Curvas Al Exito

Benjamín llegó a la casa donde él y Ariel se quedarían después de la boda, con el corazón pesado y lleno de arrepentimiento. La casa estaba decorada con fotos de ambos, recuerdos de momentos felices que ahora parecían tan lejanos. Sus pasos resonaban en el silencioso interior mientras se dirigía a la sala principal.

Al entrar, vio una pequeña mesa decorada con flores y una caja de regalo envuelta con esmero. Junto a la caja, había una nota escrita con la letra delicada de Ariel.

"Para mi amado Benjamín,

Quería darte esta sorpresa después de nuestra boda, pero creo que ahora es el momento adecuado.

Con todo mi amor, Ariel."

Con manos temblorosas, Benjamín abrió la caja y encontró un pequeño par de zapatitos de bebé. En ese instante, la realidad lo golpeó con fuerza: Ariel estaba embarazada. En el fondo de la caja, había una pequeña tarjeta de ultrasonido con una nota que decía: "3 meses Papi ya voy en camino ❤️ estoy feliz feliz de estar en esta familia, espérame un poquito más que todavía tengo que crecer un poco más para estar con ustedes"

Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Benjamín. Se dejó caer en el sofá, sosteniendo los zapatitos y la tarjeta contra su pecho. El dolor y el arrepentimiento lo consumieron mientras recordaba la expresión de Ariel cuando se enteró de su traición. La había lastimado de la peor manera posible, y ahora llevaba a su hijo.

Benjamín: (entre sollozos) ¿Qué he hecho? He arruinado todo, yo la amo demasiado 😭

Tomó una decisión en ese momento. No podía dejar que Ariel se alejara de él. Tenía que encontrarla, disculparse y demostrarle que realmente la amaba. Sin perder más tiempo, se levantó y salió de la casa, decidido a enmendar sus errores.

Condujo frenéticamente por la ciudad, buscando en los lugares que Ariel podría haber ido. Primero, fue a casa de sus padres, pero Ariel no estaba allí. Luego, fue a la casa de su suegro, esperando encontrarla, pero tampoco tuvo suerte. Cada lugar al que iba sin encontrarla aumentaba su desesperación.

Finalmente, regresó a la casa de sus padres, exhausto y derrotado. Sus padres lo esperaban con miradas decepcionadas.

violeta: (preocupada) Benjamín, ¿qué sucede? ¿Porque estás así? ¿Le ocurrió algo a Ariel?

Benjamín: (con lágrimas en los ojos) No, mamá. No la encuentro por ninguna parte. Tenemos que encontrarla, por favor. Ariel está embarazada de tres meses y no sé dónde más buscar.

La revelación dejó a sus padres en estado de shock, y su madre rápidamente abrazó a Benjamín, tratando de consolarlo.

Violeta: (suavemente) Tranquilo, hijo. La encontraremos. No estás solo en esto, siento que de verdad la amas, solo que hiciste las cosas mal por no aceptarlo a tiempo.

Cristian: (con determinación) Llamaré a todos nuestros amigos y familiares. Haremos todo lo posible para encontrar a Ariel.

Mientras tanto, Benjamín lloraba, sintiendo la culpa y el miedo apoderarse de él. Su suegro llegó a la casa, alertado por la llamada de los padres de Benjamín, y al enterarse de la situación, se unió a la búsqueda.

Jorge: (con voz grave) Benjamín, encontraremos a Ariel. Ella necesita nuestro apoyo ahora más que nunca.

La familia y los amigos se movilizaron, buscando en cada rincón de la ciudad. La noche cayó, y con ella la esperanza de Benjamín de encontrar a Ariel antes de que algo más sucediera. Pero en su corazón, sabía que no podía rendirse. Tenía que encontrar a Ariel y demostrarle que, a pesar de todo, su amor por ella era verdadero.

Con el amanecer, Benjamín continuó la búsqueda, decidido a no descansar hasta encontrar a la mujer que amaba y al futuro hijo que llevaban juntos.