Quédate Conmigo

Emma miró a Clara algo distraída mientras comían la comida preparada por la madre de Clara. Tendría que hablar con ella. Algo pasaba en su cabeza que le quitaba la concentración, su mirada transmitía tristeza.

"Te pido que ayudes a mi hija y que deje de amar a ese hombre que solo hace que ella sufra", recordó Emma las palabras de la madre de Clara, preguntándose quién sería el hombre.

"¿Qué te pasa?" preguntó Emma después de la comida.

"No es nada", respondió Clara intentando contener las lágrimas.

Emma siguió la mirada de Clara y vio a Alan junto a una mujer a quien él besaba.

"No sigas llorando por alguien que no merece tu amor", dijo Emma con amargura, comprendiendo los sentimientos de Clara.

"Lo he amado durante años".

"Te entiendo, algo similar me sucedió recientemente", consoló Emma a Clara con un abrazo que tanto necesitaba.

"Gracias, necesitaba un abrazo así", agradeció Clara rompiendo el abrazo.

Clara observó cómo unas sirvientas salían de la mansión.

"¿Qué pasa?", preguntó Emma.

"Llegó Tamara".

Las sirvientas preferían mantenerse alejadas de la mansión en ese momento; no les gustaba servir a esa mujer.

"¿Quién es ella?", preguntó Emma.

"Ella es la amante del señor Aarón".

Emma apretó los puños, indignada al enterarse de que era la responsable de la muerte de Laura.

"¿Desde cuándo?"

"Hace tres semanas".

Emma sabía que debía hacer algo antes de que Aarón cayera ante esa mujer.

......................

En una habitación de la mansión, Esmeralda dirigió a Alan unas palabras con intenciones de compromiso:

"Alan, tenemos tiempo de ser amantes, sería el mejor momento para casarnos". Esmeralda tenía la intención de perturbar a su prima.

Esmeralda disfrutaba viendo a su prima miserable.

Alan rechazó la idea de casarse con Esmeralda, dejándole claro que solo era su amante y que no debía olvidar su lugar. Caminó hacia el baño de mal humor.

Alan no estaba interesado en relaciones serias debido a la experiencia del divorcio de sus padres. Estaba conforme con la situación actual.

Al salir del baño, Alan se encontró con Esmeralda en la habitación. Reconoció sus habilidades en la cama, pero la encontraba irritante.

Mientras Esmeralda salía de la habitación, pensaba: "Tú te casarás conmigo".

A veces, Alan se sentía solo y se revolvía el cabello, pero pensaba que era mejor así.

Justo en ese momento, Clara tocó la puerta de la habitación, espero que Esmeralda saliera de la habitación del hombre y se alejará.

"Esmeralda, ya te dije que no", se escuchó desde adentro.

"Alan, soy yo, Clara".

"Pasa", respondió Alan en un tono neutral.

Clara entró en la habitación con una bandeja de comida.

"Hoy fue el cumpleaños de mi hermanita, te traje algo de la celebración, espero que te guste", dijo Clara con una sonrisa. Su mundo se iluminaba cuando estaba con Alan.

"Gracias, pero no era necesario que me trajeras esto, Clara", respondió Alan.

"Come, Alan, últimamente no has estado comiendo mucho debido al trabajo", agregó, sirviéndole una cucharada de comida.

"Ábre la boca, te va a encantar", continuó Clara.

Alan obedeció y abrió la boca. La única mujer a la que obedecía era la pequeña Clara, como solía llamarla.

La conoció cuando era una niña de 14 años. A pesar de que Clara ahora tenga 30 años, Alan seguía viéndola como su pequeña Clara.

"Es deliciosa, quiero más", dijo Alan.

Clara rió brevemente al ver el comportamiento infantil del hombre de 45 años.

Clara amaba profundamente a Alan por ser tan amable con ella. Sin embargo, sabía que debía dejar de sentir eso por él.

A pesar de esto, seguirían siendo amigos. Él nunca la vería como una mujer, pero a ella le gustaba estar en su compañía y no quería alejarse de él.