NovelToon NovelToon
Corazón Dominante

Corazón Dominante

Status: En proceso
Genre:Acción / Romance / Matrimonio contratado / ABO / Traiciones y engaños / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:8.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Mya Lee

El alfa Christopher Woo no cree en debilidades ni dependencias, pero Dylan Park le provoca varias dudas. Este beta que en realidad es un omega, es la solución a su extraño tormento. Su acuerdo matrimonial debería ser puro interés hasta que el tiempo juntos encienden algo más profundo. Mientras su relación se enrede entre feromonas y secretos, una amenaza acecha en las sombras, buscando erradicar a los suyos. Juntos, deberán enfrentar el peligro o perecer.

NovelToon tiene autorización de Mya Lee para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

UN SENTIMIENTO AGRIDULCE (parte 1)

Cuando llegué a mi mansión, con el nombre que necesitaba en mis manos y la sangre aún fresca en mi ropa, fui directo al baño. No me importaba el desastre que había dejado atrás, solo quería deshacerme del olor impregnado en mi piel.

Pero justo antes de entrar, un mareo me golpeó con más fuerza que nunca.

No recuerdo bien cómo logré marcar el número de Marlon, solo que, cuando volví en mí, él estaba a mi lado, rodeado de instrumentos médicos, listo para atenderme. Me miraba con una mezcla de paciencia y fastidio, y cuanto abrí los ojos, no perdió tiempo en soltar la advertencia que tanto disfrutaba repetir.

—No puedes seguir resistiendo más tiempo. Debes encontrar a ese omega cuanto antes, Chris.

Ignoré su tono y me froté la sien, tratando de sobrellevar el malestar que ninguna maldita medicina lograba aliviar. No tenía ganas de discutir, así que simplemente asentí antes de pedirle a Adam que se encargara del trabajo.

Mientras él rastreaba al omega, Nadyra apareció con un vaso de jugo en la mano y, sin pedir permiso, se unió a la búsqueda. Juntos revisaron las grabaciones del evento de polo en la sala de monitores.

—¿Por qué demonios quiere Chris que encontremos a un omega? —preguntó Adam, sin apartar la vista de la pantalla.

Nadyra bebió un sorbo antes de responder con indiferencia.

—¿Desde cuándo necesitas explicaciones para hacer tu trabajo? Solo hazlo. —luego, con una sonrisa burlona, cambió de tema—. Aunque ahora que lo pienso… ¿Sigues dolido por perder contra mí en el partido? ¿Cuántos chukkers fallaste? ¿Tres? ¿Cinco?

Adam gruñó, su orgullo herido.

—¿En serio? ¿Vas a seguir con eso? Ni siquiera contaste mis asistencias.

—Oh, claro que las conté, pero lo importante es que yo gané —sonrió con superioridad—. Por cierto, ¿cuándo vas a pagar lo que apostamos?

Adam chasqueó la lengua, visiblemente irritado, pero no desvió la mirada de la pantalla mientras analizaba los videos de seguridad.

Cuando por fin encontraron al omega, lo que vieron los tomó por sorpresa. No estaba solo. Frente a él había un hombre cuyo porte y presencia dejaban claro que no era alguien común. Un invitado internacional. Y lo más extraño… Dylan Park le estaba entregando algo.

«¿Qué demonios estás ocultando?»

Esa fue la primera pregunta que cruzó por mi mente tras conocerlo. Su actitud era… curiosa, por decirlo de alguna manera. Entretenida, incluso. No era alguien fácil de olvidar, y eso solo avivó mi desconfianza.

Marlon como siempre, fue directo al punto. Investigó su segundo género y confirmó lo evidente: era un omega. Nada sorprende hasta ahí. Lo realmente curioso vino después. No era un omega común, sino un dominante.

—Quizá por eso sus feromonas te afectaron —comentó con su tono profesional de siempre—. No es un omega cualquiera, y tú tampoco eres un alfa común. La combinación entre ustedes es… interesante.

No me gustó nada cómo sonaba eso.

Marlon también sugirió que la única forma de estabilizar mi condición era mantenerlo cerca. Y según él, la mejor manera de hacerlo era bajo mi propio techo. La sola idea me molestó, pero si era la única solución para este maldito problema, podía soportarlo. No sería la primera vez que hacía algo por conveniencia.

El avión aterrizó sin problemas en la pista privada de la isla. Apenas puse un pie fuera, el calor húmedo me envolvió y el sol, demasiado brillante para mi gusto, y parecía que era un escenario típico de postal. Palmeras, arena blanca, mar turquesa… todo perfecto, como si hubieran diseñado el lugar para vender la idea de un paraíso.

Marlon insistió en que necesitaba este viaje a pesar de mi apretada agenda.

—Te vendría bien relajarte un poco —dijo con su tono condescendiente, como si no supiera manejarme solo. Pero lo que realmente quería era que aprovechara la situación para acercarme a Dylan y obtener sus feromonas, como si fuera un remedio natural.

Al llegar al resort, me dirigí a la recepción. He estado en suficientes hoteles de lujo como para saber exactamente qué esperar. Hablé en un inglés fluido con la recepcionista, asegurándome de que todo estuviera en orden.

Mientras tanto, Dylan parecía distraído, con la mirada fija en una fuente decorativa como si fuera lo más fascinante del mundo. La recepcionista, notando su falta de reacción, le preguntó si necesitaba algo. Él parpadeó, como si acabara de aterrizar de otro planeta, y sonrió sin responder. La escena era tan absurda que estuve a punto de reírme a carcajadas.

—¿No sabes hablar inglés? —pregunté mientras caminábamos hacia la habitación. Mi tono dejaba en claro que no era simple curiosidad.

Dylan me lanzó una mirada de reojo antes de encogerse de hombros.

—Lo entiendo lo suficiente, pero no me gusta hablarlo —contestó con calma—. Prefiero el coreano, como estamos haciendo ahora.

Típico. No haría más esfuerzos de los necesarios, lo cual me decía mucho sobre su carácter. Este matrimonio falso no iba a ser nada tranquilo.

La suite que nos asignaron era ridículamente exagerada. Podía oler la intención detrás de cada detalle: un candelabro de cristal, cortinas de seda, velas románticas colocadas estratégicamente… pero lo peor era la cama. No solo era enorme, sino que estaba cubierta de pétalos de rosa formando un corazón.

Rodé los ojos.

A Dylan tampoco pareció entusiasmarle. De hecho, su expresión pasó de sorpresa a incomodidad en cuestión de segundos antes de darse la vuelta y dirigirse al balcón.

Lo seguí con la mirada mientras la brisa marina agitaba su cabello. Se veía relajado, contemplando el horizonte teñido por el atardecer. Me crucé de brazos, dudando si molestarlo o no, cuando noté algo en los jardines. Justo debajo de nosotros, dos figuras con cámaras intentaban ocultarse entre los arbustos.

Paparazzi.

Caminé con paso firme hacia Dylan y, sin previo aviso, rodeé su cintura con mis manos, atrayéndolo con un control calculado. Sentí cómo su cuerpo se tensaba cuando mi mano subió hasta su cuello en un gesto posesivo. Apenas tuve que inclinarme para que nuestros labios quedaran a centímetros de distancia.

—Nos están observando desde abajo. Sigue el plan… —murmuré, lo suficientemente bajo para que solo él lo escuchara.

Dylan bajó la mirada y vio lo mismo que yo. Luego, levantó la vista y me dedicó una sonrisa apenas perceptible. En sus ojos brillaba un destello de desafío y no era la reacción que esperaba.

Y antes de que pudiera procesarlo, me tomó del cabello y me besó.

El impacto me tomó por sorpresa. Su agarre era firme y su movimiento decidido. No había duda en su forma de besar, ni intención de ceder el control

«Bien».

Respondí con la misma intensidad, atrayéndolo más hacia mí. Ninguno cedía y ninguno retrocedía. Se sentía más como una lucha silenciosa que un beso.

Cuando finalmente ambos cerramos los ojos, no fue por rendición. Fue por la aceptación de que ninguno pensaba perder.

Abajo, los flashes de las cámaras capturaban lo que, para la prensa, sería la imagen perfecta de una pareja apasionadamente enamorada. Para nosotros, era el inicio de una guerra de poder en la que ninguno pensaba inclinar la cabeza.

Desde aquel beso desafiante en el balcón, algo cambió. No sabía exactamente qué, pero la distancia entre nosotros se redujo de una forma molesta y, al mismo tiempo, fascinante. La idea de Marlon sobre “relajarme” y “fortalecer el vínculo” con Dylan seguía resonando en mi cabeza, pero la realidad era otra: lo único que habría conseguido era que este maldito omega me irritaba aún más.

En público, la cercanía se volvió parte del juego, pero había momentos en los que parecía que no solo actuábamos para los demás. Sin pensarlo demasiado, mi mano terminaba en la parte baja de su espalda al movernos entre la multitud, mis dedos rozaban su muñeca al pasarle un vaso en la cena, o entrelazaba los suyos con naturalidad en una sesión de fotos. «Es parte del plan. Necesario para la farsa…» o al menos, eso me repetía cada vez que él correspondía sin dudarlo.

Pero entonces lo noté.

No siempre había cámaras. No siempre había testigos. Y aun así no me alejaba.

Una noche, mi rut se adelantó. Lo sentí como un golpe seco en el pecho, una corriente ardiente recorriendo cada fibra de mi cuerpo. La ducha fría no sirvió de nada. El agua golpeaba mi piel sin efecto, y aunque me inyecté un inhibidor, no fue suficiente.

La idea de cruzar la habitación y buscar a ese omega se instaló en mi mente con una intensidad absurda. Mi cuerpo entero gritaba por él, por su aroma y por su cercanía. El instinto me empujaba a tomar lo que, en algún punto, parecía haber reclamado como mío.

Pero entonces lo recordé.

Las cláusulas.

El contrato que yo mismo había escrito con esa absurda cláusula de no intervenir en los ciclos del otro. Me mordí el labio con rabia hasta probar la sangre. Tenía que salir de ahí antes de hacer una estupidez.

Manejé sin rumbo, consciente, pero agitado, con los dedos aferrados al volante como si eso pudiera contener la tormenta dentro de mí. El mar apareció en mi camino y detuve el auto, esperando que la brisa disipara, aunque fuera un poco, la fiebre que me devoraba.

Pero la suerte, o tal vez el destino, tenía otros planes.

Un grupo de alfas estaban acorralando a un omega para abusarlo.

El calor me nublaba la mente, pero la ira me daba claridad. En ese momento, no supe qué se sentiría mejor: perderme en el cuerpo de alguien o descargar toda esa rabia en golpes.

Al final, no fue una decisión difícil.

Cuando la adrenalina comenzó a correr por mis venas, supe que esos bastardos terminarían siendo de gran ayuda y mis manos se cubrieron de sangre.

1
Albis Lopez
Fascinada con cada capitulo 😍👋
María Cecilia Cadavid Arenas
la historia me tiene con muchas expectativas sera que se enamoro me preocupan las chicas
Mya Lee: Prometo final feliz 💕, ya estamos en la mejor parte y se viene el final 😸, gracias por los comentarios 📖✨
total 1 replies
Albis Lopez
Fascinada con cada capitulo 😍👋❤ ansiosa esperando el siguiente capítulo😜
María Cecilia Cadavid Arenas
me encanta la trama de la historia emocionalmente gracias 🙏
Albis Lopez
Excelente😍 muy buena 👋👋
Mya Lee: Gracias 😺
total 1 replies
Titi 🐯kookV🐇
No pzzzz me lo quieres dejar invalido 🔥👁👄👁
Yoha D' Boliivarr
En la espera de mas capitulos esta demasiado buenoo
Yoha D' Boliivarr
/Awkward/ 4 dias niño por favor dale descanso jaja
Yoha D' Boliivarr
hayyy tan bien que íbamos por que dañan el momento jaja
Yoha D' Boliivarr
pobre tuvo una vida muy triste
Yoha D' Boliivarr
huy esto esta demasiado bueno ese director es una peste .. juega a los dos bandos miserable
Yoha D' Boliivarr
hay pobre niñas 😭 son unos infelices que sufran .
Yoha D' Boliivarr
matrimonio 😱, invita a un cafe por lo menos jajaja
Mya Lee: Jaja, cierto 😸
total 1 replies
Yoha D' Boliivarr
Me tiene enganchada me gusta esta novela.
Yoha D' Boliivarr
Tu novela esta 10\10 me encanta .
Mya Lee: Gracias 😺, espero que disfrutes el resto de los capitulos jeje 😸📖
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play