tendrá que enfrentar su pasado para forjarse un
futuro de felicidad junto a ella sin sentarse frustrado…
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CAP 10
Ismael quitó la tapa de la cazuela y el aroma de la ternera y las zanahorias hizo
que le sonara el estómago. Buscó un tenedor grande para sacar el asado y ponerlo en
una fuente antes de cortarlo. Una pequeña porción cayó a un lado y la probó.
—Sabes cocinar —dijo—. La carne está perfecta.
—Llevo cocinando desde que tuve edad para encender un fogón. ¿Y tú? Parece
que sabes lo que estás haciendo.
—He ayudado a Eli en alguna ocasión.
madi se colocó a su lado y echó las zanahorias en un cuenco.
—¿Eran óvenes cuando murió su madre?
Ismael simplemente asintió.
—¿Pero su padre ya había muerto por entonces?
Ben nunca mentía. Y detestaba evitar una pregunta. Miró para ver si leo
había regresado, pero su hermano aún estaba en el salón.
—Nunca tuvimos un padre.
Por supuesto, todo el mundo tenía un padre. Pero sonaba peor decir que no
sabía quién era.
Madison le quitó la cazuela y la colocó en el fuego, añadiendo harina a la salsa.
Ismael no pudo evitar advertir sus movimientos eficientes aunque elegantes. Llevaba
una sencilla falda marrón y una camisa blanca remangada.
—¿Te importa vigilar esto un momento? Simplemente sigue removiendo.
ismael se ocupó de la salsa mientras Lorabeth colocaba el puré de patata en un
cuenco y hacía un agujero en el centro para la mantequilla.
—¿Has visto a Eli o hablado con Caleb?
—si le dolía mucho la espalda cuando se despertó de la siesta está tarde Caleb
vino sobre las dos para verla. Entonces dijo que el bebé no tardaría en llegar. Yo me
quedé con ella mientras él iba a cancelar el resto de sus citas. Eli me pidió que
recogiera a los niños del colegio y, cuando estuvieron en casa, les dijo que se
mantuvieran ocupados. Entonces el doctor Cristaldi me envió a buscar a la señora corni
corni era una amiga de Ellie. Había sido Chica Harvey en el
restaurante y hotel Arcade antes de conocer y casarse con el sheriff. corni tenía un
par de hijos.
—corni ha bajado unas cuantas veces a por agua y té.
Madison le dio un último toque a la salsa y utilizó el delantal para protegerse
las manos mientras servía la salsa en una salsera. Luego alcanzó el cucharón que
había colgado en la pared.
Mientras tanto, Ismael cortó las barras de pan y las colocó en un plato.
—Las zanahorias y las judías verdes se están calentando aquí —dijo mientras
recogía los cuencos del fuego.
Ismael tomó la fuente y la siguió al comedor. Los chicos habían hecho un gran
trabajo poniendo la mesa.
—¿Nicolas, quieres llamar a tus hermanas? —preguntó Madison—. Iré a decirles
al doctor Cristaldi y a la señora Corni que la cena está lista, por si quieren comer
algo.
Ismael asintió y vio cómo se dirigía hacia las escaleras Los niños estaban tranquilos cuando se sentaron a la mesa. Las sillas de sus
padres estaban vacías. Ismael y leo sirvieron las porciones y cortaron la carne en
trozos para los más pequeños.
Ismael no le dio a Zoe judías verdes.
En ese momento regresó Madison.
Los niños la miraron a ella y luego a ismael.
—¿Quién va a bendecir la mesa?
madison dio gracias por la comida e incluyó una petición por la salud de Eli y
la del bebé.
Ismael no levantó la mirada, pero las palabras de su oración se mantuvieron con él
durante toda la cena.
Caleb llegó varios minutos después, con la camisa remangada y mirada de
preocupación.
—Mamá está bien —les dijo a los niños.
—¿Cuándo va a venir el bebé? —preguntó Zoe.
—Cuando esté listo —contestó Caleb—. No tardará.
—Tal vez deberías volver —dijo antoni con el ceño fruncido.
—La señora Corni está con ella, y todavía tardará un poco —Caleb miró a
madison—. Mandaré a Corni abajo a cenar cuando haya terminado.
—He guardado parte del caldo de la carne —le dijo madison —. Cuando la
señora Cristaldi esté lista, le llevaré una bandeja.
—Es buena idea. Muy considerada, gracias.
.
Caleb cenó y abandonó la mesa. corni no tardó en reunirse con ellos. La mujer
apareció sonriente y alegre, asegurándoles a todos que Eli estaba bien.
Madison le pidió a leo que calentara agua y luego Nic y ella apilaron los
platos y los lavaron. ismael y Antoni los secaron mientras madison limpiaba la mesa y la
cocina.
Nic y Antoni tenían deberes del colegio, de modo que los sentó a la mesa de la
cocina.
Sin parar un momento, sacó unas cajas de una estantería y puso a las niñas a
pintar y a recortar.
ismael se sentó junto a Zoe .
—¿Qué es eso que estás haciendo? —le preguntó.
—La señorita madi nos ayuda a dibujar vestidos para nuestras muñecas de
papel —dijo zoe—. Mira la ropa del catálogo y luego hace las nuestras igual.
—Yo nunca hice cosas así de niña —le dijo Madison encogiéndose de
hombros—. Es divertido.
Ismael recordó las gominolas de su chaqueta y se excusó para ir a buscar la bolsa.
Cuando regresó, encontró un cuenco de cristal en el armario y vertió allí los dulces
antes de ponerlo sobre la mesa.
—Que cada uno tome cinco la primera vez para que sea justo —les dijo—. Y no
pueden ser todas del mismo color.
fara se mordió el labio inferior, pero Ismael ya había hecho eso antes.
—A los demás también les gustan las rojas —le dijo a su sobrina.
La niña levantó la mirada y le dirigió una sonrisa de querubín.
Las gominolas circularon de niño en niño mientras todos seleccionaban cinco,
hasta que el cuenco llegó a Madison . Lo sostuvo como si le hubieran dado
diamante robado.
—Son para los niños —le dijo a Ben. —¿No te gustan?
—Supongo que sí. Un amigo de mi madre me dio algunas hace algún tiempo.
—Bueno, pues elige las tuyas —dijo él.
Madison seleccionó cinco cuidadosamente y pasó el cuenco. Mordió la primera,
y su sonrisa le provocó a ismael un vuelco en el corazón. Parecía tan complacida como
Zoe y fara leo se acercó a la puerta y le preguntó a Ismael si podía ir a leer una redacción
para corregir los errores, de modo que Ismael le dirigió a Madison una mirada y se
dirigió hacia el despacho de Caleb. Tras verlo marchar, madison se pasó la lengua por los dientes para saborear
hasta la última pizca de azúcar. Cuando el cuenco regresó a ella de nuevo, tomó
cinco gominolas más y se las guardó en el bolsillo del delantal para más tarde.
El doctor Cristaldi entró en la habitación y le pidió una taza de caldo. Ella le
entregó una servilleta junto con la taza humeante. Preocupado, regresó junto a su
esposa.
Madison encendió las lámparas y los faroles y subió arriba para preparar los
pijamas de los niños. Desde detrás de la puerta de sus jefes se oían voces. Todo el
misterio sobre el embarazo de Eli y el proceso de dar a luz le resultaba fascinante.
Lo único que sabía sobre la concepción de los bebés lo había leído en la Biblia. Lo
desconocido era intrigante y atractivo al mismo tiempo.
Acompañó a las niñas al retrete de fuera de la casa; luego les lavó las manos y la
cara en el lavadero de detrás de la cocina.
—Quiero que isma me arrope —dijo Zoe.
Las envió arriba tras advertirles que no molestaran a sus padres y fue a buscar a
ismael. leo y él estaban sentados en unas sillas de cuero en la biblioteca del
doctor Cristaldi.
—Las niñas quieren que vayas —le dijo a ismael.
—Será mejor complacerlas para que se duerman —dijo él mientras se ponía en pie
—¿Estás preparado para mañana, leo? —preguntó Madison. Aunque era casi
un hombre adulto, Leonardo aún estudiaba también.
—Estoy preparado —contestó él con una sonrisa.
Madison siguió a Ismael fuera de la habitación, y él se detuvo al pie de las
escaleras para que pasara delante. Entonces recordó el día en que había llevado sus
cosas y él las había transportado hasta su habitación.
Madison lo condujo a la habitación que Zoe y fara compartían.
fara comenzó a dar saltos en la cama y zoe gritó al ver a su tío.
Madison arropó a fara bajo las sábanas mientras ismael hablaba con su
hermana.
—Echo de menos a mamá —le dijo Zoe haciendo pucheros.
—Sólo es una noche —le aseguró ismael—. Está ocupada, ya lo sabes.
—Dándonos una hermana —dijo Zoe.
—Podría ser un hermano.
—Ya tenemos muchos, pero las únicas chicas somos fara y yo, así que
necesitamos otra.
—¡Yo quiero un cachorro! —gritó fara desde la cama.
—Tendrás que hablar con tus padres de eso —le dijo isma.
—Despiértame cuando llegue el bebé —le dijo
zoe.
Benjamín miró a madison, esperando que ella respondiera
—Te despertaremos lo prometo —dijo Madison.
(ME DUELE EL COCO DE TANTO PENSAR XD)
FIN. 👻