Lluvia II

NARRADOR

Niebla se dejó llevar por lo que sentía y por la influencia de la luna, al igual que Bastián, y ambos terminaron por entregarse en cuerpo y alma.

Bastián besaba y dejaba marcas sobre la delicada piel de Niebla, pero ella tampoco se quedaba atrás y dejaba múltiples marcas en él. Ambos se entregaron de manera salvaje y sin frenos; estaban destinados a estar juntos y ahora nadie podría separarlos.

Agotados, pero con muchos deseos el uno por el otro, se quedaron abrazados, completamente desnudos en la cama. Bastián la abraza con fuerza, pues ha esperado a su luna durante muchos años y, por fin, la tiene entre sus brazos.

—Podría quedarme en la cama contigo hasta la próxima luna llena sin problema —comenta Bastián y Niebla alza su mirada para verlo directamente a los ojos.

—Creí que tendrías miles de mujeres. Digo, sé que tienes muchos años más que yo, aunque aparentas ser de mi edad. Supuse que tendrías mujeres felices de complacerte —expresa sus más sinceros pensamientos Niebla, y Bastián sonríe y niega con la cabeza.

—No te voy a negar que hace mucho tiempo lo intenté, pero esas mujeres no me llenaban, no sentía nada. Así que decidí que esperaría a mi hermosa luna, y no me equivoqué; la Diosa Luna escogió para mí a la más hermosa y especial del mundo —Bastián vuelve a besar a Niebla, y esta no se resiste; simplemente le encantan sus besos y, aunque en un principio quiso irse, ya no lo puede hacer; se quedará junto a Bastián.

—Una tan especial que no puede transformarse incluso con la luna llena —responde Niebla con ironía, y Bastián no puede evitar reír.

—Eso no fue tu culpa. Lo que ese brujo hizo cuando eras tan solo una niña causó el bloqueo en tus transformaciones, pero la loba en ti sigue ahí. Solamente tenemos que averiguar cómo hacerla salir —explica Bastián, mientras le acaricia la mejilla.

—Bueno, espero que tu madre y mis padres averigüen lo que tengo que hacer para devolverle este poder al bosque, de lo contrario, nunca podré estar tranquila sabiendo que ese brujo busca el poder en mi interior —expresa Niebla, y Bastián la besa apasionadamente.

—Tranquila, mi luna. Mientras estés a mi lado, te mantendré a salvo —Bastián la sigue besando y en poco tiempo se vuelven a unir, estremeciéndose ambos de placer y sellando aún más esa unión que la luna decretó y que ya nadie podrá romper.

Después de un rato, al fin Niebla se queda dormida en el pecho desnudo de Bastián, mientras este vela sus sueños. Él nunca ha sido de dormir demasiado; con unos pocos minutos de sueño recupera su energía y se siente bien, en especial ahora que tiene a su luna con él.

Bastián se quedó dormido unos minutos después que Niebla y despertó dos horas después. La vio dormir plácidamente y, con cuidado, salió de la cama, dejándola acostada. Después de darle un beso, tomó una ducha y bajó a verificar si su madre y los padres de Niebla habían regresado, además de ordenar el desayuno para todos; el sol había salido y ya no demorarían en despertar.

Bastián esperó en su despacho hasta que, por fin, los padres de Niebla y su madre regresaron con las respuestas que esperaban.

—Ve por Niebla, debe escuchar lo que tenemos que decir —pide la madre de Bastián y entonces Bastián comprende que es algo serio.

—No es necesario, ya estoy aquí —Niebla entra y se acerca a sus padres, los saluda y luego se coloca al lado de Bastián.

—Bien, mamá. Habla ya —pide Bastián.

—Encontramos este mapa —la madre de Bastián

despliega el mapa en el escritorio frente a Niebla y Bastián. —Aquí están señalados los cinco Árboles Sagrados que alimentan de magia al bosque. Hay una leyenda que dice que el Espíritu del Bosque cada cierta cantidad de años visita esos cinco árboles, proporcionándoles poder suficiente para que el bosque se cuide por sí solo con la ayuda de la magia —cuenta la mamá de Bastián.

—Entonces, ¿qué debemos hacer? —pregunta Niebla, y Lluvia es quien responde.

—Esos cinco árboles fueron talados y, como sabemos, el Espíritu del Bosque fue capturado. Así se eliminó casi por completo la magia del bosque. Pero anoche, tu hija, mía, restauró uno de los árboles, convirtiendo esta parte del bosque en un faro para las criaturas mágicas del bosque —continúa la historia Lluvia.

—Eso significa que todos se van a pelear por esta parte del bosque, tendremos muchos problemas —comenta Bastián, preocupando a Niebla.

—Sí, pero hasta donde sabemos, Niebla puede restaurar los demás árboles. Así, ninguna criatura tendrá que abandonar su hogar para pelear por uno nuevo, pero eso tomaría mucho tiempo —interviene Patricio.

—¿Cuánto? —pregunta Niebla.

—Cuatro lunas llenas. Solamente puedes entregarle poder al bosque en Luna Llena, y los árboles están muy separados entre sí, así que no puedes llegar a todos en una sola luna. Deben ser cuatro lunas diferentes —explica Lluvia.

—Hay que enviar emisarios a cada uno de los clanes para que sepan lo que está pasando. También hay que hablar con las criaturas del bosque que conozcamos, que sepan que todos recuperarán la magia de los ancestros, pero deben esperar. Así evitaremos una guerra dentro del bosque —dice Bastián, preocupado de que todo pueda empeorar si comienzan a pelear por un territorio.

—Estamos de acuerdo con eso. Tenemos muchos aliados dentro del bosque, pediremos una reunión con todos y daremos el mensaje de esperar —Lluvia apoya a Bastián.

—Mientras llega la próxima luna llena, Niebla no puede salir de aquí. El escudo la protege; ese brujo podría aparecer de nuevo si ella sale. Además, hay que conformar un grupo para acompañarla la siguiente luna llena, así llegará segura al siguiente árbol más cercano —propone la madre de Bastián.

—Es lo mejor. Puedes quedarte, así el sexto clan conocerá a su luna y estarás a salvo —Bastián toma la mano de Niebla con delicadeza y esta sonríe.

—Está bien, me quedaré, pero deben asegurarse de que todos sepan que es solo cuestión de tiempo para que el bosque recupere toda su magia y no haya peleas. Ha habido paz por mucho tiempo, aseguremos que siga siendo así —responde Niebla, y todos asienten.

Después de esa reunión, todos desayunaron junto a Rayo y Cielo. En la mesa comentaron los planes, así que Rayo decide quedarse también para proteger a su hermana. Todos estuvieron de acuerdo.

Lluvia, Patricio y Cielo se fueron después del desayuno, ya que debían avisar a todos lo que pasaría. Niebla debería esperar la siguiente luna llena para poder salir; mientras tanto, se concentraría en conocer un poco más a su alfa y los secretos del sexto clan.