LOS RUTTHERFORD - NATALIA RUTTHERFORD

Natalia sentía que en cualquier momento su corazón saldría de su pecho, sus fuertes latidos que claramente se podía escuchar, acompañados por su agitada respiración, eran una clara señal de la mentira que le había dicho al hombre, quien no le daba tregua alguna, devorando sus labios, tentando sus sentidos a entregarse a la sensación de placer que estaba sintiendo.

En un instante sosegador logro recobrar la cordura y en un acto de clara conciencia mordió el labio del hombre, luego lo empujó y se zafó.

-          No vuelva a hacer eso – le dice agitada, mostrando furia en su mirada. Su mente daba vueltas, todavía podía sentir la sensación del beso del hombre – Le aconsejo que se mantenga alejado de mi – le dice retrocediendo hacia la puerta, caminando de espaldas, sin dejar de fijar su mirada en el hombre

-          Ja, ja, Interesante – le dice Vasily lamiendo la sangre en sus labios. Rápidamente se levantó de la cama, camino velozmente llegando hasta la mujer que ya estaba a tan solo un paso de la puerta, pero no planeaba ponerle la situación en modo fácil, así que la acorralo entre la puerta de salida y su cuerpo, impidiéndole escapar - ¿usted me aconseja?, creo que le dije lo mucho que me atrae que se resista – le dice acercándose a los labios de la mujer.

-          Si me toca un solo cabello gritare – le dice en tono molesto – si me llega a hacer algo lo castrare y luego me asegurare de que se pudra en la cárcel por violación – le dice con furia.

-          Ja, ja, es cómico que amenace a un mafioso con las leyes – le dice en tono burlista – pero déjeme decirle, que no cuenta como violación si ambas partes involucradas disfrutan del momento – le dice en tono seductor

-          Parece muy confiado de sí mismo, ¿Qué le hace pensar que yo disfrutaría de hacerlo usted? – le dice haciéndole frente, tratando de calmar su respiración

-          Su agitada delatante respiración, sus latidos descontrolados y la aceptación que tuvo ante mi beso – le dice de forma tentadora – si ya se cansó de contradecir sus deseos y solo entréguese a mí – le dice al oído, causando un hormigueo que recorrió la espalda de Natalia.

-          Tres meses – le dice de improvisto justo cuando el hombre se disponía a besarla, dejándolo en un estado de confusión

-          ¿Qué? – le dice apartándose para verla a los ojos

-          No crea que estaré con usted cuando hace poco estuvo otra mujer en esta misma habitación- le dice en tono firme.

-          Entiendo, entonces si estaba celosa – le dice en tono burlón, le gustaba ver a la mujer alterada y esa situación había sido la mejor de todas, el ver la furia en sus ojos era algo provocador para Vasily.

-          ¿Quién en su sano juicio podría estar celosa de un hombre como usted? – le dice en tono fuerte - ¿quiere que me entregue a usted?, en ese caso debe ganarse el derecho de poseerme – le dice firme

-          Interesante – le dice sonriendo de forma maliciosa - ¿Qué plantea para ello? – le dice siguiéndole el juego a la mujer

-          Tres meses, si puede durar tres meses sin estar con otra mujer, cumpliré con mi palabra y me entregare a usted – le dice y el hombre muestra interés en ello – pero, si llega a incumplir con su palabra y se acuesta con otra mujer, deberá desistir de mí y también de sus insinuaciones constantes para siempre – le dice seria - ¿tenemos un trato? – le dice extendiéndole la mano al hombre

-          Bien, me parece interesante, pero, ¿no le parece que tres meses es demasiado tiempo? – le dice comenzando a negociar, después de todo, un buen acuerdo no podía ser satisfactorio y fructífero si no se realizaban las pertinentes negociaciones - ¿Qué le parece un mes? – le dice serio

-          Dos meses – le responde la mujer de forma seria aceptando la negociación

-          Sigue siendo mucho, ¿un mes y medio? – le dice tratando de mejorar el negocio

-          Dos meses – le dice de forma tajante – lo toma o lo deja – a Vasily le encantaba mirar la determinación en la mirada de esa mujer, la cual pensaba que si él decidía emplear la fuerza podría ganarle, algo que sería más fácil para conseguirla, pero seguirle el juego parecía ser más divertido y entretenido.

-          De acuerdo, que sean dos meses – le dice extendiendo su mano y estrechándola con la de la mujer.

-          Entonces tenemos un trato – le dice Natalia determinada

-          Si – le responde, sin soltar la mano de la mujer, la hala hacia él y se acomoda en su cuello – espero que este preparada para recibirme dentro de dos meses – le susurra al oído y luego muerde el cuello de la mujer quien rápidamente lo empuja apartándolo de ella.

-          Me debía el mordisco – le dice sonriendo de forma maliciosa.

Sin responder a su provocación Natalia salió corriendo de allí, su respiración seguía agitada, se sentía sofocada, sus latidos acelerados y sus mejillas calientes, llego a la habitación de Misha y cerró la puerta con seguro.

Se sentó en la cama y comenzó a meditar todo lo que había sucedido, pensando que de seguir un minuto más allí seria arrastrada por ese demonio, que no hacía más que provocarla, ¿Qué había pensado?, ahora tenía otro trato con ese hombre, pero de no haberlo hecho no hubiera podido salir ilesa de ese lugar, fue lo único que pudo pensar.

Su cuello dolía por la mordida de ese psicópata, mientras que la sensación del beso del hombre parecía seguir latente en sus labios, de no haber entrado en razón seria llevada a los antojos de ese tipo, a quien no parecía importarle en lo más mínimo los deseos de ella, sino que solo era guiado por el antojo de querer tenerla.

Por suerte acepto un trato, del cual Natalia estaba más que segura ella sería la ganadora de ese juego, un hombre como ese no se podría aguantar durante tanto tiempo, así de ese modo lograra quitarse de encima sus insinuaciones durante el tiempo que le queda allí.