Crucigrama

Pasaron seis semanas para que Guillermo cure debidamente su fractura de costilla, ella pasó sus semanas trabajando al campo para ayudar a la familia, para evitar de ser carga, Guillermo con su fractura ya era por sí una carga.

La familia organiza una cena de despedida para los extranjeros, los olvidados por los rescatistas, el mundo los ha dado por muertos.

Seis semanas sin saber nada de ellos, en un ambiente desconocido, en un país muy lejano y lidiar con un idioma tan difícil como el chino, ni hablar. Es más, en los noticieros han hecho un documental en honor a ellos por sus seis semanas de desaparecidos.

Guillermo ya se levanta y se sienta sin problemas, pero no puede hacer esfuerzo, recién se ha soldado la costilla. Su relación con Elisa se mantiene rota, sin esperanzas de que algún día lleguen a buen término, pero confía en ella de que no lo va a dejar, él cree que demostrando arrepentimiento constantemente ella le dará una nueva oportunidad.

Los anfitriones están preparando la sorpresa para sus huéspedes que siempre se han portado bien, y Elisa que ha trabajado con ellos para remediar la comida. Para ellos, estás seis semanas fueron agradables, la compañía de alguien les ha cambiado la vida, ellos tendrán un buen recuerdo.

Guillermo llevaba la cuenta, las horas que podía trabajar lo hacía, Elisa le traducía en español y él lo pasaba a limpio y hacia los arreglos necesarios para mejorar las ganancias. Los hijos han aprendido a llevar las cuentas como se hace en una empresa y han notado la diferencia. Ellos aprenden rápido, Elisa ha trabajado mucho con ellos por la barrera del idioma.

Cómo agradecimiento, los anfitriones quieren hacer una pequeña fiesta y hacer regalos, pero a la vez están un poco tristes porque se habían acostumbrado a la presencia de los huéspedes.

Guillermo aprendió a usar los palillos para comer, aprendió varias palabras en chino y a vestirse como los chinos. Elisa siempre se le veía muy diferente con el quipao [en chino mandarín – cheongsam en chino cantonés] y Guillermo se sentía raro al principio, pero después se acostumbró a usar el tang. Vestimenta de la época de la dinastía Tang, aunque cabe mencionar que cada modelo de vestuario representa una dinastía.

Los huéspedes se ven con los trajes tradicionales de sus anfitriones, Guillermo nunca quitaba los ojos sobre Elisa, le gusta verla vestida así, ella se veía más femenina, se veía mejor arreglada.

Los anfitriones están en la cocina, todos participan en la preparación de la cena, Elisa y Guillermo quieren dejar algo como agradecimiento por la hospitalidad. Elisa tenía un poco de dinero de las ventas extras, ella había comprado un servicio de tazas, sus anfitriones y vecinos tenían tazas de bambú, barro, madera. Por lo que Elisa pensó que sería bonito que ellos tengan un servicio de seis de caolín.

-Me gustan las tazas, son muy bonitas. – comentó Guillermo.

- El caolín es un material elegante. – afirma Elisa – Ellos son amables, por eso les regalo este juego.

- En Perú es muy difícil conseguir cerámica caolín, la sobrevaloran por su calidad.

- Al país le falta mucho de todo. – se quejó Elisa.

- Somos tercer mundista, no pidas mucho, Elisa. – razona con ella.

- Guillermo, termina de empacar el regalo, voy a escribir una tarjeta.

Elisa toma un papel blanco y la tinta, ella escribe una carta de agradecimiento, ella se toma su tiempo para dibujar los canguis. Guillermo termina de empapelar el regalo con cuidado. Una vez que ambos terminaron sus quehaceres, se presentaron ante los anfitriones con el regalo, Guillermo extiende sus manos con el regalo sobre ellas, es una forma honorífica de entregar un regalo, es una forma de decir que el regalo fue hecho con el corazón.

Los anfitriones han recibido el regalo con mucha alegría, y con esa misma alegría los invitan a la mesa, estaba llena de comida, habían realizado un banquete.

-Por favor, acompáñenos a la mesa. – dijo el anfitrión.

-Muchas gracias. – dijo Elisa.

Guillermo solo repite las frases que Elisa le hizo memorizar, los anfitriones estaban encantados de escuchar a Guillermo hablar en chino. Lo abrazan, y lo felicitan por el esfuerzo de hablar su idioma. Guillermo se siente bien después de todo, Elisa no tiene maldad en su corazón, ella podría vengarse enseñándole frases malas o mal pronunciadas para que él quedé mal y en ridículo, él se va dando cuenta de más cosas y admira más a Elisa.

Durante la cena de despedida, los anfitriones les hacen regalos a sus huéspedes, al abrir los paquetes descubren que eran trajes tradicionales, pero de tela de algodón, ellos económicamente no están en posibilidad de comprar trajes de seda, es realmente un lujo tener trajes de seda, pero eran bonitos vestuarios, el único problema es que los vestuarios eran de color rojo. En china el color rojo es símbolo de felicidad, prosperidad, y buena suerte, es esa la razón por la que los novios se visten de rojo en las bodas tradicionales.

Guillermo sonríe y pone su mejor cara, Elisa de igual manera, ellos saben que los anfitriones son ajenos a su problema, ellos creen que Guillermo y Elisa son pareja y necesitan suerte para seguir su camino; necesitan la influencia del color rojo para que puedan prosperar en sus proyectos venideros con la finalidad de que sean felices. Guillermo y Elisa entienden perfectamente el significado del regalo.

Es el turno de los anfitriones de abrir el regalo, la sorpresa fue enorme para ellos, un hermoso juego de servicios para té. Estaban muy felices de recibir un regalo tan bonito, la señora estaba muy contenta, parecía una niña que le habían regalado una muñeca.

Los anfitriones y sus huéspedes empezaron a comer y disfrutar su cena en armonía, Guillermo no entiende nada, pero ver a Elisa sonreír lo hace contento a él, pues a su entender la conversación es agradable, y sus ojos no dejan de mirar a Elisa, el anfitrión lo nota, la mirada de Guillermo es tierna, lo dice todo, lo interesante es que ellos aún no saben que sus huéspedes fueron pareja y que Guillermo es el culpable de todo lo que realmente callan.

¿Qué no daría Guillermo por entender el chino y hablar un poco y para no sentirse aparatado? Lo único que le queda es confiar en Elisa plenamente para poco a poco salir del país, pero con un lindo recuerdo de sus primeras semanas de unas “largas vacaciones”.