pobre alma atormentada la de Roquer y pobre de Pepper pues ella no tuvo ni voz ni voto en lo que ha hecho su "padre"🤔
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