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Gritos De Esperanza

Gritos De Esperanza

Status: En proceso
Genre:Matrimonio arreglado
Popularitas:4.7k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Viviana es la menor de tres hermanas, su vida da un giro inesperado cuando se ve obligada a tomar el lugar de su segunda hermana para casarse con un Despiadado multimillonario y así poder salvar la vida de toda su familia, tras el matrimonio forzado Ares Grey la hace vivir un infierno por venganza... Acompáña a Viviana en esta historia desafortunada.

NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Ella

Me siento como si estuviera en un sueño del que no puedo despertar. Ares Grey, mi esposo, es un nombre que ahora está ligado a mi vida para siempre.

Recuerdo el momento en que firmé el acta de matrimonio, mi mano temblaba mientras escribía mi nombre al lado del suyo.

Cuando me besó, sentí una sensación de vacío, como si estuviera cumpliendo con una formalidad más que con un acto de amor.

Su postura de victoria era evidente, y yo no podía evitar sentirme incómoda.

Mis padres y hermana me abrazan y me felicitan. Sus palabras de alegría y buenos deseos parecen lejanas, como si estuvieran hablando de alguien más.

Mi mente está atrapada en el momento en que firmé el acta de matrimonio, en el beso que Ares me dio, ¿Ares?, se me hace tan incesto saber el nombre de tu esposo el mismo día de la boda, no puedo dejar de pensar en la sensación de que mi vida ha cambiado para siempre.

Ares se acerca a mí, sus ojos parecen tener una intensidad que me hace sentir incómoda.

—Vamos al salón—, me dice, y antes de que pueda reaccionar, me toma de la mano.

Trato de soltarme discretamente, pero él aprieta mi mano con suavidad. Siento un escalofrío recorrer mi brazo mientras camino a su lado, intentando mantener la compostura delante de mis familiares y los suyos.

La presión de su mano es un recordatorio constante de que ahora estamos unidos, de que mi vida ya no es solo mía. Me pregunto si siempre será así, si siempre sentiré esta sensación de estar atrapada en esta relación.

La música y las risas llenaban el aire, la gente a mi alrededor parecía estar disfrutando de la celebración como si fuera una verdadera boda de amor. Yo, por otro lado, me sentía como una actriz en una obra de teatro, interpretando un papel que no había elegido.

Ares hablaba con los demás, pero su mirada parecía estar siempre evaluándome, como si estuviera esperando que yo dijera o hiciera algo incorrecto.

Intenté unirme a la alegría de la multitud, pero mi corazón se sentía pesado, cargado con el peso de la incertidumbre y la duda. No sé si sería capaz de encontrar mi lugar en esta relación, o si siempre me sentiría como una extraña en mi propia vida.

Mi hermana se acercó a mí con una mirada de preocupación en sus ojos. —¿Estás bien, Viviana?— me preguntó en voz baja sentándose a mi lado.

Me tomó de la mano —Pareces un poco... perdida—, me dijo, estudiando mi rostro.

Me pasó una copa de champán y me susurró: —Toma un sorbo, relájate. Todo va a estar bien—. Me guiñó un ojo y me sonrió, intentando tranquilizarme. Pero yo sabía que ella no entendía lo que estaba pasando por mi mente. Tomé un sorbo de la copa, sintiendo las burbujas del champán en mi lengua, y traté de sonreír, pero mi corazón seguía pesado.

Observe a mi alrededor y una figura familiar captó mi atención, me quedé observándola cayendo en cuenta de quién era: la mujer era la que estaba anoche en la oficina de Ares.

La misma que parecía tener una relación cercana con él, Ahora estaba aquí, sonriendo y riendo con la familia de Ares como si fueran viejos amigos.

Me sentí un poco incómoda al ver la familiaridad con la que se relacionaba con ellos, no pude evitar preguntarme qué papel jugaba en la vida de Ares. La curiosidad y la inseguridad comenzaron a bullir en mi interior.

Me levanté de la mesa y mi hermana me detuvo, —¿A dónde vas viví?—pregunta, —Voy a saludar a alguien hermana ya vuelvo—dije levantándome de la mesa.

Me acerqué a la mesa donde estaba ella con una mezcla de curiosidad y desconfianza. Mi suegra, al verme llegar, se levantó y me presentó a Yésica con una sonrisa cálida.

—Oh hija esta es Yésica, una vieja amiga de la familia— me dijo. Me volví hacia Yésica y la miré con una sonrisa forzada, pero en mi interior, mi mente estaba llena de preguntas.

La miré con una mirada de burla y desafío, intentando disimular mi inseguridad. Yésica, por su parte, me dió una sonrisa fingida que parecía genuina, pero yo sabía que estaba actuando.

 —Mucho gusto— me dijo, extendiendo su mano para saludarme. —Y muchas felicidades—.

Me quedé mirando su mano extendida sin intención de tomarla. En ese momento, Ares se acercó a mí y me tomó de la cintura, susurrándome al oído con una voz suave, pero firme: —Manten la compostura— Su toque me hizo sentir un escalofrío, y mi cuerpo se tensó instintivamente. Yésica, al ver que no tomaba su mano, se dio por vencida y la retiró con una sonrisa forzada, murmurando algo sobre no querer molestar.

—Muchas gracias— le dije con una sonrisa tensa, intentando disimular mi incomodidad. Ares me apretó un poco más contra él.

—Tu amiga de anoche vino a felicitarnos, amor—dije mirando a mi lado al hombre que me tenía sujetada sin ningún descaro.

La palabra "amor" sonó extraña en mis labios, como si fuera una palabra que usara con frecuencia, pero que no necesariamente sentía.

El ambiente era tenso y se mantuvo por un momento, hasta que un hombre se acercó y saludó a Ares con un apretón de mano firme. Luego, se volvió hacia mí y me dijo con una sonrisa galante, —Felicidades, es usted muy hermosa, señorita— Me sentí un poco incómoda con el cumplido, pero intenté sonreír y responder adecuadamente.

Mi suegra intervino y me dijo —Es el esposo de Yésica, querida—dijo —Y un socio de la familia—añadió.

Me sorprendí al escucharlo, pero rápidamente cambié mi expresión por una sonrisa de sorpresa y extendí mi mano hacia él. —Encantada, soy Viviana— le dije, intentando sonar genuina.

Mientras tanto, mi mirada se desvió hacia Yésica y luego hacia Ares. Yésica parecía nerviosa, jugueteando con su collar, mientras que Ares mantenía una expresión seria, casi como si estuviera molesto por algo.

El hombre sonrió y dijo con una mirada cálida, —Espero sean felices en su matrimonio como lo soy yo con el mío—. Me sentí un poco triste por su comentario, y respondí con un tono de sarcasmo que no parecía notar.

—Tenga por seguro que lo haré mucho más feliz— Mi comentario parecía haber pasado desapercibido para él, pero Ares no pareció tomarlo de la misma manera.

De inmediato, pidió disculpas y me tomó de la mano diciendo —Disculpen, pero es hora de que mi esposa y yo nos retiremos un momento— Su tono era serio y cortés, pero había una nota de advertencia en su voz que me hizo sentir que estaba a punto de recibir una reprimenda.

Ares me llevó hacia un lado lejos de la multitud, y me soltó de la mano. Nos encontramos en un rincón tranquilo del salón rodeado de plantas con la música y el ruido de la fiesta amortiguados.

Ares se volvió hacia mí con una expresión seria y me dijo en voz baja, —¿Qué fue eso?—Su tono era controlado, pero había una tensión en su mandíbula que me hizo sentir que estaba conteniendo su ira. Me miró con intensidad, esperando una respuesta.

—¿Qué fue que, señor Ares?—dije con sarcasmo su nombre, ya que no me acostumbro a llamarlo así.

—¿Qué querías? ¿qué saludara como si nada a tu amante?— grité.

Él me tomo del brazo, —Baja la voz—dijo rechinando los dientes, me solté de su agarre y le dije, —¿Por qué Ares?— le pregunté, —¿Te da vergüenza que se enteren que tienes una aventura con una mujer casada?—.

—¡Cálmate!—Volvió a decirme tratando de bajar la voz.

—¿Cálmate? ¿Quieres que me calme? ¿Después de todo lo que he visto y escuchado? No puedo creer que me hayas hecho esto, Ares. Me siento humillada, ¿Cómo crees que me veo frente a tu amante?—dije con lágrimas en los ojos.

Ares me miró con una expresión seria, me tomó del brazo pero de inmediato me solté.

—¡Suéltame!—, le dije, —No me interesa lo que hagas con tu vida Ares, no eres nadie para mí ni lo serás—. Mis palabras cortaron el aire como un cuchillo, Ares se detuvo en seco, su rostro estaba lleno de ira.

Su mirada me siguió, intensa y desafiante. —¿Eso crees?—, dijo en voz baja, pero con un tono que me hizo temblar. —¿Piensas que no soy nadie para ti?—. Su voz estaba llena de dolor y rabia, por un momento me sentí confundida. Pero luego recordé sus palabras con esa mujer, y mi ira volvió a surgir....

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Anonymous
Lo voy a empezar a leer ( aunque no me gusta las que no están completas) porque vi que en los capítulos dice que la autora no ha dejado de actualizar ósea de publicar capítulos diariamente.
KeliindA RojanO C.: Hola, agradezco tu opinión, y claro que sí, estoy actualizando hasta dos capitulos diarios, la novela es nueva por eso no está concluida, espero que igual sea de tu agrado y agradezco tu paciencia, muchas gracias 😊
total 1 replies
Micedith Londono
la historia me gusta lo que no está bien es que la dejen inconclusa.
KeliindA RojanO C.: No lo está, sigo creando la historia hermosa! todos los días habrá actualizaciones
total 1 replies
Anonymous
Y el resto de los capítulos?
KeliindA RojanO C.: ¡La paciencia es nuestra mejor virtud!
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MARCE
🥰🥰🥰
MARCE
me gusta 🤩
MARCE
me encanta tu historia 😍
MARCE
me gusta 🤩
MARCE
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MARCE
me gusta ☺️😍
MARCE
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MARCE
me gusta 😊😍
MARCE
me gusta ☺️
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